The Bear: melancolía y ansiedad a la carta | Crítica

The Bear es un inusual drama culinario que “desmenuza” la cocina desde la frialdad administrativa, donde el talento gastronómico es el último de los problemas.
Tras ser considerado uno de los mejores chefs del mundo, Carmy (Jeremy Allen White) decide regresar a Chicago para encargarse del establecimiento de sándwiches estilo italiano de su fallecido hermano Michael (Jon Bernthal). Agobiado por el duelo, las deudas y el desorden en la cocina, Carmy contrata a la sous chef Sidney (Ayo Edebiri) para controlar el caos del staff y su administrador, el impulsivo primo Richie (Ebon Moss-Bachrach).
The Bear es una serie muy vinculada al pasado familiar del showrunner Christopher Storer. La principal locación es un negocio real llamado Mr. Beef, propiedad de su amigo Chris Zucchero, quien tiene cameos como proveedor de carne. La estética del lugar constituye gran parte de la atmósfera decadente y sombría del programa: el ficticio The Original Beef of Chicagoland es un lugar detenido en los años 80 y con amplio estacionamiento para los comensales que jamás ha tenido. Entre otros temas, el productor deseaba reflexionar sobre longevos negocios familiares que sobreviven a la gentrificación paulatina de sus comunidades.
Si bien la premisa se aproxima al convencional going back home, el regreso del protagonista al hogar implica un viaje más complejo, en especial por su fallida trayectoria en la alta cocina, pasado profesional que lo tiene sumido en una contagiosa ansiedad. De forma pesimista, el programa aborda la industria culinaria en su imagen más deslucida, donde el espíritu creativo (a lo Ratatouille) tiene menor relevancia que lavar trastes o seguir mecánicamente las órdenes de un jefe idiota.
La explotación laboral en la industria restaurantera ha tomado importancia en la opinión pública. En un breve flashback, vemos a Carmy siendo humillado por el chef del (posible) Eleven Madison Park o cualquier establecimiento con estrellas Michelín, imagen que resuena en cada momento agitado de la temporada.
Los guionistas de The Bear no justifican dicha violencia, pero sí intentan establecer una verosímil narrativa sobre cómo el estrés inherente en una línea de trabajo, al calor de hornos y estufas, termina por convertirse en una olla a presión esperando la mínima tensión para estallar. La misión suicida de Carmy intenta mostrar que la excelencia de un negocio no está en el control y la prepotencia jerárquica, sino en el respeto y los lazos afectivos con colegas que pasarán juntos la mayor parte del día.
Cada personaje secundario representa un rol específico en el caótico equipo de trabajo, que se balancea entre la brigada francesa (rígida dinámica liderada por Sidney) y la anarquía irresponsable, sistema heredado por Michael y defendido por Richie. Carmy es el muro de contención entre ambas perspectivas que terminarán chocando violentamente en el clímax del episodio 7, uno de los mejores momentos en TV del año. De hecho, para esta primera temporada, Storer tuvo en mente contar algo parecido al suspenso de El Submarino (1981), con todos esos buenos marineros perdiendo el control.
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Pero no todo es “realismo” gourmet, la trama de The Bear también aborda el duelo y los conflictos de una familia rota. Para los hermanos Christopher y Courtney Storer (chef consultora de la serie), la aflicción resultante de la muerte de Michael está basada en el propio drama familiar posterior al divorcio de sus padres; el monólogo en Al-Anon tiene gran carga de ese trasfondo. La imponente presencia de Jon Bernthal para realizar un cameo refuerza el sentimiento de orfandad, como si el único conector entre desconocidos hubiera desaparecido.
El rescate de la tienda de sandwiches es un desesperado plan para recuperar el tiempo perdido y la memoria del hermano muerto, ya sean empleados o familiares, como Richie aferrándose histéricamente a la violencia con arma en mano; incluso Sidney, quien ni siquiera conoció a Michael, termina succionada por la vorágine de agitación autodestructiva.
Con episodios de corta duración, The Bear es un inusual drama culinario que “desmenuza” la cocina desde la frialdad administrativa, donde el talento gastronómico es el último de los problemas. Las inspecciones sanitarias, conflictos entre empleados o el sistema de pedidos pueden hacer colapsar al restaurante, sin importar las buenas reseñas; una oscura reflexión para cualquier tipo de emprendimiento. También, el microuniverso de The Original Beef of Chicagoland guarda importantes paralelismos con la industria; por ejemplo, Marcus (interpretado por Lionel Boyce) está basado en la trayectoria de Malcolm Livingston y la cultura del Noma (en Copenhague) es constantemente referenciada.
Con un montaje que puede estimular la ansiedad de los espectadores, la primera temporada de The Bear es un bloque narrativo que funciona estupendamente como miniserie sobre reencuentros familiares, partidas sin despedida y relaciones laborales tóxicas en la industria gastronómica.
The Bear se estrena en Star Plus Latinoamérica el 12 de octubre.
En España ya está disponible en Disney +
Tráiler de The Bear
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