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Cinco cineastas nos comparten sus películas mexicanas de terror favoritas

películas mexicanas de terror

El horror es demasiado humano, hay que temerle más a los vivos que a los muertos.

Guillermo del Toro

El mes del terror se acaba, pero las películas están ahí siempre para hacernos experimentar sentimientos que nos causan escalofríos, que incluso nos hacen derramar algunas lágrimas, o que nos llevan a reflexionar sobre diversos temas de la vida cotidiana que van más allá de lo paranormal.

Aunque el cine de terror ha sido relegado por décadas en los más grandes festivales, ha ido encontrado sus espacios propios y creado sus propios certámenes y muestras. Desde el Festival de Cine de Sitges, el International Horror Film Festival, y muchos más, cada año el catálogo del género crece, y no es la excepción el del cine mexicano con festivales como el Feratum Film Festival, Mórbido y Macabro.

Y para echar un vistazo al cine nacional de terror que se hace en México, recurrimos a diversos profesionales de la industria, quienes comparten con el público de Zoom F7  sus películas mexicanas de terror favoritas para que explores otras opciones además de los títulos más conocidos de otros países a nivel mundial.

Recomendaciones de películas mexicanas de terror

Emilio Portes Gil, director de Belzebuth 

Aunque la incursión del terror mexicano han sido esporádico y escaso de clásicos contundentes, creo que cada década ha tenido cintas importantes. Por fortuna, el periodo de aparición de buenas películas de terror comienza a acortarse no sólo porque hay más producción en general, si no también porque hay un mejor entendimiento y respeto al género. Obviando a Carlos Enrique Taboada y a Juan López Moctezuma, para mí algunas de las más relevantes son:

Cronos (Guillermo del Toro, 1993)

 

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Como preparatoriano fue un shock ver una película de vampiros cien por ciento mexicana que no se veía ni se escuchaba ni como sexy comedia, y menos como del cine de oro. Pero, sobre todo, fue una cinta redonda, emotiva y que le daba la vuelta a los lugares comunes del terror. De hecho es uno de los títulos más revolucionarias en el subgénero de chupasangres.

Disponible en Amazon Prime Video

Canoa (Felipe Cazals, 1976) y Rojo amanecer (Jorge Fons, 1989)

 

canoa pelicula mexicana

Aunque aparentemente ninguna de las dos obras clave de estos dos pesos welter de nuestro cine fueron intencionadas como cintas de terror, cada vez que las vuelvo a ver logran lo que pocas películas de “home invasion”; su nivel de suspenso y crudeza son tan brutales e impactantes, que hacen traumáticas, y sobre todo inolvidables, los dos pasajes de nuestra historia moderna que muestra cada una.

Canoa está disponible en YouTube

Rojo amanecer está disponible en ClaroVideo

Vuelven (Issa López, 2017)

 

vuelven pelicula issa lopez

Me parece que fue un uppercut con intención hacer un terror diferente y que hablara del terror de la violencia en la que sigue sumergida el país. El golpe pegó y noqueó con todo en el extranjero, mientras que en México es una película que poco a poco va asentándose como un clásico moderno.

Disponible en Blim

Y entre los guilty pleasures, amo por lo destrampadas: Caperucita y Pulgarcito contra los monstruos (Roberto Rodríguez, 1962) y Autopsia de un fantasma (Ismael Rodríguez 1968).

Otras recomendaciones de Emilio son El escapulario, México Bárbaro y Kilómetro 31.

Fanie Soto, guionista de Cosas imposibles 

El escapulario (Servando González, 1968)

 

El escapulario servando gonzalez 1

En imágenes de un México posrevolucionario, la atmósfera de una historia que parece contarse desde un espejismo, o desde una clásica leyenda de espantos que pudo haber ocurrido en cualquier colonia de nuestro país. El escapulario posee particularidades de un cine innovador y propositivo; una cámara subjetiva que acompaña a los personajes como uno más, e incluso, juega con su posición y su interacción con los personajes para dar la sensación de que uno mismo es quien está ahí, descubriendo el hilo del misterio. El sonido se hace parte del juego de las perspectivas y las locaciones que evocan al inconsciente fotográfico (el tren, los campos, las casas con patios llenos de plantas, el agua de las fuentes, los callejones, plazas en domingo familiar) conviven en un tratamiento estético que transita entre la mente de un hombre que delira y las escenas de los restos de una sociedad molida por la guerra.

