‘Tótem’ es «una sopa caliente, un apapacho, un abrazo»: Lila Avilés

Por: Carlos Carrizales 

Hablar de lo humano es, en cierta forma, hablar de lo colectivo, de lo que se construye en relación, de los sentidos compartidos. En Tótem, Lila Avilés decide emprender el delicado trabajo de capturar en imágenes los vínculos intangibles que conforman ese microuniverso colaborativo que es una casa. 

En su nueva incursión cinematográfica luego de su debut con La camarista (2018), Avilés regresa con una película que, más que una trama, presenta un conjunto de sensaciones y de temas. La anécdota transcurre en un día, durante la preparación de un festejo. Sol (Naíma Sentíes), de siete años, espera la fiesta de cumpleaños de su papá, Tona (Mateo García Elizondo), quien padece un cáncer que lo ha debilitado más allá de la recuperación. A lo largo de la tarde, las y los invitados llenarán la casa, cruzados por sus preocupaciones y unidos en su intención de expresarle a Tona su cariño. 

Entrevista con Lila Avilés sobre Tótem 

“Tótem es una sopa caliente, un apapacho, un abrazo”, comparte la directora en entrevista para ZoomF7. “Básicamente desde que estrené La camarista tenía esta historia. Aunque no sabía totalmente hacia dónde ir, ya intuía que iba a ser más caótica; y no es que su caos radicara en la espectacularidad o en muchas cosas sucediendo al mismo tiempo, sino más bien en cuanto a la cantidad de gente. Esa parte la tenía muy clara”. 

Toda la propuesta de Tótem ocurre en una locación, una casa que el equipo halló luego de que la petición fuera “una casa especial”, con suficientes espacios, con un feeling particular. Y es que este espacio doméstico se convierte en un personaje; un lugar que resguarda a toda la familia y los invitados en su interior, cobijando sus emociones y otorgando un espacio para la apropiación y el desenvolvimiento. 

Esto conectó directamente con lo buscado. Avilés quería hablar sobre la idea de la casa, sobre todo lo que ocurre en ella. Recuperar el tono de los recuerdos infantiles, las reuniones familiares en casa de las tías, los olores que nos hacen volver a esos momentos, pensados como elementos que hermanan a cada persona como anécdotas comunes, atemporales. “La pensé en todas sus dimensiones: como una cobija, como una arquitectura; puede ser un abrazo o puedes ser tú mismo”, rememora la cineasta. 

La propuesta visual de Tótem logra capturar una calidez que inunda los espacios. Sobre la inspiración para lograrlo, la directora cuenta:

“Quería lograr un efecto que acentuara la luz y la sombra. Estuve leyendo sobre pintura, me interesaba encontrar una cualidad pictórica pero sin la rigidez de un cuadro. Al principio pensé que el camino iba a ir por el lado de no mover tanto la cámara, mantenerla fija…ese tipo de cosas, pero cuando estaba en las primeras pruebas de cámara no lo sentí cercano a la historia. Eso en cierto modo fue lindo, no sólo para la película, sino para Lila cineasta, pues me permitió ir redescubriendo qué es lo que necesita la historia”. 

Sobre el proceso de dar con el tono y el ritmo de su nuevo filme, cercano por momentos al documental, a la observación pausada y atenta del teatro humano que se despliega ante la mirada, Lila Avilés habla de lo importante que fue escribir muchas escenas; «no fue como que de la nada me surgiera una idea y dijera ‘¡ah, hagamos esto!’. Me ha pasado en las dos películas…que a veces una está tan a flor de piel, tan adentro que no hay forma de huir”.

Por supuesto, hablar de ritmo es hablar de edición, esa tercera creación de la película (luego de su versión escrita y su versión filmada). En este sentido, la edición de Omar Guzmán y de la propia Avilés se compone de fragmentos que nunca dejan de sentirse cohesionados. Sobre esto, la entrevistada explica:

“Me gusta mucho trabajar con el editor porque, aunque hay un guion, también existe un entendimiento de cómo va a ser editar mientras filmo. Me gusta sentir ese vértigo tan bello de encontrar algo allí dentro que está muy latente y muy feroz, que te va dictando la película. A veces una llega muy ‘Juan Camaney’ y al momento de empezar a editar dices: ‘Ah, esto no va tanto. Creo que se trata de encontrar ese misterio más allá de cómo planeas la escena; como cineasta, es un proceso muy profundo, como entrar en la conciencia de que hay algo ahí, que surge del estar tan presente”.

Tótem ha cosechado varios éxitos internacionales, destacándose como una obra con amplias valoraciones positivas: premios principales en el Festival Internacional de Cine de Morelia (película, directora y del público), Premio del Jurado Ecuménico en Berlín, Mejor Dirección en los festivales de Durban, Jerusalén y Beijing, así como Mejor Fotografía en el Festival de Cine de Lima. Con esto, se ha posicionado hasta ser nominada a Mejor Película Internacional en los Spirit Awards y seleccionada nacional para buscar una nominación en los Premios Oscar del 2024.

Con la película ya disponible en salas mexicanas, Lila Avilés inunda la pantalla de rostros, afectos y sentido de colectividad, mientras desliza un conmovedor retrato de una celebración que confronta a la muerte, resignándose a su llegada. Aprehendiendo la calidez, hasta hacerla presente.