Lecciones de un cinefotógrafo mexicano en Estados Unidos

“Porque soy mexicano”. La famosa frase enunciada por Guillermo del Toro tras ganar el Globo de Oro a Mejor Director por La forma del agua (2017) es también el mantra de Antonio Mata Sánchez, fotógrafo con una extensa carrera profesional en Estados Unidos y quien ha observado de primera mano la fama que tienen los mexicanos como solucionadores de problemas en una industria como la hollywoodense.
Tony Mata es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por el Tecnológico de Monterrey, Campus Sonora Norte, y su trayectoria abarca diferentes ámbitos de la fotografía fija y en movimiento. Iniciando su carrera de fotografía en la publicidad y medios corporativos, Antonio logró integrarse como productor de stock para la agencia Energy Productions ubicada en Los Angeles, California, y liderada por el legendario fotógrafo Louie Schwartzberg. Tiempo después Energy Productions se uniría con Getty Images y Tony se incorporaría a su planilla. Desde entonces, produce imágenes de stock y videos corporativos para clientes como CBS, BBC, TV France, Disney Travel, DKNY, Chrysler, ESPN, Discovery Channel, John Deere, Harley Davidson y Bank of New York, entre otros.
Tony Mata también ha participado en el departamento de locaciones para películas como Junk Food Generation (Shinobu Sakagami, 1999), Traffic (Steven Soderbergh, 2000) y Confessions of a Dangerous Mind (George Clooney, 2002). Como cinefotógrafo, ha participado en las películas Wraith (Michael Sajbel, 2017) y Síncopa (Dir. Alan Gutiérrez), ésta última en etapa de postproducción.
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Desde su casa en Florida, pero sin disimular su marcado acento sonorense, Tony Mata nos cuenta en una cálida entrevista para Zoom F.7 el inicio de su pasión por la fotografía, sus influencias, algunas anécdotas y también varios consejos. Aunque nos centramos en su experiencia en set, nos invita a charlar en un futuro próximo sobre fotografía fija, área en la que también tiene una trayectoria digna de abordar.
¿Qué es un director de fotografía y qué se necesita para ser uno?
Les voy a dar una respuesta menos centrada en nosotros porque los egos no caben en el set ni en ningún lugar. El director de fotografía no es más que una persona encargada de poner en la pantalla la visión del director. No sé por qué, en el proceso, se generó esa cultura de que el director de fotografía es un ser extraordinario o arrogante. Nada de eso, el director de fotografía es un servidor y sirve a su crew. Ése es el espíritu de cooperación, no es trabajar para, es trabajar con; eres extraordinario porque eres un servidor. Entonces un director de fotografía, primero que nada, es el encargado de llevar a la pantalla de la manera más eficaz, elegante, rápida y creativa, la visión del director en cuestión de cámara, iluminación, enfoque, lentes, etcétera, para poder aprovechar la magia que crean los otros departamentos y cómo llevarlo de mejor forma a la pantalla; ése es el vehículo que hacemos nosotros. Pero insisto, no somos nadie sin el departamento de arte, no somos nadie sin maquillaje, no somos nadie sin los P.A.’s (asistentes de producción, por sus siglas en inglés). Por favor, que empiece a desapegarse esa cultura de “ya llegó el director”, “ya llegó el DoP” (Director de Fotografía, por sus siglas en inglés). Desháganse de esa ilusión, no estamos para el ego, estamos para servir y para desarrollar una pasión que es la fotografía y contar una historia. Esa es mi definición muy, muy personal.
¿Qué se necesita para ser uno? Mucho trabajo, mucho estudio y leer mucho de otros fotógrafos (como lo hicieron ellos), estudiar su trabajo, estar al tanto de las técnicas y mucha práctica. La gente tiene la concepción de que cualquiera puede usar una cámara, pero dásela a cualquier persona y fíjate en los resultados. Es como un instrumento musical, yo te puedo dar a ti una guitarra Fender Stratocaster y no me vas a sonar a Eric Clapton, yo le puedo dar a Eric Clapton una copia comprada en Tepito y él te puede hacer maravillas, ¿me entiendes? No es el instrumento, y por eso muchos se confunden; hay que estudiar la cámara y aprender a utilizarla.
