Cuatro directoras españolas que hicieron historia | Parte 1

¿Directoras españolas? Sí o sí debes conocer la historia de estas cuatro mujeres, pioneras en el séptimo arte de su país.
Recuperar genealogías, en este caso fílmicas, es indispensable para conocer una industria y sus prácticas, además, resulta fundamental para analizar las evoluciones que se han tenido (o no) en el arte. El papel de las mujeres en el cine es un tema aún con mucho por explorar; si bien, al referir a industrias representativas del cine —como la estadounidense y la francesa— ubicamos a nombres como Alice Guy, Dorothy Arzner e Ida Lupino, el panorama es mucho más amplio, ya que a lo largo de la historia se ha limitado el estudio de la tradición femenina en este arte. Como menciona la catedrática especializada Barbara Zecchi “la historia del cine ha ‘desenfocado’ la realidad femenina, al crear imágenes ficticias en la pantalla y, a la vez, borrar la presencia de la mujer detrás de la cámara”.
Por otra parte, no ayuda que muchos trabajos realizados por mujeres se han perdido, y que en su mayoría las pioneras hayan logrado sólo filmar una cinta. Sin embargo, en cada país existen esfuerzos por desenterrar esas historias. En el caso de España, académicas y críticas como María Concepción Martínez Tejedor, Patricia Barrera Velasco y la misma Barbara Zecchi han creado líneas para estudiar, explorar y, sobre todo, exponer cómo las mujeres españolas han logrado tener lugares importantes en el mundo del cine, no sólo actuando, escribiendo, produciendo y dirigiendo.
A continuación te presentamos a cuatro directoras españolas consideradas las pioneras a nivel nacional; personajes que representan momentos claves de la primera parte de siglo XX.
Directoras españolas que debes conocer
Elena Jordi
En 1896 España recibe la primera exposición del cinematógrafo de los hermanos Lumiére, marcando el inicio del cine mudo nacional, etapa que se extendió hasta 1932 con la llegada del cine sonoro en Barcelona. Elena Jordi entra en esta historia en 1909, luego de una carrera como actriz del teatro de variedades (mejor conocido como de vodevil) en películas como La loca del monasterio (1916), de la productora Studio Films.
Sin embargo, la fecha decisiva es 1918, cuando produce y dirige Thaïs, un cortometraje basado en la ópera homónima de Jules Massenet, obra ambientada en Egipto que sigue a un monje que intenta convertir al cristianismo a una cortesana llamada Thais. Del cortometraje no se conservan copias, pero sí artículos de la prensa que lo alaban.
El papel de Elena Jordi en el cine poco ha sido estudiado, pero trabajos como el de David Casals-Roma han rescatado su importancia. La voz de Thaïs es un documental de 2021 que sigue a Clara Mingueza, actriz española que busca llevar los restos de Elena Jordi a su lugar de nacimiento en Serchs, Barcelona, a la par de encontrar alguna copia de su primer filme dirigido.
Helena Cortesina
El éxito de producciones mudas en España tuvo su pico durante los años 20, cuando las producciones bebían de la historia literaria, exponiendo la vida rural y explotando el carácter español de sus personajes. En este periodo se enmarca Helena Cortesina. Su vida transcurrió entre 1903 y 1984, desarrollándose como bailarina, productora, actriz, compositora y redactora de guiones.
Debutó en el cine luego de llegar, sin intenciones de actuar, a un casting para el director José Buchs, con quien colaboró en La venganza del marino (1920) en un pequeño papel, y luego como actriz protagonista en La inaccesible (1921). Contrario a Elena Jordi, quien trabajaba en Barcelona, Helena fundó en Madrid su productora Cortesiana Films, para ese mismo año dirigir el largometraje Flor de España o la leyenda de un torero, estrenado en 1925. El guion fue del dramaturgo José María Granada; incluía corridas de toros reales, lo que llevó a que uno de los actores sufriera una cornada.
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A la par de producir y dirigir, Cortesiana actuó en junto a sus hermanas Ofelia y Angélica. Lamentablemente, de la cinta sólo queda un fotograma y algunos fragmentos de la partitura que compuso Mario Bretón. Además, el éxito para la productora no se logró…algo común en la época.
Fue así que Helena se dedicó de lleno al teatro, y antes del inicio de la Guerra civil se mudó a Argentina para continuar trabajando en la compañía de la actriz Lola Membrives, junto con García Lorca. Su último trabajo fue en dicho país, El ojo que espía (1966), dirigida por Leopoldo Torre Nilsson.
