The Criterion Collection o ¿por qué elegir formato físico en la era del streaming?

Por: Eduardo Reyes (@EduardoReyesSer)
El pasado 15 de diciembre, The Criterion Collection lanzó una edición especial de Amores Perros, la ópera prima de González Iñárritu. El lanzamiento contiene una restauración digital en 4K, banda Sonora 5.1 Surround DTS-HD Master Audio, entrevistas actualizadas con el elenco, videoclips de la banda sonora, documentales, ensayos, el rediseño de la portada y más contenido exclusivo. Sin duda es un hecho que emociona a 20 años del estreno de una de las películas más destacadas y populares del cine mexicano de inicio del siglo, pero ¿qué es The Criterion Collection y cuál es la importancia de su trabajo para el mundo cinematográfico?
Se trata de una compañía estadounidense fundada en 1984, cuya labor consiste en la distribución de películas clásicas y contemporáneas que contribuyen a la historia cinematográfica mundial. A través de formatos físicos como el Blu-ray, ofrece una amplia lista de títulos restaurados con la más alta calidad técnica para que el espectador aprecie las producciones lo más cercano a como sus creadores las idearon. De hecho, algunas de estas restauraciones las realizan en conjunto con los directores, fotógrafos y equipo creativo en cuestión.
Su surgimiento se remonta casi tres décadas atrás y está relacionada con dos compañías paralelas: Janus y Voyager. En 1956 dos apasionados por el cine, Bryant Haliday y Cyrus Harvey Jr., proyectaban películas que consideraban valiosas para la cinematografía. Trescientos espectadores por función llenaban el teatro Battle, en Cambridge, Massachusetts, para conocer el trabajo de directores como Bergman, Antonioni, Eisenstein, Fellini, Kurosawa, Ozu o Truffaut.
Debido al éxito ambos decidieron mudarse al cine 55th Street Playhouse en Nueva York. Ante un público cada vez más creciente fundaron la compañía Janus Films, lo cual les permitió adquirir los derechos para distribuir el trabajo de más cineastas que se sumaron su lista, como Varda, Chytilová, Kiarostami, Sembene y Tarkovsky.
En 1965 Saul Turell y William Becker compraron la firma, y años después ya en la década de los 80, los hijos de ambos empresarios (Jonathan Turell y Peter Becker, respectivamente) tomaron posesión de la compañía. Simultáneamente, estos últimos eran dueños de una asociación más llamada Voyager, a través de la cual publicaban programas educativos en CD-ROM, un formato innovador que ofrecía audio y video de mayor calidad (a diferencia del VHS y Betamax).
A partir del CD-ROM, Voyager Company desarrolló el LaserDisc, primer medio de almacenamiento en disco óptico. Esta innovación, y la experiencia de Voyager en la exhibición de cine internacional, propició la fundación de The Criterion Collection, que usó estas herramientas para publicar y distribuir la primera colección de películas clásicas y contemporáneas para consumo doméstico. Entre las producciones publicadas estuvo Citizen Kane (Orson Welles, 1941) King Kong (Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, 1933).
Al usar un formato como el LaserDisc, con una capacidad de almacenamiento más amplia, Criterion decidió complementar la colección con material adicional a la película. Esto representó una novedad sin precedentes y atrajo a los cinéfilos de la época, convirtiéndose pronto en la compañía más importante para la distribución de cine a domicilio en Estados Unidos.
Pasaron los años y después del LaserDisc surgieron otros formatos que perfeccionaron el sistema de almacenamiento. Desde el nacimiento del DVD en los años 90, el HD-DVD años después y el Blu-ray en el 2008, The Criterion Collection ha usado la tecnología disponible para ofrecer al espectador una experiencia cinematográfica de la más alta calidad.
Además, la compañía innovó en el mercado con el uso del formato letterbox, es decir, introdujo dos barras negras, una superior y otra inferior en cada fotograma para respetar la relación de aspecto en pantalla ancha de la película original. Anterior a ello, los DVD que se comercializaban cortaban la imagen al tamaño 4:3 (medida estándar de las televisiones en los años 90), lo cual limitaba la apreciación de la producción original.
