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Peaky Blinders: una imperdible entrega sobre gángsters ingleses

peaky blinders

Por: Erik León

Quizá no exista otra serie en la que se fume más, se tome tanto whisky y se vista de forma tan elegante como en Peaky Blinders. Pero esta serie de mafia que ya cuenta con cinco temporadas en Netflix es mucho más que eso. Su creador, Steven Knight, quien es más conocido por ser el guionista de Promesas del Este (2007), tomó la historia de una banda de delincuentes reales originarios de la ciudad de Birmingham y los hizo aún más famosos.

Knight se toma muchas libertades para contar la historia de esta banda que, aunque sí fueron conocidos por ser muy violentos incluso contra la policía, no llegaron a tener el imperio que se les atribuye en la serie. El director llena la trama de personajes históricos reales y los mezcla con la ficción, lo cual deja como resultado una entrega épica y entretenida. 

Básicamente la historia va de una familia de gánsters que, tras la primera guerra mundial (1914-1918), dirigen un local de apuestas. Poco a poco van ascendiendo hasta convertirse en los reyes de la clase obrera. Quizá lo primero que viene a la mente cuando ves la serie es El Padrino de Francis Ford Coppola, por aquello que todo gira en torno a tres hermanos ambiciosos dispuestos a todo para lograr sus objetivos. 

La serie marca la importancia de “la familia” y los códigos internos que los representan, códigos que durante su desarrollo podrían ser traicionados por la ira o la ambición, lo cual la convierte en una historia de suspenso que hará que te quedes al final de cada temporada. 

Pero si en algo más se parecen estas dos producciones es en el carisma de su protagonista. Tommy Shelby, el líder de la familia mafiosa (interpretado por el actor irlandés Cillian Murphy) es una de las principales razones para disfrutar de la serie. Su actuación extraordinaria logra comunicar mucho con una simple mirada, asimismo, tiene el toque de que su personalidad resulta tan cambiante, puede pasar de ser muy violento a un tranquilo hombre de negocios (otra cosa en común con el protagonista de El Padrino interpretado por Al Pacino). A la interpretación de Cillian Murphy también se suma la calidad del resto del elenco. Por ahí de la segunda temporada contamos con el placer de ver la actuación de Tom Hardy como un gánster judío, en quien es muy difícil poder confiar; al mismo tiempo es imposible no amar al personaje. O qué se puede decir de Helen McCrory como la Tía Polly, el personaje femenino principal más interesante de toda la serie, una líder nata y posiblemente la más fuerte y sensata de la familia.   

Steven Knight, quien es prácticamente el guionista de todos los capítulos, optó por los diálogos inteligentes y largas charlas de negociaciones entre delincuentes al estilo Coppola, lo cual deja ver los excelentes estrategas que son los hermanos protagonistas para sacar ventaja en cada situación que se les presenta, pero, aunque son crueles asesinos, siempre se enfrentan a bandas que son aún peor que ellos, lo cual los convierte en cierto tipo de antihéroes. 

Cada capítulo, filmado de manera muy cinematográfica, está acompañado desde Red Right Hand de Nick Cave & The Bad Seeds, hasta David Bowie o Radiohead, lo cual logra estremecer la propuesta visual y la trama.

Peaky Blinders se volverá un referente en su género. Se trata de una serie que disfrutarás hasta el final si amas las series inglesas, especialmente de épocas de la posguerra. Cada temporada cuenta con seis episodios que valen totalmente la pena. Si te gusta Los Sopranos, Brotherhood o Gangs of London, más vale que le vayas haciendo un espacio a los elegantes Peaky Blinders.

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