¿Cómo inició tu pasión por la fotografía?
Yo desde que tenía 12 años me enamoré de la fotografía. Mi abuela me regaló una camarita en forma de Charlie the Tuna, que era un atún de la marca Star-Kist, le puse rollo y me fascinó. Luego mi papá vio el interés y me dejó usar una cámara Zeiss Ikon que él tenía. Yo no me la acababa: poder meterle un rollo y ver a través del lente, enfocar, meter el diafragma y observar cómo se transformaba a través de éste. En la primera vez que revelé, la primera vez que empecé a tomar cine de Super 8 mm en la prepa… siempre hay una primera vez que haces algo y son como escalones, y cada escalón que vas tomando ves para atrás y dices “yo no me regreso, yo quiero ir adelante”. Entonces, son muchas ocasiones en las que me di cuenta de qué es lo que quería hacer en toda mi vida; sin embargo, es el espíritu creador y de trabajar en equipo el que me ha mantenido en este negocio.
¿Qué diferencias encuentras entre la fotografía fija y la cinefotografía o cuál te apasiona más?
Las dos me apasionan, me enloquecen. Ambas son diferentes, pero iguales, súper parecidas, casi gemelas. Un amigo muy querido también cinematógrafo dice “si no sabes tomar una buena imagen en una foto fija, ¿¡qué carajos quieres hacer en 24 fotos por segundo?”. Un mentor, Louie Schwartzberg, me dijo que el fotógrafo fijo es el que hace al mejor cinefotógrafo porque los de fotografía fija son más detallistas que los que vienen del video. Una foto fija es una cosa que puedes ver por largo tiempo en una pantalla, en papel, en una impresión, en una revista, en lo que sea, y la puedes estudiar, escrudiñar perfectamente y eso te lleva a hacer las cosas de una forma muy detallada, lo que te ayudará en la cuestión de cine y a la foto en movimiento.

¿Cómo fue el camino desde abajo y cuáles fueron los obstáculos que enfrentaste para llegar a la dirección de fotografía?
Para mí los principales obstáculos fueron dominar la cámara de cine de 35 mm (la Arri 2C), por el costo de la cámara y el del material que es carísimo. Lo pudimos lograr porque había una industria en Hollywood que le llaman short ends: cuando están filmando una serie de T.V. o haciendo cine se utilizan magazines de 1000 pies —por ejemplo— y hacen una toma en la que les sobran 400 pies de un magazine, entonces, ese sobrante se re enlata y se vende a un costo reducido. Gracias a esto pudimos filmar material para Getty Images.
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¿Qué significa para ti haber entrado a una industria tan grande y multicultural como la hollywoodense? ¿Hay algo que distinga al mexicano de otras culturas?
Nos distinguimos por saber trabajar en equipo, por tener una creatividad muy especial, iniciativa y la capacidad de subir el valor de producción con poco presupuesto. También nos distinguimos por tener “resourceful”, es decir, tenemos la capacidad de resolver problemas, muchas veces sin la herramienta adecuada pero nos aventamos y lo logramos. En una ocasión se rompió el Follow focus, que es una perilla para hacer el enfoque en una cámara. El engrane estaba barrido, no funcionaba y había que hacer un cambio de enfoque muy detallado y no se podía hacer nomás rotando el anillo directamente, entonces, se me ocurrió ajustar con una liga un lápiz al engrane del enfoque y el lápiz te provee una palanquita con la cual puedes hacer con mucho cuidado cambios de foco muy detallados. Totalmente una improvisación pero me acuerdo que les funcionó muy bien. El focus puller nos dijo que eso jamás se le hubiera ocurrido y al final nos sacó del apuro.
Hagamos a un lado la cuestión técnica, ¿qué te gusta del cine mexicano y qué te gusta del cine estadounidense?
