Ben-Hur: el pan y circo de los estudios de producción

La segunda película más rentable en la historia de Hollywood volvió innecesariamente en este verano para provocar un fracaso épico, mostrando una antítesis de lo que fue su antecesora. La fórmula de la seguridad ahora lleva los éxitos pasados como una constante, pues contar nuevas historias es como caminar en la oscuridad para los estudios, sus razones tendrán. El entretenimiento para las masas siempre es lo más beneficioso, pero ¿y si de esta forma tampoco hay recuperación?
Judah Ben-Hur (Jack Huston) es un judío de familia bien acomodada en la ciudad de Jerusalén durante el reinado del Emperador Tiberio. Después de ser acusado por un supuesto atentado contra la vida del recién llegado Prefecto Poncio Pilato (Pilou Asbæk) es sentenciado por su propio medio hermano romano Messala (Toby Kebbell) a vivir como esclavo en los remos.
Los inversionistas del entretenimiento de la Metro-Goldwyn-Mayer junto con Paramount Pictures contrataron al director ruso Timur Bekmambetov para dirigir y rehacer la épica de Ben-Hur con una inversión de 100 millones de dólares. La historia la conocemos todos, pero el director de Abraham Lincoln Cazador de Vampiros (2012), nos trae un relato acelerado para el nuevo público millennial, resumiendo una cinta de 3 horas y media en 124 minutos.
Los personajes sobrefabricados, así como sus diálogos y su producción impecable resultan en una burla de un estilo obsoleto. Dentro del género épico de producciones antiguas, las actuaciones son estériles ya que nunca se llegan a digerir debido a la velocidad de la cinta. El altísimo con sus apariciones no conmueven, tampoco la interpretación del siempre notable Morgan Freeman como Sheik IIderim rescata.
Todavía hay algunos que recordamos el filme de 1959 dirigido por William Wyler, además de sus 11 nominaciones y sus 147 millones recaudados, por el ritmo de su historia, en el que no se notan brincos tan fuertes de una escena a otra. Bastaba con la adaptación exitosa de la novela de Lewis Wallace por Karl Tunberg.
Como mazo llega la carrera de cuadrigas que pierde su forma en la reconstrucción con CGI, siendo una de las más memorables en la historia del cine, termina siendo deshumanizada o lo que es aún peor: una vil escena de acción. El sonido y la música son inherentes y no ofrecen alicientes extras para la cinta.
El interés de los estudios por la recaudación es entendible, aunque no debería ser el único mercado. Por mencionar datos, Gary Barber es el productor de la MGM desde hace más de 30 años, y ha financiado diferentes proyectos, por ejemplo: La triología de The Hobbit, Hansel y Gretel: Witch Hunters, Robocop y Poltergeist por mencionar algunas. Ahora, Ben-Hur se ha quedado a 22 millones de dólares de recaudación de momento, respecto a los 100 millones que resultaron en la inversión. Aunque las proyecciones todavía no terminan, la meta está lejos.
La producción intrascendente de Gary Barber y de ahí a la realización del director Timur Bekmambetov transformaron y ni si se acercaron a la cinta de Heston, terminando en un paupérrimo y absurdo melodrama. Entretenimiento que no nos ofrecen algo diferente, sólo el famoso pan y circo de los estudios.
Luis Zenil Castro
Productor audiovisual y dibujante.
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