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«Tenemos que voltear a ver al cine de animación en México»: Alejandra Pérez

Alejandra Pérez González | Mi amigo el sol

Fotografía destacada: Fotosíntesis Media

Alejandra Pérez nunca imaginó ser la protagonista de un nuevo capítulo en la historia de la industria de la animación. Desde pequeña, su gusto por las caricaturas y el dibujo se convirtieron en un lugar seguro al que le apostó su pasión y creatividad. Con el tiempo, sus estudios en animación tradicional en Vancouver Film School, así como su especialización en diseño de personajes en Gobelins, la llevaron a trabajar en los estudios de animación más importantes del país.

Ánima Estudios, Huevocartoon, Vanilla Studios y Brazen Animation abrieron sus puertas para que Ale se desempeñara como diseñadora de personajes, artista storyboard y supervisora de animación en múltiples proyectos cinematográficos, entre ellos Ahí viene Cascarrabias (2018), El Charro Negro (2018) y Un Rescate de Huevitos (2021). Hoy, con una habilidad nata por trasladar mundos fantásticos del papel a las pantallas y darles vida a personajes únicos, la animadora cumple uno de sus más grandes sueños con Mi Amigo el Sol (2023): ser la primera mujer mexicana en dirigir un largometraje animado.

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Bajo la producción de Fotosíntesis Media —un estudio de animación mexicano cuya misión es contar historias con impacto social— Mi Amigo el Sol narra la historia de Diego y su hija Xóchitl, quienes viven en un edificio abandonado en la Ciudad de México y, entre otras cosas, se ganan la vida vendiendo pinturas sobre la mitología mexicana. Mientras Xóchitl pinta para conocer sus raíces y saber de dónde viene, a Diego sólo le interesa vender los cuadros para salir adelante con su hija. Un día, Xóchitl decide pintar un mural que convoca a Quetzal, una pequeña versión de la serpiente emplumada del dios todopoderoso Quetzalcóatl, que la lleva a través del mural al mundo mismo de los dioses mexicanos. Así, Diego tendrá que salvar a su única hija de convertirse en el Sexto Sol Azteca.

Mi amigo el sol Alejandra Pérez
Mia migo el sol | Prueba Fotosíntesis Media

Conversamos con Ale Pérez a la distancia. Bajo la calidez de Villahermosa, Tabasco, la artista digital nos brinda un breve repaso por su trayectoria, los detalles de su nuevo proyecto cinematográfico, su visión sobre el porvenir de la animación en México, el papel de la mujer dentro de la industria de la animación, las historias que quiere contar en el futuro y cómo es que, hoy, marca un nuevo parteaguas para el cine mexicano.

«Tenemos que voltear a ver al cine de animación en México»: Alejandra Pérez

Has trabajado con los estudios de animación más importantes en México, ¿cómo llegas a estos equipos de trabajo y cómo fue tu experiencia al formar parte de ellos?

Primero, fui al Festival Pixelatl, en Cuernavaca, Morelos, por ahí de 2015. Ahí conocí a Gabriel Villavicencio, quien dirige un estudio de animación que se llama Vanilla Studio, pero en aquel entonces no tenía un estudio como tal, sino que con otro empresario estaba trabajando para implementar una casa productora. Ahí comencé a hacer el diseño de personajes de un proyecto en desarrollo y, además, apoyé con el storyboard.

Eventualmente, agarré trabajo gracias a José Luis Trujillo. Él me encontró en Facebook porque subí algo relacionado con un cortito de un minuto que metí al EcoFilm Festival; recuerdo que me lo aventé en dos semanas, lo hice en hojas de papel, en animación tradicional, lo escaneé y salió. Tuve una mención especial y, a partir de eso, él lo descubrió. En ese momento, José Luis estaba trabajando en la película Ana y Bruno (2017) de Ánima Estudios. Me escribió y me dijo que le había gustado mi corto, y gracias a esto empecé a trabajar como diseñadora de personajes adicionales en Ahí viene Cascarrabias. Los principales los trabajó Craig Kellman, así que teníamos que adaptar los demás personajes a su estilo; de ahí me metí al storyboard, que es algo que me fascina, y terminé haciendo notas como supervisora de animación, por eso disfruté tanto esta película, porque pude trabajar en varias cosas.