Lo que me gusta del cine mexicano, del más reciente y de la época del cine de oro, es la magia. Ya sé que está muy trillada la frase “la magia del cine” pero es que el cine mexicano tiene magia lograda verdaderamente con el guion, con la manera de contar las historias; no tanto los efectos especiales, no está dependiendo de cuestiones digitales sino más bien de la creatividad. Me encanta eso del cine mexicano, tiene una capacidad de historia muy buena.
El cine estadounidense tiene lo mismo: También tiene creatividad, muchísima calidad, la técnica y tecnología de lo mejor que hay. Desafortunadamente,se está viendo mucha falta de ideas en Hollywood, hay muchos remakes, hay muchos estereotipos y muchas fórmulas también.
¿Cuál es el proyecto que más te ha llenado de satisfacción durante tu carrera?
He tenido muchísimos proyectos, de todo tipo: de stock, publicidad, comerciales, de cine y he estado participando aquí y allá, pero el que más satisfacción me ha dado como cinefotógrafo ha sido la película Síncopa del director Alan Gutiérrez. Lo que logramos poner en la pantalla fue algo sin precedentes creo yo, dado el bajo presupuesto y que éste no afectó. Habrá sido de bajo presupuesto pero había alta motivación: el crew tenía mucha noción del trabajo en equipo, sacamos tantas cosas adelante en momentos donde ya no sabíamos qué iba a pasar y salía la cosa, todos se pusieron la camiseta dándole hacia adelante sin quejarse ni nada y fuimos por todo. Hubo muchos momentos que parecía que no iba a salir la cosa porque no funcionaba el carro que íbamos a usar, nos iban a correr de la locación o se nos acababa la luz… mil cosas y de alguna manera lo sacábamos adelante. Todos le metieron muchas ganas y eso al final es como irse a la batalla con los mejores.
¿Qué fotógrafos te han inspirado y con cuáles directores te gustaría trabajar en un futuro?
Si quieren aprender la cuestión de perseverancia, de cómo salir adelante y sobre todo una técnica y capacidad de fotografía exquisita, yo creo que no hay nadie como el mexicano Gabriel Figueroa. Estamos hablando de la época del oro del cine y cuyo mentor fue el famosísimo Greg Toland, que también recomiendo que lo estudien, afamadísimo por muchas películas pero en especial por Citizen Kane (1941), que si no la han visto es un pecado. Es una película muy avanzada desde el punto de vista cinematográfico que rompe con todos los moldes. Y una de las razones por las que yo he aprendido mucho viendo cine de la época de oro es porque en aquel tiempo tenían las limitaciones de la luz (se requería mucha luz) y por la falta de color lo tenían que traducir todo en escala de grises y luz y sombra. Cuando tienes la limitación del blanco y negro se convierte en alas para volar creativamente. Y cuando dominas el blanco y negro en foto fija y en foto en movimiento, te viene natural comprender la luz en color. Gabriel Figueroa ha inspirado a todos los cinefotógrafos habidos y por haber, mexicanos y no mexicanos. Hay películas de él con directores como Luis Buñuel, John Huston y Emilio el Indio Fernández, son películas de mucha calidad que deben estar en su acervo de cine.
Les recomiendo también revisar a Vilmos Zsigmond y Lázló Kovács, dos húngaros famosísimos en Hollywood y provenientes de un sistema comunista donde no habían los medios o el dinero, y se la tuvieron que ingeniar con muy poco para hacer buen cine. Vean sus películas, llegaron a Hollywood e hicieron películas increíbles como Easy Rider (1969), por ejemplo. Ellos decían que los húngaros podían hacer mucho con muy poco y de eso ahorita somos muy famosos los mexicanos, podemos poner mucho más valor de producción de lo que en realidad invertimos. ¿Cómo? con creatividad y con ganas.
