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Avatar el camino del agua: imágenes profundas, historias imperfectas

Avatar el camino del agua: imágenes profundas, historias imperfectas

Tras 13 años de espera, ya está en cines Avatar el camino del aguala secuela de la que hasta ahora ostenta el récord de la película más taquillera de la historia, Avatar.

Pocas cosas se pueden agregar a la gran reputación de James Cameron y su importante carrera como director; sus aportes al cine digital y los efectos especiales no han sido pocos, comenzando por la visionaria y canónica Terminator (1984), seguir con Titanic (1994) —que mostró en pantalla cosas nunca antes vistas—, para posteriormente dedicarse de lleno y obsesionarse con Avatar (2009), la cual significó un gran avance en cuanto a los alcances del cine 3D se refiere, además de buscar crear su propio universo al estilo Star Wars.

En este sentido, Avatar el camino del agua no decepciona. Se trata de una gran muestra de los nuevos límites tecnológicos del cine digital, de la creación computarizada y del motion-capture. La claridad de las imágenes, la fotografía e incluso los movimientos de la cámara durante las secuencias de acción y las peleas son todo un deleite visual.

Recordemos que durante mucho tiempo, Cameron ha enfocado sus proyectos al trabajo debajo del agua, pues es conocida su labor como productor en filmaciones documentales del tema submarino, a las cuales ha contribuido con tecnología de su inventiva y el desarrollo de roovers sumergibles. Toda esa experiencia se encuentra vertida en su más reciente entrega, que es la primera película en usar el motion-capture debajo del agua.

La historia que cuenta a través de dicha tecnología se distingue por lectura que se presta al anticapitalismo (irónico el discurso proveniente del director de la película más taquillera de la historia), el antimilitarismo e incluso algunos mensajes sobre el respeto a los seres vivos y sus ecosistemas.

Ubicada una década después de lo acontecido en AvatarJake Sully (Sam Worthington) y Ney’tiri (Zoe Saldaña) han formado una familia y hacen todo lo posible por permanecer juntos. Sin embargo, los soldados regresarán por la revancha de la guerra perdida en la primera parte, y los Na’Vi pasan a convertirse en una suerte de desplazados en búsqueda de un refugio para salvaguardar a su comunidad y su familia.

En este sentido, el guion se parece mucho al primero, con la particularidad de que en esta ocasión son los Na’vi los que tienen que descubrir una nueva región de su mundo, donde el elemento predominante es el agua. Para sobrevivir, se enfrentarán a las dificultades de integrarse a una nueva comunidad, de adoptar las nuevas costumbres e incluso el ser en esta ocasión el extranjero.

Avatar el camino del agua: imágenes profundas, historias imperfectas

En un intro de un capítulo de la afamada sitcom The Big Bang Theory, el ingeniero empleado de la Nasa, Howard Wolowitz, presume de sus dotes profesionales utilizando una mano robótica para desempacar la comida china de él y sus amigos. Todos observan cómo la mano comienza a obedecer las instrucciones del ingeniero; al terminar, le aplauden, y uno de ellos remata el chiste diciendo “sólo le tomó 28 minutos”.

Además de que en la escena se hace una referencia a Terminator, el traerla a colación parece inconexo al hablar de Avatar el camino del agua. Sin embargo, trato de poner en perspectiva la sensación que deja ver esta película, pues mirarla significa observar un gran despliegue de tecnología para una tarea que sobre el papel se siente tremendamente simple.

La historia no sólo es repetitiva, sino que el guion tiene problemas en su estructura, como el narrador que aparece y desaparece cuando lo visual no alcanza para explicar algo. De igual manera, existen secuencias en extremo largas y que no aportan a la trama; evidentemente, lo que busca el cineasta es hacer gala de toda la tecnología de la que dispone.

Si bien las imágenes son creaciones en tres dimensiones que permiten al espectador la sensación de longitud, altura y profundidad, la historia y sus personajes parecen estar incapacitados de traspasar las dos dimensiones del bien y el mal. En ese sentido, Cameron es fiel a su estilo…en Titanic, lo que sucede entre Jack y Rose va poco más allá de una construcción melodramática en la que los personajes buenos son buenos de principio a fin y los antagonistas malos de principio a fin. Es decir, no se nota en ellos una evolución del personaje, lo cual sucede también en la más reciente entrega de Avatar; no existen puntos medios en sus actuares, todos son profundamente nobles o despiadados.

Quizá por la necesidad de atraer al público a las salas de cine tras la pandemia, y de combatir contra la pantalla chica y el streaming, se ha suscitado recientemente la creación de películas cuya mayor proeza se limita a lo técnico, como Dune (Denis Villeneuve, 2021) o Top Gun: Maverick (Joseph Kosinski, 2022).

Sin embargo,  ¿qué mérito tendría un platillo cuya mayor belleza es el plato en el que está servido y no el alimento como tal? El debate está abierto, ¿cuál es el logro del cine digital y en 3D si esto no aportaa su concepción estética? De momento, lo contado en Avatar el camino del agua no deja muchas pistas sobre en qué podrían sostenerse las demás entregas que tiene planeadas el director.

Tráiler Avatar el camino del agua

@zoomf7

Avatar: el camino del agua es el mejor mega blockbuster del año. ¿Qué te pareció? #avatar #películas #cinema #cine #filmtok #zoomf7 #DC #Marvel

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