Todo ha sido a base de contactos. Lo mismo pasó cuando entré a Huevocartoon. Un amigo me dijo que estaban buscando personas y pensé: ‘Si ya trabajé en Ánima, puedo probar en Huevocartoon’, así que fui a una entrevista y primero pensé que no me había quedado, pero lo hice y nos enviaron a Querétaro a trabajar en la película número cuatro de la saga de Una Película de Huevos (2006), Un rescate de huevitos.

Tras esta experiencia, ¿cómo tomas la decisión de incorporarte a Fotosíntesis Media?

Me tomó por sorpresa, yo no lo esperaba, ni lo veía venir. Había escuchado en varias ocasiones sobre Un disfraz para Nicolás (2020), una película con una estética muy bonita y me llamaba mucho la atención. También escuché sobre El ángel en el reloj (2017), una cinta que participó en el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy, en Francia; pero básicamente eso era todo lo que sabía, y de nuevo fue por contactos.  El mundo de la animación es muy pequeño. Trabajar en Ánima y en Huevocartoon me permitió conocer personas y reencontrarme con otras más que, a su vez, ya habían trabajado o conocido diversos estudios.

Genaro, el productor de Fotosíntesis, trabajó en algún momento en Ánima. Él expuso con varias personas, en su gran mayoría colaboradores de este estudio, que quería hacer una película dirigida por una mujer y pidió que le dieran el nombre de una buena candidata. La verdad es que siento muy bonito porque sé quiénes dijeron mi nombre, son personas a las que respeto, quiero y admiro muchísimo. Siento una gran responsabilidad porque debo hacer un buen trabajo si estas personas me recomendaron, no puedo fallarles, creo que hasta eso es más pesado que cualquier otra cosa. Así di con Fotosíntesis.

Eres la primera mujer mexicana que dirige un largometraje animado, ¿cómo ha sido la experiencia de darle vida a Mi Amigo el Sol?

Empecé a trabajar en esta película en abril de este año, pero desde el pasado me enviaron el guion y me platicaron las ideas. Me gusta mucho el proyecto. Llevamos pocos meses y ahora estoy trabajando en mis ideas para el storyboard. Antes de eso platiqué mucho con Miguel Ángel Uriegas, Jonathan Barceló y Angie, nuestra script doctor. Miguel y Jonathan son los escritores de Mi Amigo el Sol, así que conversamos sobre el guion, dimos propuestas y atendimos dudas; ellos ya cuentan con varias películas y tienen una gran noción sobre cómo se hacen las cosas.

Después, hicimos el casting para saber quiénes iban a ser las voces de los personajes, para esto ya los tenía dibujados. Con los bocetos y la estructura de la historia, escogimos a los actores y grabamos algunos diálogos con varias intenciones y dinámicas. Me ayudó muchísimo Gaby Cárdenas, una directora de voz y doblaje, es una gran maestra. Así obtuvimos las voces finales.

He aprendido mucho. Mi tarea siempre había sido el storyboard y me asignaban algunas secuencias, pero ahora es toda la película. La tengo que visualizar, tener ciertas ideas y comunicarlas a mi equipo. Ahora estoy trabajando con un diseñador de personajes muy bueno que se llama Alejandro Valle y nuestro director de arte es Gabriel Vera, a ambos los conocí en Ánima Estudios. Estoy muy contenta porque sé la calidad de su chamba. Aún falta mucho por recorrer.

Una de las virtudes más importantes que tienes como artista digital es que te has especializado en muchas áreas. De alguna manera, todo el trabajo previo te ayudó a forjar este camino que ahora tomas como directora.