¿Con cuál director gustaría trabajar? Así de sueño guajiro, quién sabe. Es una pregunta muy difícil porque yo ya he trabajado con directores muy fregones, de alguna u otra forma, y me siento muy orgulloso de haberlo hecho. Yo ya trabajé con George Clooney en Confessions of a Dangerous Mind (2002), yo ya lo vi en acción como director y también a su director de fotografía, Newton Thomas Sigel. Yo estaba en el departamento de locaciones, no estuve en el departamento de cámara, pero aprendí, y una anécdota que yo recuerdo del equipo de Newton es que el martini shot (la última toma de todo el plan de rodaje) lo hicimos en Nogales, Arizona, y era una escena donde el protagonista de la película va a tirar un cuerpo en el desierto (él es un asesino de la CIA). Se hace la toma a dos cámaras, acaban de rodar, se acaba la luz, ya se está metiendo el sol y grita George Clooney “¡suban una cámara a la plataforma para tomar la puesta de sol!” y volteamos y ya había una cámara puesta, ya no más iba subiendo el 2nd AC (segundo asistente de cámara), el 1st AC ya estaba arriba y Newton ya iba subiendo desde antes de que Clooney gritara. Newton Thomas estaba siempre dos pasos adelante y cuando yo le pregunté que cómo es que supo que Clooney iba a pedirle eso, él decía que ya sabía cómo trabajaba George y se imaginó que en esa toma iba a haber un atardecer. “Estamos en Arizona, ¿cómo no vamos a filmar un atardecer?”, me dijo. Y entonces rodaron cuando ya se estaba metiendo el sol y yo me quedé bien apantallado con Newton Thomas Sigel, trabajando desde la parte baja del tótem como lo era mi puesto en el área de locaciones.
Otro personaje que también le aprendí muchísimo fue a Steven Soderbergh con Traffic (2000), que también les sugiero que lo estudien mucho. Su primera película, que la sacó en 16 mm, se llamó Sex, Lies and Videotape (1989) y él funcionó como director de fotografía y operador de cámara por cuestiones de presupuesto, pero a lo largo de su carrera en los créditos de director de fotografía es él. No es que yo sugiera que es el mejor sistema pero, por su manera de ser, él prefiere no dar instrucciones. No es como otros directores que tienen sus cinefotógrafos de muchos años y ya se leen la mente unos a otros como me sucede con Alan Gutiérrez, que ya nada más nos vemos y hay telepatía en ciertas cosas. Pero, Soderbergh es de un carácter un poco fuerte y él prefiere hacer su trabajo de cámara y lo hace muy bien. Me gustó mucho trabajar con él, estuve tres semanas en el departamento de locaciones pero como estuvimos en Nogales (Sonora), yo era el único del crew que hablaba español y me convertí como en un representante de la producción y entonces tuve la oportunidad de trabajar con él directamente. Es muy raro para alguien de locaciones trabajar directamente con el director. Otro director con el que he trabajado es Michael Sajbel, director de Hollywood cuyo trabajo más famoso es The Ultimate Gift (2006), una película muy bonita que también recomiendo. Michael es un tipo de director que no requiere de storyboards; todo lo llevábamos con lápices y servilletas y pedacitos de papel, fue muy interesante.
En México hay un problema de centralización en cuanto a industria y recursos, lo que ha derivado en un incremento de cineastas independientes a lo largo de la república. Tomando en cuenta esto, ¿qué consejos le darías en cuanto a fotografía para que sus proyectos se vean de calidad sin importar el bajo presupuesto?
Michael Sajbel me decía “es que no hay nada que esté escrito, todo está reescrito”. No se trata de que estemos copiando pero se trata de estar conscientes de qué es calidad y qué no lo es, y ese es el principal problema que he visto tanto en alumnos, en compañeros, gente que apenas comienza o amateurs: no tienen esa capacidad, ese chip que les dice “¿sabes qué? esto apesta, esto está mal”. Se enamoran tanto de su proyecto que lo ven y piensan que está bien hecho y no lo está. Es como el cocinero que pierde la capacidad o el sentido del gusto. ¿Y cómo puedes desarrollar esto? Pues vas con otros cocineros y pruebas otras comidas y entonces por allí está el secreto. Ver mucho cine de calidad, verlo y hacerle la disección, ver mucho los Behind The Scenes (detrás de cámaras) que hay en internet, hay mucha información disponible. No necesitan una cámara Arriflex, Panavision, Alexa o Red para hacer cine de calidad y saber que está bien, pueden tener una cámara más humilde, una DSLR con un buen lente y hacer las cosas bien, pero hay que saber cómo hacerlo. Entonces, los invito a que vean mucho cine de calidad, los BTS y ver cómo lo pueden imitar, que vean mucha foto fija de los maestros (Ansel Adams, Cartier-Bresson).