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Otros aportes de la empresa son los contenidos extra. En la edición de King Kong por primera vez se incluyó una versión con comentarios; a partir de entonces el contenido se amplió a detrás de cámaras, escenas eliminadas, entrevistas, documentales, cortometrajes, críticas, videoensayos y demás materiales que complementan la revisión de los filmes y abren otros temas de investigación paralelos.
Pero lo que más resalta de sus ediciones es la meticulosidad invertida en el trabajo de restauración; en un principio se busca el negativo original, o el que tenga las mejores condiciones, luego, se escanea cuadro por cuadro para digitalizarlo, y posteriormente se corrige el color, la imagen, el sonido y se eliminan las imperfecciones. Esta labor puede durar hasta seis meses, pero el resultado es insuperable, tanto que sus ediciones podrían considerarse como versiones definitivas.
Tras más de 30 años comercializando sus ediciones a través del correo postal, y como respuesta a las necesidades de un público cada vez más conectado, Criterion abrió una plataforma para ofrecer su catálogo vía streaming. En abril del 2019 se inauguró The Criterion Chanel con más de 1000 títulos disponibles y programaciones temáticas que brindan una revisión especializada de su colección.
A diferencia de otros servicios similares, Criterion ofrece sus ya característicos materiales adicionales, charlas sobre cine con expertos, tráilers y teasers inéditos, funciones matinés los sábados y, sobre todo, sus restauraciones más recientes. Esto ha representado una opción viable para seguir consumiendo cine de calidad.
Sin embargo, en nuestro país aún no se tiene acceso al canal. En medio de una emergencia sanitaria como la que vivimos, en la cual las salas de cine se cierran por tiempos inefinidos, los espectadores recuren a otras opciones como Netflix, Amazon Prime, HBO Go, MUBI,Claro Video, Blim y más recientemente Disney +.
Tal variedad acerca a diferentes propuestas, pero, a la vez interviene en la experiencia cinematográfica. Según Edgar Torres Pérez, Subdirector de Preservación de Acervos de la Cineteca Nacional, egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y quien cuenta con una amplia experiencia en conservación de materiales fílmicos, este tipo de servicios “reduce los costos de distribución, y gracias a eso todos podemos acceder a diversos contenidos, sin embargo, estos siempre llevan una compresión bastante fuerte y la calidad tanto de imagen como de sonido disminuyen”.
Además, el streaming está sujeto al ancho de banda con el que disponemos en casa, si es fuerte nuestra conexión, la calidad podría incrementar. De lo contrario, los formatos físicos como el DVD o el Blu-ray presentan más estabilidad; y aunque también están sujetos a la tecnología disponible, Torres sugiere que “cuando vemos una película con un buen reproductor, una buena pantalla en 4K, que además esté calibrada y los colores ajustados, el formato físico sigue siendo superior al streaming”.
Otro aspecto que cambia entre el consumo físico y el realizado en línea es la libertad para ver íntegramente cualquier producción; algo que menciona Torres Pérez y que todos hemos sufrido en plataformas digitales es la sugerencia inmediata de otro filme “similar” cuando apenas ha terminado la última escena de la película actual:
“Esa clase de recursos son muy agresivos, cortar los créditos para iniciar otra película incluso atenta contra los derechos autorales, pues los créditos llevan un diseño, música y son parte de la película. De hecho, hay secuencias de créditos maravillosas e increíblemente diseñadas. Además, para las personas que trabajamos en cine, es muy importante ver nuestro nombre en la pantalla y al quitarlo se estaría alterando la obra”.
Y aunque esta no es una declaración en contra del streaming, sí es una oportunidad para reconocer el valor de los formatos físicos y de enfatizar el trabajo de compañías como The Criterion Collection que comprenden el aporte histórico de cada filme y lo presentan de una forma tan delicada que se vuelve una pieza de consulta única. Asimismo, su intensa labor de restauración digital es indispensable, pues sin este proceso simplemente el cine no se vería en salas, en Blu-ray o en línea, sobre todo aquellos que fueron hechos en formatos cinematográficos y que se han expuesto al paso del tiempo.
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