Sangatsu no Lion: el poder oculto de la animación

Sangatsu no Lion (March Comes in like a Lion) es una serie/anime excepcional. Si no han escuchado de ella, es porque no es lo que popularmente se relaciona con la idea de animación. Su enfoque no está en la comedia y no tiene peleas, explosiones u otro tipo de acción, sino la exploración profunda de varios personajes. Actualmente, la animación es sumamente menospreciada, comúnmente relegada a un “género infantil”. Se subestima este arte a tal grado que llega a ser juzgada como una sombra de la realidad. Son comunes las críticas basadas en qué tan realista logra ser, encasillando a la animación en qué tan bien emula la realidad, como si este fuera el ideal.
Desde 1993 Scott McCloud estableció algunas de las ventajas de no apegarse a dicha visión. En el capítulo dos de Understanding Comics: The invisible Art (Entender el cómic: El arte invisible), una obra dedicada a la historia y el análisis de los elementos que componen un cómic, McCloud establece algunas de las fortalezas que una caricatura (simplificación de una imagen) obtiene de ir de lo realista a lo icónico (de icono, imagen que representa un objeto o una idea). La primera fortaleza a resaltar es la facilidad de empatizar; pues es más fácil reconocerse a uno mismo en una imagen general que en una particular (Figura 1). La segunda es la carga de información. El objetivo de la caricatura no es omitir detalles, más bien se enfoca en ciertas particularidades; destila una imagen en su esencia para transmitir una idea muy específica. Estas dos cualidades, la empatía y transmisión de ideas, son clave en Sangatsu no Lion y es gracias, no pese, a ser animada que logra una introspección de los personajes.

Sangatsu no Lion es un manga escrito por Chica Umino. Cuenta con una adaptación al anime de dos temporadas que presenta la historia de Rei, un jugador profesional de Shōgi de 17 años. Dejar la descripción hasta ese punto, aunque precisa, sería dar una descripción muy pobre. Ya que si bien el Shōgi es una parte importante de la narrativa, la fuerza de esta serie radica en la capacidad de meterte en la cabeza de los personajes: hacerte entender las circunstancias que viven, mostrarte lo que piensan y, más que nada, hacerte sentir lo que ellos sienten. Sangatsu no Lion logra esto no sólo con su personaje principal, sino con casi todo su elenco. Al verla podemos sentir desde un ferviente odio por la injusticia social del bullying escolar hasta la agotadora faena de cargar con los sueños ajenos en el ocaso de una carrera. Personajes tan diversos como complejos son abarcados, y algunas veces 12 escasos minutos son suficientes para entenderlos. Todo esto no hubiera sido posible si no fuera por dos aspectos de la animación que le permiten llegar más lejos.
Transición de ambiente y tono
Primero que nada hablemos del concepto de Suspensión de la incredulidad (Suspension of disbelief) que es básicamente lo que nos permite sumergirnos en una historia, aceptar como cierto lo que se nos presenta y dejar a un lado las dudas o cuestionamientos. Sin embargo, esta es sumamente frágil; una mala trama puede romperla por completo y traernos de vuelta a la cruda realidad, cuestionándonos motivaciones irracionales o resultados poco factibles. La suspensión de la incredulidad es tan frágil que incluso pequeños accidentes, como cambios ligeros de un momento a otro en la vestimenta, pueden recordar que lo que se observa en pantalla fue filmado y no es “real”. No obstante, esto último es distinto en la animación.
Por más que grandes artistas den su máxima, difícilmente ninguno de nosotros creerá que hay una esponja quien vive en una piña debajo del mar. La suspensión de incredulidad no nos hace pensar que lo visto es real, más bien nos permite aceptar momentáneamente una realidad distinta. El hecho es que aquella que se acepta en la animación es más elástica. Cambiar cómo se ve un objeto de un momento a otro no rompe la realidad aceptada, sólo llama la atención. Esta técnica la podemos ver comúnmente en el anime cuando se pasa a un momento cómico, por ejemplo: One Punch-Man cambia el detalle de la animación para pasar a un tono más cómico (Figura 2). De igual forma, JoJo’s Bizarre Adventure hace un cambio en la gama de colores para resaltar momentos importantes (Figura 3). Ambas realidades, igual de válidas, no rompen con lo establecido, pero se separan creando una gama de ambientes donde habita la realidad establecida.
Utilizando las fortaleza de la caricatura, se elige qué información se transmite en un ambiente o en otro y qué es posible en cada uno. Es gracias a esto que Sangatsu no Lion logra una exploración bastante profunda de sus personajes. Cambiando de un ambiente a otro, gracias a su animación, logra explorar distintas facetas y presentar lo que piensan sus personajes con naturalidad. La serie se mueve de lo dramático a lo cómico, de lo externo a lo interno, de la situación a la metáfora y del realismo al impresionismo. Igual de sencillo como moverse de un panel a otro en un cómic, el anime se mueve en las perspectivas de los personajes, cambiando ligeramente su estilo y formando una historia tan rica en textura como en significado.


Show and Tell
En la cinematografía hay un dicho muy famoso: “Show, don’t tell” (muestra, no digas). Las palabras hacen referencia a que es más impactante y significativo para el espectador ver en acciones sentimientos y pensamientos en vez de simplemente escucharlos. Por ejemplo, resultaría mejor un llanto desgarrador comparado con un diálogo escueto diciendo: “estoy triste”. Sin embargo, Scott McCloud establece que en el cómic es tan importante mostrar como decir. Se trata de un medio tanto de imágenes como palabras, y aunque muchas veces alguno de los dos lleva la batuta, son más fuertes cuando se complementan para llegar más allá de donde cualquiera de los dos llegaría por separado. El anime, al heredar varias historias del cómic (y tener adaptaciones del manga), también hereda la cualidad de poder llegar más lejos cuando se usa en conjunto el texto y la imagen.
El texto se adapta en el anime no sólo en diálogos, sino también en la narración y en la externalización de los pensamientos de los personajes. Si bien estos últimos también ocurren fuera de la animación, el hecho es que son más ajenos a esta característica. Sangatsu no Lion maneja de forma magistral el uso de la narración interna, mostrando los pensamientos de los personajes, pero igual de impresionante son las imágenes que suelen introducir o acompañar a estos pensamientos.
Las imágenes no buscan ilustrar la realidad, sino el sentir de los personajes (Figura 4) que se eleva aún más por medio del contexto que provee la narración. A su vez, gracias a las imágenes, los pensamientos de la narración se vuelven más comprensibles y menos ajenos. En 12 minutos nos metemos en la cabeza de un personaje, se nos revelan sus pensamientos y percibimos su realidad, no como es, sino como ellos la sienten. Sus pensamientos se vuelven los nuestros cuando sentimos lo que ellos sintieron. Al decir y mostrar, la historia nos vuelve uno con el personaje, llegando a una comprensión más lejana a la que un diálogo o una imagen por separado nos podría permitir.

Por esto y mucho más, Sangatsu no Lion es un anime excepcional. Usa las fortalezas de la animación para profundizar en sus personajes, yendo más allá de lo que el realismo permite. El anime se mueve en distintas facetas para ilustrar el sentir y la complejidad de sus personajes. Lo que vuelve tan increíble a esta obra radica en las fortalezas de la animación. Esto demuestra lo erróneo que es encasillarla a la animación en el realismo, y a la vez nos abre los ojos ante un mundo de posibilidades.
Sangatsu no Lion está disponible en Crunchyroll
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Alejandro Martínez Ver todo
Amante del cine, las series y su análisis. Algunas veces escribo para ZoomF7. Licenciado en Ciencias de la Computación.
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