Sí, totalmente. Se trata de ver cómo trabajan otros directores. Algunos son muy claros con lo que quieren hacer y otros no tanto. Sí te prepara la experiencia previa, por ejemplo, te pueden decir que el presupuesto ya no alcanzó para ciertas cosas y tienes que aprender a resolver cosas así o a reestructurar otras más.

Hace tiempo platicaste con nosotros sobre la industria de la animación en México y la importancia de la relación entre el guion y las técnicas de animación. Ahora que estás en este proyecto, ¿cómo has logrado crear esta sinergia tan importante entre estos dos elementos?

Es un trabajo difícil tener un guion perfecto o que funcione muy bien. Me parece que con Ana y Bruno tardaron cinco años en aterrizarlo, cuando en otras producciones no es así, es decir, lo escriben y a lo mejor tienen un año o dos para afinar y revisar los tratamientos, pero muchas veces no se le toma el tiempo debido, y aun con un guion bien hecho, de pronto al pasarlo a storyboard o correrlo en secuencias algo falla. Es un tema difícil.

Confío mucho en los guionistas de esta historia, sobre todo, en su apertura, porque sí he trabajado con otras personas que no aceptan ningún cambio en las historias. Pensé que tal vez me iba a tocar dirigir un guion que, aunque yo pensara que todavía no estaba del todo completo, tendría que ceder bajo la regla de: “Trabaja con lo que tienes”, pero se respeta, al final uno termina haciéndolo porque te contratan para eso. En este caso no fue así y siento un gran alivio y felicidad porque fueron muy abiertos a mis comentarios y, evidentemente, no descubrimos el hilo negro. No crean que van a ver una historia con la que van a decir: ‘Nunca había visto esto en pantalla’. No, pero la tirada para mí y el equipo es hacer una película que sea disfrutable para el público y las familias, que te deje liviano, relajado y contento. Yo espero alcanzar unos niveles visuales muy bonitos y no hay más que luchar para obtener el resultado deseado o lo más cercano posible, y en esas estamos.

¿Cómo es que decidieron que Mi Amigo el Sol sería en 2D? ¿Cuáles son las cualidades que podremos ver en esta cinta con respecto a esta técnica y la propuesta visual?

Los productores previsualizaron que fuera así. Fotosíntesis se enfoca en hacer producciones en 2D y Un disfraz para Nicolás les quedó muy bien. Tienen una muy buena mecánica y artistas especializados en esta técnica, y la verdad es que te da, desde mi perspectiva, una mayor flexibilidad en cuanto a estilo y movimiento. De pronto, el 3D empieza a verse muy similar, a menos que te avientes una propuesta como la de Craig Kellman o hagas lo que Jorge Gutiérrez con sus personajes de proporciones grandes y labios únicos, eso para mí jala bastante bien para 3D y me encanta que hagan ese tipo de cosas. El 2D te da un abanico de posibilidades, es algo bonito y una preferencia muy personal. Nada como la sensación papel-lápiz, los pencil test me encantan, hasta Laika lo hace para sus películas. Por ahí hay unos pencil test de Missing Link (2019), específicamente de los personajes, y se pueden ver con tanta vida. Supongo que de ahí viene la preferencia, es como si los personajes se sintieran más vivos.

La premisa de esta historia gira en torno a la paternidad, la aventura de los niños por encontrar un lugar en el mundo, pero también sobre el arte, nuestra mitología, dioses y deidades, ¿cómo has logrado conjugar todos estos elementos con la animación? ¿Cuáles son tus referencias visuales para la paleta de colores, personajes y escenarios?

