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Rubén Moya: momentos clave de su trayectoria

Ruben Moya el maestro de la voz 1

Rubén Moya, el abogado que nunca ejerció debido a que encontró su vocación a través de su voz, falleció el 12 de junio (día internacional del doblaje) tras 45 años de trayectoria. El comunicado fue dado por la Asociación Nacional de Interpretes (ANDI), la cual anunció a través de sus redes sociales la muerte del profesional de 62 años, quien perdió la batalla contra el cáncer de garganta. Ruben Moya, el hijo del actor, locutor y director de doblaje, expresó en un TikTok que “su padre siempre fue un hombre que luchó por sus sueños, para él lo más importante, además de su trabajo, y su familia era su público, sus fans”. 

Si no conocías el trabajo de Rubén Moya no dejes de leer, ya que te espera un recorrido por esta importante figura en la historia del doblaje en español

Rubén Moya nació el 31 de octubre de 1960 en la ciudad de Chilpancingo, Guerrero. Llegó a la Ciudad de México a los cuatro años de edad, pero no fue hasta la secundaria cuando descubrió su amor por las artes, en especial el teatro. Más adelante estudió en el Instituto Andrés Soler de la Asociación Nacional de Actores (ANDA) y en el Centro de Artes Dramático (CADAC), aunque por petición de la familia también cursó la carrera de Derecho, pero nunca ejerció; Moya encontró su camino hacia la industria del doblaje convirtiéndose en uno de los actores más representativos en México debido a su grave y potente voz. 

Rubén Moya: el maestro de la voz
Rubén Moya

Incursionó en el mundo del doblaje gracias a un amigo suyo que era sobrino de Jaime Fernández, un actor mexicano que le recomendó la empresa Sonomex, donde grabó a su primer personaje. Aquella primera oportunidad laboral sólo tenía las líneas: “corran, corran, ahí viene la policía”, en la serie estadounidense Baretta (1975).

Ya en la década de los 80 participó en la serie Ripley, presentando su voz a Jack Palance, la cual se hizo principalmente famosa por la frase icónica: “..aunque usted no lo crea”. Un dato curioso es que gracias a ese proyecto, Rubén Moya se inspiró para escribir su libro Enigmas un viaje siniestro, el cual trata sobre sucesos que no tienen explicación, como la casa de los Macetones, donde una persona que mantuvo encerrada a su familia por 17 años  para protegerla de los males de la sociedad. La historia inspiró la película mexicana El castillo de la pureza (Arturo Rpistein, 1973).

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Rubén Moya: el maestro de la voz
Jack Palance, de ‘Ripley’, personaje a quien Rubén Moya dobló al español

Posteriormente y a lo largo de su carrera tuvo la oportunidad de doblar a grandes actores como fue el caso de Morgan Freeman en aproximadamente 42 proyectos. El mexicano también protagonizó a varios personajes como la araña Aragog en Harry Potter y a Ronan el acusador en Guardianes de la Galaxia vol. 2 (2016). En cuanto a producciones nacionales, fue debido a ciertos problemas técnicos surgidos fuera de los estudios que tuvo la oportunidad de hacer doblaje. Los diálogos de varias película se grababan aparte, por lo que le tocó doblar a Emilio “El Indio Fernández”, Fredy Fernández “El Pichi” , René Ruíz “Tun Tun”, entre otros. 

Rubén Moya también supo aprovechar su voz de villano para interpretar a varios personajes animados, como fue el caso de Zurg en Toy Story 2 (1999), Shan Yu en Mulán (1998), Zeus en Hércules (1997) y recientemente a Kingpin en Spider-Man: Un nuevo universo (2018), mismo año en que volvió como el nuevo narrador de Dragon Ball Super en sustitución del fallecido José Lavat. Pero ninguno de estos proyectos pudo superar el impacto que tuvo con el personaje de He-Man y su icónica frase: “Por el poder de Grayskull, ya tengo el poder”.

Gracias a su basta experiencia trabajó como director de doblaje e intérprete en My Big Fat Greek Wedding (Joel Zwick, 2002), El señor de los anillos: la comunidad del anillo (Peter Jackson, 2001), Babel (Alejandro G. Iñarritu, 2007) y Seven (David Fincher, 1995). Por otro lado, también hizo una muy buena carrera en el mundo de la locución comercial, ya que desde 1985 tuvo presencia en comerciales; desde anuncios de abarrotes hasta marcas internacionales.

Su primer comercial fue para la marca Bacardí, con Saul Lisazo: “la calidad es responsabilidad de Bacardí compañía, la cantidad es responsabilidad de usted…” 

Por último, no queda más que decir que Rubén Moya fue un maestro de la voz debido a que dominó todo tipo de técnica vocal y modulación. Gracias su talento para transmitir las intenciones de los personajes a quienes les dio vida con su voz, deja un legado importante en el mundo del entretenimiento, así como un ejemplo a seguir en el mundo del doblaje mexicano.

Descanse en paz, Rubén Moya (1960 – 2023) 

 

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