Saltar al contenido

Spider-Man: Un nuevo universo | Crítica

spiderverse cropped.0 e1547001235640

Por: Isaac Avila (@elpinshidiablo

Hay veces que salimos del cine como si hubieramos recibido un regalo, como si el boleto que adquirimos incluyera algo más que la historia que disfrutamos. Las frecuentes y sesudas (ajá) discusiones con amigos sobre el aporte que el cine puede tener en la vida de quienes osan entrar a una sala o darle play a alguna película en la plataforma de streaming de su gusto, y pretenden comprender las decisiones que llevaron a los personajes a tomar caminos inimaginables o predecibles, suelen no llegar a ningún lado. 

Pero precisamente esos detalles, personajes, composiciones visuales, adaptaciones, curvas dramáticas, y cuales quiera que sean las razones para que uno se quede frente a la pantalla por horas, sólo para conocer el destino de los personajes de quienes nos hemos enamorado o que, sobre todas las cosas queremos ver perecer, son la razón de ser del consumo de historias. Diría en una ponencia Xavier Velasco: uno no lee -observa- una historia para facilitarse la vida, sino para complicarse, para pensar, encontrarse, destrozarse y aprender, si bien nos va, algo.

En este caso, Spider-Man: Un nuevo universo (Persichetti, Ramsey y Rothman, 2018) cumple una función vital para la industria de Marvel: acercar sus historias a un público menos especializado. Como bien hace DC con su división animada, lleva grandes tramas de las viñetas para atrapar a audiencias más grandes. Sí, sé que también su universo cinematográfico y televisivo tiene o podría tener esa misión. Digamos que esta industria ha ido más allá y ha puesto en el mapa un producto literario que estuvo a punto de caer varias veces y por eso, grandes empresas como Warnermedia y Disney poseen los derechos de DC y Marvel respectivamente.

Still-from-Spider-Man-Into-the-Spider-Verse.jpg

La adaptación de esta serie de más de 30 cómics nos concede lo importante en una historia del arácnido, qué significa portar el manto del vecino amigable. Los personajes, a pesar de siempre estar peleando con súper villanos, detener holocaustos y dar hasta su vida para salvar el día, tienen una vida “normal”; el mayor aporte del gran Stan Lee a la industria, un montón de problemas ordinarios a personas que no tendrían, ¿o sí? Porque la responsabilidad que representa hacer algo aunque la lógica diga que no, forja a los verdaderos héroes.

Visualmente, como la historia en viñetas, Spider-Man: Un nuevo universo mezcla una infinidad de estilos y elementos característicos del cómic, primeramente para entender que nuestros protagonistas vienen de universos diferentes, y después para mantenernos atentos y que no perdamos detalle de las sutilezas en la vastedad del multiverso; y, obviamente, para crear la gran atmósfera fantástica que han logrado. Los movimientos y emplazamientos de cámara no tienen desperdicio, siempre aportan a la gran cantidad de acción para resaltar detalles que ayudarán a formar el carácter y las relaciones entre los personajes.

SpiderVerse_cropped.0.jpg

Últimamente en la mayoría de las salas, aun con sus certificaciones, el sonido se percibe muy en frecuencias altas y medias. Hay sonidos graves que pierden impacto y evitan que se condense la atmósfera diseñada con el audio para muchos filmes. Hay explosiones y composiciones orquestales que se sienten vacías con esta variación en los complejos. Esto impacta en una historia como esta porque hay muchos momentos musicales y de acción que se pierden.

En el departamento de personajes tenemos al colectivo arácnido que funciona como un protagonista colectivo que avanza y aprende para llegar a una conclusión satisfactoria. Muy bien desarrollados para entender la gran responsabilidad que adquirieron con sus poderes. Por otro lado, pasamos de los villanos planos que son malos porque así nacieron y vemos a un personaje bidimensional (lo cual ya es un avance) que muestra la misma obsesión que el King Pin del universo Netflix-Marvel, Vanessa. No es malo, sólo está desesperado.

Si estás ávido por ver una buena película sobre Spider-Man, cargada de referencias a la saga de Raimi, las caricaturas, cómics, el multiverso Marvel y hasta a las viejas aventuras de los Looney Toones, esta película te encantará. Hay escenas calcadas de las viñetas que te harán brincar de la butaca y un festín referencial que te dejará muy contento, sobre todo en las escenas post créditos. La pregunta obligada es: ¿por qué si lo pudieron hacer tan bien aquí, no se refleja en todas sus películas? Sería bueno platicar con las personas de Pascal para entender porque sus equipos no han trabajado juntos y nos siguen entregando producciones como El sorprendente Hombre Araña (Webb, 2012 y 2014) o Venom (Fleischer, 2018).

Deja un comentario