En México somos muy ricos en referencias visuales. Personalmente, me encanta Miguel Covarrubias, me llama la atención su arte. Hay muchos artistas que te pueden inspirar a crear. De hecho, a Covarrubias lo utilizaron mucho para definir estilos y diseños en Estados Unidos, como en producciones de Disney. Es común que te bases en los conceptos de otros artistas, entonces si ven esos dibujos y pinturas de su obra, tal vez lo vean como algo abstracto, pero que fácilmente se puede animar; es un estilo muy gráfico, por ponerles un ejemplo. Me gusta el trabajo de Fermín Revueltas, y hay mucho más, no quiero spoilear mucho, aunque soy un poco olvidadiza; aquí tengo mi carpeta llena de referencias —señala su escritorio—. Tenemos mucho de dónde basarnos y digo, el mural de Diego Rivera en la Alameda, para mí eso podría ser un cortometraje o una película por los personajes y los colores. Me gusta que existan estas películas con propuestas de temas mexicanos e inspiradas en artistas y su arte. Hay un montón de inspiración.

Además de la historia y de la estética visual, ¿cómo esperas que reciba el público esta película?

Que la vean y que salgan contentos e inspirados como yo lo hacía cuando veía las películas animadas tradicionales. A lo mejor, que tengan un poco de inquietud por la cultura mexicana, por su distinción, porque ocasionalmente mezclamos todo o no reconocemos las diferencias, por ejemplo, entre aztecas y mayas. Ojalá que surja el interés por las lenguas o dialectos de México. Por otra parte, que sepan que no todo sucede en Nueva York —bromea—. El fin del mundo, las historias de amor, los rescates, todo sucede ahí, pero ¿en México? El cine se tiene que descentralizar, pero también de la Ciudad de México. Existen Tabasco, Veracruz, Oaxaca, Chihuahua, Sonora; tenemos que voltear a ver nuestro entorno y que las personas se interesen en él.

¿Planean que esta película se estrene en salas de cine o la van a dirigir hacia las plataformas?

Es muy pronto para decirlo, el trabajo está en un momento inicial. A veces hago bocetos en servilletas y todavía pienso en lo que quiero o no incluir, pero mira, si la acabamos, que tenemos que hacerlo en tres años, y si la pandemia está controlada, ojalá que podamos proyectarla en el cine, aunque si termina estrenándose en streaming también estaría muy padre. Un disfraz para Nicolás se lanzó al final en plataformas y es muy lindo tenerla al alcance, pero ojalá que Mi Amigo el Sol se muestre en el cine.

Una característica interesante de Mi Amigo el Sol es que, aludiendo justamente a este impacto social, se hablará en náhuatl, ¿esperan que la película llegue a los lugares en los que se comunican con esta macrolengua?

Sí, definitivamente. Es una de las ideas que surgió en el momento y que todavía me puso más a bordo de esto. La vamos a traducir para que llegue a todas las comunidades y en su idioma, no queremos que exista la necesidad de un traductor o del uso de subtítulos. Esto me encanta, se necesita, está padre que pueda llegar a estas comunidades y me genera una mayor fascinación trabajar en este proyecto, pero también una mayor presión —ríe—.

Además de dedicarte al arte digital y la animación, eres miembro fundador de MUMA, una organización que busca empoderar a las mujeres y promover su trabajo dentro de la industria de la animación. ¿Cómo percibes el papel de la mujer dentro de esta área creativa?

Hay un montón de mujeres en México con mucho talento. Para mí, es una industria muy tranquila y linda, nunca me ha tocado ver que le nieguen la entrada (a la industria) a una mujer por el hecho de serlo. En MUMA nos pusimos a investigar un poco sobre esto y en las encuestas que se hicieron, realmente no se presentaron casos sobre discriminación de género, al contrario, hay mucho apoyo para crecer y, más bien, lo que se percibió en su momento es que nosotras no alzábamos la mano o no nos aventábamos a tomar una chamba, por muchos factores.

Se me vienen a la mente tres directoras de cortometrajes que son muy fregonas: Jennifer Skarbnik, Rita Basulto y Carla Castañeda, seguramente hay mil más, pero, por ejemplo, Rita fue juez invitada en los Premios de la Academia y está trabajando con Guillermo del Toro. Hay mucho talento femenino.

¿Qué hace falta para que se involucren? Aún hay muchas personas que todavía no pueden creer que eres la primera mujer en dirigir un largometraje animado.