Rosario Pi
A principios de los años 30, el cine en España experimentaba una evolución ante la llegada de producciones extranjeras que ya incorporaban el sonido, por lo que pasó poco tiempo para que nuevas productoras nacionales experimentaran con la nueva tecnología. Rosario Pi fue una de esas personas que llegó al cine por el ámbito económico, y que, a comparación de otras directoras, nunca experimentó el lado de la actuación.
En 1931 creó la productora Star Film con el apoyo económico de Emilio Gutiérrez Bringas y la colaboración del mexicano Pedro Ladrón de Guevara. Filmaron las primeras películas sonoras españolas; El hombre que se reía del amor (Benito Perojo, 1932), Odio (Richard Harlan, 1933) y Doce hombres y una mujer (Fernando Delgado, 1934). En esta última, Pi incursionó en el guion.
Su siguiente trabajo combinó la escritura y la dirección. El gato montés (1935), basada en la ópera del español Manuel Penella, presenta un triángulo amoroso entre un torero, un bandolero y una gitana; la directora centró la atención más en la protagonista y no en los personajes masculinos, creando “una mezcla de géneros y estilos (el musical, el drama folklórico, la comedia, el melodrama y hasta el expresionismo alemán”. Su segunda cinta, Molinos de viento (1938), que adapta una zarzuela sobre amores entre marinos y lugareñas, se filmó ya durante la Guerra Civil y adapta una zarzuela.
Durante el estallido de la guerra huyó a París y prefirió continuar su carrera con los estudios Cinecittà (en Roma) que viajar en Hollywood…dato curioso, puesto que uno de sus primeros trabajos en el cine fue el mediometraje Yo quiero que me lleven a Hollywood (Edgar Neville, 1932), que exploraba la fascinación por el cine americano hasta un punto absurdo. En Italia se convertirá en ayudante de producción del director Vittorio de Sica. Volvería a España durante el régimen de Franco pero no le fue permitido rodar cine por lo que se dedicó a la moda.
Ana Mariscal
La guerra civil significó una pausa en la industria del cine español, el cual volvió a tomar vuelo hasta principios de los años 50, aunque bajo la supervisión del régimen de franco. Ana Mariscal vivió aquello muy de cerca, primero como actriz, cuando se interesó en el mundo del cine en la década de los 40 actuando para directores como Ignacio F. Iquino.
A principios de los 50 era considerada “actriz del régimen” y una de las grandes estrellas de la época, debido su participación en Raza (1942), también llamada Espíritu de una raza, una cinta nacionalista que ilustraba las maneras del “buen español, según el propio Francisco Franco, quien escribió el guion bajo el seudónimo de Jaime de Andrade.
Si bien Ana Mariscal, activa hasta principios de los 90, dio declaraciones controversiales, su afiliación al régimen no era completa. Así lo demuestra su primer trabajo en la dirección: Segundo López, aventurero urbano (1953), una comedia que colocaba a un pueblerino frente a la voracidad de la ciudad. La película no fue bien recibida por la crítica, ni por el régimen, por presentar el lado oscuro de la posguerra, el malestar y miseria de los habitantes de la ciudad.
La directora rodó otras cintas como Con la vida hicieron fuego (1957), La quiniela (1959) Los duendes de Andalucía (1965), Vestida de novia (1966) y El paseíllo (1969), su última película. Su gran éxito fue la adaptación de la novela de Miguel Delibes, El camino (1963), un proto coming of age sobre los recuerdos infantiles de un adolescente a punto de salir de su pueblo para continuar sus estudios…la adaptación bebé totalmente de la tradición neorrealista.
Referencias utilizadas en este artículo
Barrera Velasco, Patricia. Pioneras, escritoras y creadoras del siglo XX, ediciones Universidad Salamanca, 2019.
Zecchi, Barbara. Desenfocadas. Cineastas españolas y discursos de género. Barcelona: Icaria, 2014
Martínez Tejedor, María Concepción. Mujeres al otro lado de la cámara (¿Dónde están las directoras de cine?) en Tejedor en Espacio, Tiempo y Forma, Serie VII.
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rubynyu Ver todo
Mediadora de literatura y cine. Escribo para ZoomF7, coordino el Círculo de Tertulia y Cinefilia, soy la humana detrás de DogtorenLetras.
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