Estudien la foto fija y comprendan cómo es la luz, la sombra, cuál es la dirección de la luz, por qué está suave, por qué se requiere una luz dura, empiecen a comprender la luz y véanla cuando están en una situación normal: a mí no me pueden apagar el switch, jamás. Yo estoy en un restaurante o en un lugar cualquiera y estoy viendo el radio de contraste (de 3:1 a 2:1), estoy adivinándote una exposición de 5.6 y una ASA de 400 sin sacar el medidor. ¿Por qué? Porque me he educado, lo he memorizado, lo traigo en la cabeza, y no dependo todo de verlo en el view finder, sino que lo practico. Algo que también recomiendo mucho es hacer foto fija con película y aprender exposición… Hay muchas cosas, pero más que nada lo que recomiendo es saber qué es bueno y qué es malo, y eso se sabe viendo buen cine y analizarlo.
Una última cosa: sean muy aventados, pero no se sobrevaloren, no se sobreestimen. Muchas veces yo veo el fenómeno del cuate que dice “yo lo puedo hacer todo, yo edito, soy un mago de los efectos especiales, un máster del marketing…” y allí ya valió madres. Si no tienes un equipo, en el cual cada uno de los elementos es un fregón, no va a funcionar a la larga. Entonces, hay que balancear las cosas; la capacidad, la inventiva, el arrojo y el poder que te da la creatividad, pero, también observar que la cuestión viene de las ideas. Como les he dicho a todos los que he tenido oportunidad de dar clases y que me preguntan por la mejor cámara o el mejor equipo, “el mejor equipo es el teclado, o un lápiz o una pluma”. Porque si no tienes primero un buen guion o unas buenas ideas, por mejor cámara que tengas o buen equipo de edición, pues sólo harás una cosa mediocre. Todo comienza a partir de un guion en el cine, o de un buen plan de mercadotecnia, una de esas dos cosas. Si no tienes eso pues va a valer gorro el asunto. Primero los cimientos de la casa o del edificio y ya después que hagan todo lo que quieran, pero si no hay cimientos pues de qué vale la cosa, se te va a caer. Son cosas que uno ha ido aprendiendo.
¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?
Uno de los mejores consejos que me han dado fue el del empresario Walter Burr. Era amigo de mi papá y también dueño de una fábrica de embutidos, norteamericano y súper fan de Clint Eastwood. Me decía “mira, Tony, tú un día vas a conocer a Clint Eastwood pero no lo vas a conocer en Ciudad Obregón. No seas pendejo, aviéntate”. Pues me fui. Esto es lo que les aconsejo: aviéntense, salgan de su entorno, identifiquen cuál es su zona de confort y sálganse de allí lo más que puedan sin arriesgar mucho, pero tampoco estén muy conformes ni sentados a gusto en la silla, siempre estén incómodos y con ganas de más.
El otro consejo que me queda hasta la fecha es el del padre Fidel, un sacerdote católico que era mi maestro en La Salle y fue muy buen amigo y consejero de todos. Me dijo: “Toño, te aventuras a una profesión en las artes… así como en el tenis, busca siempre elevar tu juego participando con los mejores jugadores y que tu coach sea Dios”. Es decir, no tengan miedo de asociarse con alguien mejor que ustedes, al contrario, busquen gente con mayor talento porque así va a subir su juego y también van a empezar a solidificarse como equipo. Y siempre de la mano con Dios.
A manera de despedida, Tony Mata invita los lectores a ponerse en contacto con él a través de sus redes sociales (@travelumen en Instagram) para que puedan exponerle sus dudas o comentarios sobre fotografía. Pueden ver parte de su trabajo en su página web o en su perfil de Vimeo.
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