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Spider-Man: No Way Home: una película de emociones y nostalgia sin enfoque

Spider Man No Way Home critica 1

Este texto contiene spoilers

Por: Isaac Avila (@elpinshidiablo

Recuerdo el momento cuando la sala se preparó para la proyección, lo sorprendido que estaba y la satisfacción que trajeron el trabajo de Sam Raimi y compañía a los fans de antaño del amigable vecino de Nueva York. No nos imaginábamos el impacto que tendría en nuestras vidas, sobre todo la de mi hermano. Desde ese momento vio hasta el cansancio todas y cada una de las entregas de la trilogía, se convirtió en su superhéroe favorito y en cierta manera le acercó al mundo del cómic en sus distintas versiones. 

Cuando todo el hype sobre la posibilidad del Spider-Verse en el Universo Cinematográfico de Marvel comenzó y, con el antecedente del éxito de Spider-Man: un nuevo universo (Persichetti, Ramsey y Rothman, 2018), no pudimos evitar la abrumadora emoción de poder ver las otras versiones del arácnido en acción, además del regreso o reivindicación de los villanos que, de a poco, se nos fueron presentando. El panorama lucía prometedor, y conforme se acercaba la fecha todo apuntaba a que se convertiría en uno de los eventos en la cultura pop con más trascendencia que los mismísimos Beatles. La tarea era muy, muy difícil. Las expectativas para Spider-Man: No Way Home estaban muy altas.

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Respondieron al llamado, no de la mejor forma y adaptándose a las audiencias, y entregaron un producto pobre y carente de sentido, como la La Liga de la Justicia (Snyder, 2021), que si bien reivindica el trabajo de Whedon, no termina de adaptarse al mercado, perdiendo tiempo en redundancias y abusando de la cámara lenta hasta el hartazgo. 

Mucho del problema que veo en las películas de Marvel gira en torno a su relación con el resto de películas: no funciona si no la vez en conjunto, y si bien es un experimento interesante que ha marcado el modo de concebir estos productos, le quita el mérito a la obra y la hace un pase entre una entrega y la otra, donde la esencia de cada una se disuelve. 

Ya salieron las primeras críticas de Spider-Man: No Way Home

Spider-Man: No Way Home: el problema de sus personajes y su falta de enfoque 

Comencemos con el planteamiento de Spider-Man: No Way Home, donde se hace cada vez más evidente que los personajes en este universo tienen la capacidad de razón de un niño de cuatro años, y no es que esté mal, es una entrega para estas audiencias y tampoco demerito la capacidad de los pequeños, sino que, en un multiverso de tantas posibilidades, las cosas suceden porque nadie se detiene a usar la razón, así seas un genio, playboy, filántropo y millonario o su heredero espiritual. 

Si bien, mucho de lo que ha hecho que Spider-Man conecte desde siempre con su público es la naturaleza humana de sus problemas y cómo un cataclismo o un demente con trajes, armas o capacidades superiores, son llevados a otro nivel, la banalidad que dispara el drama es absurda; se burlan de nosotros hasta en los diálogos, diciéndonos: hablando se pudo solucionar. Para no perder el piso: sí, es una película para niños basada en personajes de historietas, lo que no hace que sean fieles al trasfondo que les han construido por décadas. 

Hablando de personajes, parece que nadie se detuvo a analizar Spider-Man 3 (Raimi, 2007), donde el exceso de personajes les quitó la oportunidad para desarrollarlos o Infinity War (Anthony y Joe Russo, 2018), donde todo gira en torno al villano y le permite construir bases sólidas sobre sus motivaciones, su pasado y el porqué su objetivo es tan importante. 

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Mucho de lo que hizo legendarias (pero también un poco repetitivas) las peleas en la saga con Toby y Amazing Spider-Man (Webb, 2012), era el momento de redención de sus villanos, cuando se presentan más como víctimas de las circunstancias que como simples malos malotes. Spider-Man: No Way Home les quita esa oportunidad y se va por caminos fáciles para “desarrollar” la trama, donde todo pasa porque es gracioso o es un deus absurdo que hace que títulos como Dr. Strange (Derrickson, 2016) pierdan sentido. 

Sin la profundidad en la escritura de los personajes, sólo quedaba rezar por que el talento de los actores resaltara entre todo el mar de explosiones, cosa que sí sucede: Dafoe, Molina y Foxx hacen un papel buenísimo reinterpretando a sus personajes, lo cual no se nota con Maguire y Garfield, quienes parecen que se juntaron por los billetes. Sus personajes no ayudan en nada, sobre todo el segundo, que no pierde oportunidad en humillarse y ser el payaso del grupo. 

Como ya es costumbre, el peso argumental de las situaciones pierde sentido en la escena siguiente, lo que ya podríamos marcar como sello de la casa. Basta un corte para que el mood construido en la escena anterior cambie y no nos vayamos a poner tristes toda la película, recuerden, es para niños. Como si ellos no lidiasen con esos sentimientos a diario también. 

No está de más comentar que las conveniencias y el pasó así porque así lo quiso la sagrada línea del tiempo, inundan la película. Tiene un par de descansos entre cada escena de acción, y no es queja, pero hace que cada vez tenga que ser todo más y más espectacular para no perder la atención. Insisto, el tiempo en pantalla de los personajes es muy poco y evita que ese desarrollo que nos quisieron vender sea artificial y suceda sólo porque Peter tiene que pasar por ciertos momentos y aprendizajes para convertirse en el Hombre Araña que todos esperamos. 

Lamentablemente, la película carece de un alma, de una visión directiva que marque el enfoque de la historia, el desarrollo de sus personajes y la narrativa. Es un cúmulo de fan service que termina por cumplir con las expectativas, pero que en todo lo demás deja mucho a desear respecto a la calidad. 

No quiero que se me mal interprete, Spider-Man: No Way Home me ha gustado; es una montaña rusa de emociones y nostalgia en cada momento. Ya sabemos que el tono es excesivamente gracioso, y el que rompa con la dinámica de la propia película ya es una peculiaridad de la casa del ratón. Pero de eso no pasa, es un tributo al trabajo del pasado, a los fans y al personaje que ha marcado generaciones por su humanidad, sus ganas de ayudar y la capacidad de sacrificar todo lo que ama en función de lo que cree es correcto. 

Veamos cuánto más le dura a Marvel el éxito con estas películas mediocres y cumplidoras, en las que sus personajes tienen nulas capacidades de análisis o resolución. Esperemos que, en caso de evolucionar, el género de acción con temática superheroica nos lleve a la oportunidad de explorar más chispazos de otros géneros, de narrativas y personajes que no se pierdan en el mar de sinsentido y absurdos que solo se explican porque así lo quisieron los ejecutivos. 

Ve aquí nuestro podcast dedicado a Spider-Man: No Way Home

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