Seguramente piensan que hay más, pero lo que es cierto es que México todavía tiene una industria de la animación un tanto en pañales. Igual y sí hubo una mujer en otra producción con un papel fundamental, pero a lo mejor no se le dio el crédito porque otra persona entró y se encargó de la película. Es parte de un desorden descomunal. ¿Qué pasa? Que como somos nuevos en esto y vas aprendiendo a través de los errores, nos suceden estas cosas. Hay producciones que salen de milagro o que se sacan adelante con mucho esfuerzo. Productores en el extranjero aseguran que es un milagro que las películas animadas existan y salgan. Las personas no lo saben, pero con pocos recursos tratamos de hacer todo lo que podemos y de ahí también surgen algunos problemas.

En MUMA nos propusimos conocer cómo se sentían las mujeres en la industria, si se sentían representadas, o si necesitábamos más directoras. Equis que seas la primera directora en animación, nos asustamos porque seguramente hubo alguien antes con ese cargo tan importante, pero no hay registro de su trabajo. Existe un documento oficial que recaba todas las producciones de animación en México y en esta lista, efectivamente, no hay ninguna mujer; se repiten nombres, productoras, que tampoco son muchas, por eso la industria está en pañales, pero no hay mujeres. Fotosíntesis atendió esto y aquí estamos, vamos a hacerlo. Estoy feliz, después de tanto impulsar me tenía que aventar y, si lo predicas, pues hazlo.

Hablando un poco sobre la industria de la animación y los cambios que inevitablemente han surgido, ¿en dónde está parado México y cuáles son sus áreas de oportunidad?

Me percaté de que se abrió un abanico de posibilidades con la pandemia. Anteriormente, muchos animadores no conseguían trabajo aquí o se tenían que mudar a otros estados o países porque el trabajo era in house. Ahora ya no existe ese problema, sin embargo, la capacidad de los estudios por producir cosas minimizó o simplemente pausaron.

Un estudio al que vale la pena ver es a Mighty Animation, se encuentra en Guadalajara. Tienen proyectos interesantes, son movidos y trabajan para muchas compañías, ellos solitos se están abriendo camino y creo que todos deberíamos hacer eso y, de esta manera, tal vez se puedan ofrecer más oportunidades a los artistas. Es un tema complicado porque falta mucha organización, aprendizajes y oportunidades. Los empresarios no ven como un negocio a la animación, pero a lo mejor puede ser la respuesta a la nueva generación de contenidos y, a su vez, a la nueva ola de talento que, además, sale de las universidades con un montón de ganas por aplicar sus ideas. Y claro, necesitamos más festivales como Pixelatl. Se dice fácil, pero hacerlo es otra cosa.

Uno de los grandes debates con respecto a las películas animadas es la falta de apoyo y recursos para solventar los proyectos, ¿cómo es que Mi Amigo el Sol está resolviendo esta parte?

Fotosíntesis lleva tiempo trabajando muy bien sus carpetas para el IMCINE. Se debe aprender a vender cada proyecto y negociar cada pitch; básicamente saber moverse, porque no todo se resuelve con el apoyo de esta institución. Honestamente, es un trabajo que he tocado muy poco, pero en alguna ocasión asistí con un amigo al evento de Kidscreen en Miami y ahí conocimos a Joan Lofts, productora de Peppa Pig. Ella nos recomendó asistir a Sheffield. Llegamos con nuestra biblia y ahí nos dijeron que teníamos que presentar los proyectos con un poco menos de formalidad y más tranquilidad. Un ejecutivo de Disney nos dio algunos consejos sobre cómo lograr vender una producción y básicamente tienes que plantear por qué tiene que existir tu show o tu producto y por qué es necesario que una gran productora lo apoye. Esta es la quinta película de Fotosíntesis, y llega un punto en todas las carreras en las que quizá debes desarrollar tu proyecto personal, pero no es nada fácil.

