Saltar al contenido

Barbie: abrazar la imperfección | Crítica

Barbie: una película que abraza la imperfección │ Crítica

Películas como Romy and Michele’s High School Reunion (David Mirkin, 1997), Clueless  (Amy Heckerling, 1995) y Legally Blonde (Robert Luketic, 2001), son sólo algunos ejemplos que revaloraron el estereotipo de la rubia tonta, la mujer superficial que vive en un mundo luminoso, para crear historias divertidas y entrañables a partir de personajes completos (pero sin dejar de verse fabulosas). Barbie (Greta Gerwig, 2023) ha conseguido esto. Otra característica que comparten dichas películas con Barbie es la manera en que aquellas mujeres se relacionaban con otras y dejaban detrás ese mito de que la peor enemiga de una mujer es otra mujer. Barbie llega por fin al cine para unirse a Cher Horowitz, Ellen Woods, Romy y Michele como una rubia queriendo apropiarse de su historia.

El mundo maravilloso de Barbieland se nos presenta jubiloso al capturar la esencia visual que la muñeca de Mattel ha construido durante los 64 años de su existencia. El rosa domina este mundo plástico, donde el sol apenas se pone y el grupo de Barbies disfruta trabajando y recordando que su existencia ha hecho del mundo real un mejor lugar para las mujeres. La protagonista (interpretada por una encantadora Margot Robbie) pronto experimenta pequeños cambios que entorpecen su rutina perfecta, errores en la Matrix que la llevarán al mundo real, donde ella y Ken iniciarán sus propios caminos de crecimiento. Es así como a Ken se le revelan los poderes del patriarcado y Barbie descubre y siente la realidad femenina.

En Barbie existen dos lados que conviven en paz. El primero funciona como un símbolo de todo lo que significa la muñeca a nivel social, pero es el más débil en cuanto a crítica y reflexión; los señalamientos al impacto del producto quedan en meras alusiones demasiado seguras, siendo más una introducción a los feminismos que una reflexión del verdadero impacto que ha tenido la muñeca de plástico en la vida de unas cuantas generaciones. El otro es el de la Barbie estereotipada, el de un personaje con dimensiones profundas que son exploradas a partir de lo que significa ser mujer en el mundo actual. Ya sea por la crisis de identidad que vive o por su proceso al conectar con las otras mujeres de la historia, este lado de la película es el más sólido. Las dimensiones de Barbie se exploran desde un sentido del humor que se permite breves pausas del glitter y la ropa perfecta para abordar rasgos oscuros. El fragmento comercial de “la Barbie depresiva”, con situaciones en las que cualquier mujer puede encontrar cercanía, es uno de sus puntos más altos, e incluso donde ambos lados conviven a la perfección.

Cabe recordar que Greta Gerwig ha fundado su carrera en la representación de mujeres que en su imperfección, en sus crisis, encuentran el sentido de sus vidas, sobre todo cuando eso no las limita para conectar, especialmente, con otras mujeres. En el caso de Little Women (2019) lo vemos en el mundo privado de las hermanas March, y en Lady bird (2018) entre madre e hija. Sin embargo, es Mistress América (2015), escrita entre Gerwig y Noah Baumbach, donde encontramos mayor conexión con Barbie. La screwball comedy sigue a Brooke (Greta Gerwig), la perfecta neoyorquina de 30 años que tiene la vida arreglada en todo sentido, hasta que cada una de sus columnas comienzan a desmoronarse y aparece el miedo al fracaso. En esta película, donde es palpable la dulzura con la que la cineasta trata a sus personajes imperfectos, se espejea la crisis de la muñeca icónica, la Barbie confundida ante las abrumadoras emociones que desfilan en su encuentro con la realidad. Es aquí donde se encuentra el corazón de la película.

Barbie: abrazar la imperfección │ Crítica

Por otra parte, sin arriesgarse demasiado, Barbie se distingue por una comedia desmedida, musical e hilarante que apuesta por lo físico, aunque no lleva a las últimas consecuencias su sátira. Al hablar de comedia física, cuenta con grandes momentos; algunos encuentran inspiración en el mundo creado por Jacques Tati, pero colindan más con el tono de Benny Hill. Lo más cómico está en la manera en que Margot Robbie encarna a un ser de plástico, sus constantes caídas y cambios a causa de sus crisis personales, claro, sin olvidar las monerías del Ken de Ryan Gosling, quien lleva al límite una masculinidad entorpecida.

En otros aspectos, la película abusa de los metacomentarios, puntadas de escarnio a la industria de los juguetes (como las múltiples muñecas canceladas y los problemas de su creadora con hacienda), que llegan al punto de ser excesivos, aunque es imposible no perdonárselos cuando a cambio nos da grandes chistes aludiendo al mundo cinematográfico de Zack Snyder y a la sombra cinéfila de Goodfather. Hablando de alusiones cinematográficas, estas no se quedan en (como vimos en el tráiler) un homenaje a 2001: odisea del espacio. De la lista de referencias que ha dado la misma directora algunas se presentan con apenas guiños y otras configuran el mundo visual de la obra. Sin duda la influencia de Jacques Demy con Las señoritas de Rochefort (1967) es de las más sólidas, y no sólo se encuentra en el camino musical que el filme llega a tomar, sino en la fotografía de Rodrigo Prieto, en los colores sólidos que contrastan con el mundo rosa, muy a Los paraguas de Cherburgo.

A pesar de ser respaldada por el consumismo del origen de Barbie, afortunadamente la película se aleja del feminismo a lo girls boss que perduró en el entretenimiento en la década del 2010. No cae en la trampa de empoderar a su personaje por su afiliación al sistema capitalista, en cambio, halla el apoyo en la “hermandad” y en las contradicciones que se viven en la experiencia femenina de la actualidad. Barbie ha rebasado el mundo cinematográfico, convirtiéndose en un fenómeno, llevando a miles de personas a las salas, pintando el mundo de real de rosa.

Barbie ya está en cines del mundo 

Categorías

Crítica

Etiquetas

rubynyu Ver todo

Mediadora de literatura y cine. Escribo para ZoomF7, coordino el Círculo de Tertulia y Cinefilia, soy la humana detrás de DogtorenLetras.
Twitter: @rubynyu

5 comentarios sobre “Barbie: abrazar la imperfección | Crítica Deja un comentario

Deja un comentario