¡Shazam!: la esperanza de DC

“(…) I believe I can fly
I believe I can touch the sky
I think about it every night and day (Night and day)
Spread my wings and fly away
I believe I can soar
I see me running through that open door
I believe I can fly
I believe I can fly
I believe I can fly hoo…”
–I Believe I Can Fly (Kelly, 1998)
Toda la película me hicieron creer que cantarían esa rola y nada, aunque debo decir que Warner lo hizo bien. A partir de la historia del superhéroe protagonizado por Asher Angel como Billy Batson, Shazam! (Sandberg, 2019) plantea temas profundos respecto a las relaciones interpersonales y la percepción sobre uno mismo; tópicos oscuros como el origen de los siete pecados capitales y la eterna batalla entre el bien y el mal. También se caracteriza por mucha violencia, misma que se ejecutó con maestría, con todo y la falta de sangre en la fórmula. Supongo que esto se trató de hacer con Batman v Superman (Snyder, 2016)…y ya sabemos cómo resultó.
Como bien saben, la película presenta la historia del origen de Billy Batson y su relación con el mundo mágico y familiar. Bueno, lo interesante está en contar con un personaje todopoderoso de 14 años de edad, con sus problemas de adolescente y los cuales resuelve así, como un niño. El filme está dirigido a los públicos más jóvenes, sin dejar de lado el fan service para los más experimentados en esta materia. Emergen referencias al ya extinto, o no, universo cinematográfico de DC, con cameos y toda la cosa. Aun con ello Shazam! se percibe muy diferente al resto, tanto por su ritmo acelerado como por el hecho de que los personajes no están tristes en todo momento o con cara de palo (Ben, te estoy viendo). Este relax que se permitieron sin duda ayudó mucho a la narrativa.
Aunque hay un momento en el cual la trama da vueltas en círculos sin llegar a ningún lugar, logra resolver las curvas dramáticas de los personajes, cerrar los plantings y entregar una digna batalla final.
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Visualmente es muy agradable, aunque a veces los personajes en CGI parecen hechos de plastilina y vemos la cabeza de Zachary Levy flotando. El diseño sonoro es casi épico y nos encontramos con rolas bastante conocidas en el cine, porque les aviso que esto sucede en Philadelphia, tierra del mismísimo Semental Italiano.
Es una muestra de que DC puede hacer películas aptas para los estándares de los molestos fanboys, a quienes se les ha tratado de cumplir con títulos como Aquaman (James Wan, 2018), que si bien parece que estamos viendo Thor: Ragnarok (Taika Waititi, 2017) ya que se basa en la misma estructura narrativa y casi es una calca visual de ésta, la película se siente como una propuesta asiática, llena de clichés, deus y kaijus, lo cual hace que se aleje del estilo Snyder y sus Marthas.
Shazam! es un ejemplo de cómo si DC le apuesta a buenas historias separadas, que construyan bases sólidas para su universo, con personajes sustanciales y un drama de calidad, seguramente muy pronto nos anuncien algunos crossovers con miras hacia un universo cinematográfico que no debe ser como el de Marvel. Ahí es donde puede ganar, con las diferencias y sus grandes personajes de las viñetas. Ojalá este universo continúe con resultados interesantes, ya que todavía falta ver a Flash, Wonder Woman 2 (Patty Jenkins, 2020) y Joker (Tood Phillips, 2019).
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