Este proyecto ha despertado muchas expectativas tanto por la historia, como por los creativos que están colaborando en ella, ¿qué representa Mi Amigo el Sol en tu carrera? ¿Tienes otros proyectos en puerta?

Soy fiel a Mi Amigo el Sol – ríe –, me casé con este proyecto durante tres años, pero tal vez el próximo pueda tener la oportunidad de trabajar en algunas cosas pequeñas. Esta película representa mucho, sinceramente no me lo esperaba, pero hace poco recordé que era algo que de niña quería lograr y lo olvidé con el paso de los años. Yo crecí en la Ciudad de México y me acuerdo que me llevaron en un paseo escolar al Centro Histórico y al Museo de Antropología e Historia y yo vivía fascinada por todo lo que teníamos en nuestra cultura. Claro que está mucho el rollo de los sacrificios y eso no es muy Disney, pero hay algo maravilloso aquí y, si lo ves desde su perspectiva, no era algo malo, así se inculcó por los conquistadores. El caso es que yo veía en todo esto una historia sobre nuestra cultura y nuestras raíces.

En el negocio de la animación fácilmente te entregan un guion sobre princesas y lo haces porque tienes que comer aunque no estés de acuerdo con esta ideología, pero, eventualmente, bajita la mano, fue surgiendo una visión más inclusiva y se están terminando los cuentos de princesas. ¡Adiós! Hay que voltear a ver qué hay en México. ¡Hay un montón! Venga, vamos a hacer proyectos y no solo aquí, también en Latinoamérica. Es algo muy chingón. Hace unos años perdí la esperanza, al final decía, bueno, sigo contando historias, dedicándome a lo que hago porque dibujo para vivir y estaba muy realizada, pero, de pronto, llegan estas oportunidades tan inesperadas, de las que debes tomar las riendas y te toca decir: ‘Vamos a aventarnos’. Cada día me acuerdo de mi sueño, pero soy cuidadosa porque soy un poco negativa y sé que no todo es maravilloso; hasta ahora todo va muy bien y estoy feliz. Solo espero poder hacer más proyectos así. Aún lo tengo que terminar, pero que vengan muchas más oportunidades, para muchas otras personas. Las y los chicos que vienen llegan con mucha frescura y nuevas ideas, ojalá que podamos ver ese contenido.

A partir de este proyecto, ¿cuáles son las historias que quieres contar en el futuro?

Me gustaría contar historias de Tabasco, Guatemala, Costa Rica, Oaxaca; que cambien los escenarios. Mi amigo Sergio Neri está haciendo un libro que se llama Monumentos Mexafísicos y la idea es compilar leyendas de toda la República Mexicana; me encantaría hacer una serie sobre esto, me gusta mucho el misterio, los fantasmas, la fantasía, el terror y los niños empoderados. Además, me agradan mucho las historias de Alejandra Gámez, nunca he trabajado con ella, pero me fascinaría animar sus textos en largometrajes y cortometrajes, digo, así nada más, pidiendo deseos de proyectos que estarían padres – ríe – y ojalá que algún día se pueda. El año pasado, metí junto a Gustavo Cosío y Miguel Vélez un proyecto en Pixelatl sobre terror para niños, que combina algunos elementos culturales latinoamericanos; está en proceso y estaría muy padre concluirlo.

¿Cuál es el sello de Ale Pérez?

A mí me gusta que sea divertido y que el trabajo sea lo más ameno posible. Hace mucho tiempo, cuando estaba en la escuela, pensaba en crear algo serio para cambiar la vida de las personas, ahora lo pienso y me burlo un poco de esa versión, me digo a mí misma: ‘Cálmate, no te lo tomes tan en serio’. La vida es más tranquila, uno empieza con una intención, pero la idea es ir navegando con la corriente.

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Karla León Ver todo

Escribo sobre cine, música e industrias creativas. Me gusta conocer, contar y crear historias.

Twitter: @klls_luu

Instagram: @luu_lese

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