A 100 años de ‘El automóvil gris’ el primer docudrama del cine mexicano

Por: Rubí Sánchez (@rubynyu)
En 1915 una banda de ladrones aterrorizaba a la Ciudad de México. A bordo de un Fiat color gris, el grupo se disfrazaba de militares, y con el pretexto de contar con órdenes de cateo, tenían acceso a dinero, joyas y hasta a platería. Los habitantes los dejaban ir con sus pertenencias tras la promesa de recuperarlas luego de una investigación. En ocasiones los propietarios sospechaban y se oponían a los delincuentes, quienes respondían con la fuerza y huían en el famoso automóvil gris.
Cuatro años después, los crímenes fueron llevados al cine por Enrique Rosas junto a Joaquín Coss y Juan Canals de Homs, quienes tenían pensado crear una serie de 12 episodios que retratarían las fechorías de la banda del automóvil gris. Enrique Rosas nacido en 1877, se había dedicado a inmortalizar momentos de la Revolución Mexicana al considerarse “un ambulante” y filmar todo lo que le fue posible.
Sin tocar el movimiento armado, en El automóvil gris (1919) nos acercó a sociedad mexicana de esta época, su modo de vida y cómo se enfrentaron a la violencia de una banda de maleantes. Vimos otra faceta del México que nos mostró Eisentein o Fernando de Fuentes con cintas como Vámonos con Pancho Villa (1936).
Es considerado el primer docudrama mexicano, y está basado en los registros de Miguel Nocoechea, un reportero que cubrió los hechos, así como en las notas de Juan Manuel Cabrera, el asistente del jefe de policía a cargo de la investigación. Ambos ayudaron en el guion y Juan Manuel participó interpretándose a sí mismo
El filme se estrenó el 11 de septiembre de 1919 y rompió los récords de taquilla. Entre las salas de cine en las que fue proyectada está el Salón Rojo, ubicado en la calle de Plateros (hoy Madero), y el Olimpia. La historia se volvió todo un éxito, que siguió presentándose a lo largo de los años, tanto en cine como televisión, lo que la convirtió en la más importante del cine silente mexicano.
Los atracos de la banda marcaron a una sociedad que aún vivía los estragos de la Revolución Mexicana, su modus operandi hacía pensar que parte de la fuerza pública estaba coludida, puesto que las órdenes de cateo estaban firmadas por el general Pablo González -lugarteniente de Carranza-, quien llegó a ser considerado el autor intelectual. Sin embargo, en el trabajo de Enrique Rosas trató de exculparlo, por razones políticas, ya que era de los líderes revolucionarios presidenciables, de modo que en la cinta se hace pensar en uno de sus ayudante es quien robaba las órdenes.
La mayor parte del metraje de El automóvil gris recrea los hechos en las locaciones reales, y cuenta con imágenes reales de la ejecución de los criminales, que lo acerca con el cine documental hacia el final. Tales detalles causaron sensación en su momento, puesto que mostraron al público los hechos de manera más cercana. La película también cuenta con planos abiertos de la Ciudad de México, lo que nos permite revivir su época revolucionaria, ver sus calles originales y conocer un poco de la vida diaria de sus habitantes; vislumbra monumentos clásicos como “El caballito, así como algunos edificios del primer cuadro de la ciudad.
La historia es contada a través del histrionismo de sus actores, con sus movimientos y gestos exagerados, es posible apreciar sus emociones y acciones. La cinta es un thriller policial, con raptos, escenas de tiroteos y persecuciones. Es constante el uso de los primeros planos, el acercamiento o los planos generales, así como cortes precisos.
En 1933 se realizó una sonorización de la cinta, puesto que la música original se perdió, al mismo tiempo que se redujo la serie a un largometraje convencional de 111 minutos. De manera que la historia sufrió mutilaciones, al mostrar varias escenas inconclusas o incomprensibles, perdiendo así su sentido original, además de que la incorporación de diálogos hizo que el ritmo se volviera torpe.
Sin embargo El automóvil gris fue la primera película silente restaurada por el Laboratorio de Restauración Digital de la Cineteca Nacional, proceso en el que se intervinieron más de 180 mil fotogramas, restaurando color, estabilización de imagen, reconstrucción de intertítulos y en la recuperación de escenas que no habían salido a la luz en más de 90 años. De ahí que ahora se exhibirá una versión de 3 horas 40 minutos, intentando ser más fiel al trabajo original.
En torno a su centenario, el filme visitará diferentes ciudades de la Republica como: Aguascalientes , Guadalajara, Oaxaca, Tijuana, Guanajuato, Querétaro, así como la Ciudad de México. Esta versión contará con la musicalización del pianista José María Serralde Ruiz, quien compuso una partitura a partir de una prospección músico-historiográfica de la prensa y fuentes musicales de época.
Sus próximas funciones son una gran oportunidad de conocer un hito en la historia del cine mexicano, que causó sensación en su época y que sobrevivió al paso del tiempo al capturar un historia real, y que al ser llevada a la ficción, dejó huella en la sociedad mexicana de su tiempo, y que no deja de sorprender a la actual.
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