Conocí esta película cuando tenía unos ocho años, recuerdo que su impacto fue tal en mi vida, que hasta le fecha hay escenas a las que llamo: “la del ahorcado”, “el tren”, “la canción animada” o “la revelación del final” que se mantienen tan vivas en mi mente como sus atrevidos e imposibles planos, sus travellings a gran velocidad, o el alma oscura de su relato. Creo que ahora es un gran momento para volver a hablar de esta película tan, como dicen por ahí: adelantada a su tiempo. Realizada en una época en que el cine de terror muchas veces se preocupaba por hacer calcos tropicalizados de éxitos americanos o europeos, El escapulario, retrata de la mejor manera posible la esencia de las leyendas tradicionales mexicanas.

Hoy se sabe que Servando González (primer director mexicano en dirigir una película en Hollywood), aceptó filmar para el gobierno en turno la matanza de 1968, y que, gracias a ello, recibió como recompensa un título como: Director General de Cine de la Presidencia de la República, filmes de los que se dice, se les cambió el nombre y más tarde, quedaran destruidos durante el incendio de la Cineteca Nacional, tema del que nunca quiso hablar, argumentando que él solo entregó los rollos.

Disponible en YouTube

Bruno Santamaria, director de Cosas que no hacemos

La libertad del diablo (Everardo González, 2017)

 

La libertad del diablo

La verdad no veo cine de terror porque tengo muchas paranoias, desconfianzas y miedos presentes en mi vida cotidiana, y no me gustan los sustos, por lo que todo el tiempo trato de alejar cualquier fuente de imaginación de horrores. Sin embargo, a pesar de que La libertad del diablo me aterró, quise volverla varias veces. Son terribles las historias, dan miedo, dolor y angustia, pero a la vez es adictiva la sensación de ver las máscaras de les entrevistades modificarse, mojarse mientras lloran, ver sus sin rostros contando tantas terroríficas anécdotas con ojos tiernos, bocas sensuales, voces dulces.

La película genera una contradicción en mí como espectador, porque no me gusta lo que escucho, me espanta, pero me fascina mirarles y sentir que son “monstruos” mucho más cercanos a las personas de las que me suelo encariñar o incluso enamorar.

Disponible en Netflix.

Itzel Lara, escritora y guionista de Distancias cortas y Estanislao

Alucardos. Retrato de un vampiro (2011)

 

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Si bien es cierto que este es un documental clave para entender el genio y figura de Juan López Moctezuma, uno de los máximos representantes del cine de terror en México; Alucardos es también la historia de dos seres solitarios y entrañables que encuentran en una película y en su realizador, una razón para seguir adelante. Alucardos es adentrarse en una amistad profunda y sincera que se aferra al cine para no caer.

Disponible en FilminLatino

Alejandro Guzmán, director de Distancias cortas y Estanislao

Historias violentas (1985)

 

Historias violentas pelicula mexicana

Por los relatos que ahí se presentan bien podrían formar parte de La Dimensión Desconocida (en realidad es un filme homenaje a Luis Buñuel). Historias violentas es una obra infravalorada que te vuela la cabeza, y que los de Criterion Collection deberían rescatar. De mis favoritas del género.

En Servicio a la Carta, un bully se dedica a golpear a su  vecino Godín sin motivo aparente; Fuego Nuevo muestra una frustrada fiesta de disfraces que termina en tragedia de tintes prehispánicos; en Reflejos un veterano Don Juan tiene que lidiar con un encuentro cercano de tercer tipo; Última Función  presenta los asistentes de una película, sometidos a un test antes de abandonar la sala; y finalmente Noche de Paz, dondeLos vecinos de un barrio acomodado intentan apagar la alarma de un coche.   

Con el debido respeto que se merecen todos mis colegas, han pasado casi 30 años desde el estreno de Cronos (1993) y no hay ninguna película del género que le llegue a los talones. Es más, me atrevería a decir que ni siquiera el mismo Del Toro ha podido igualar la poética que encierra su ópera prima en su filmografía (quizá solo El Laberinto del fauno), un clásico del cine mundial que debería verse siempre.

Una versión remasterizada de Historias violentas está en Claro Video

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