Yellowjackets: canibalismo adolescente

Este texto contiene revelaciones de la trama de Yellowjackets
Yellowjackets es una serie en progreso. En sus dos temporadas nos cuenta cómo un equipo de fútbol soccer femenil sobrevive a la naturaleza tras un accidente de avión. Con la escasez invernal de alimento, la antropofagia empieza a resonar, incluyendo una escena en que el hambre se parece más al amor romántico y al erotismo. Por supuesto que para llegar a este punto hay toda una construcción de personajes, aspecto fuerte de la producción que se divide en dos para presentarnos la época del accidente y la vida adulta de las protagonistas.
Debido al intempestivo aislamiento, las dinámicas de convivencia entre las chicas mutan, demostrando que los semblantes engañan. Por ejemplo, la líder del equipo, Jackie, sucumbe a las condiciones extremas de supervivencia, viéndose rebasada —como apunta The Take en su genial ensayo— por Lottie, la nueva matriarca. Además, Yellowjackets suma elementos sobrenaturales que retan las creencias y posturas de las protagonistas. ¿Por cuáles fuerzas está dominado lo salvaje?, ¿quiénes somos bajo la desesperación y la obstrucción moral?
La producción se basa en el accidente aéreo de El valle de las lágrimas en los Andes, donde un equipo de rugby uruguayo esperó 72 días para ser rescatado. Los involucrados pactaron fungir como alimento si de eso dependía subsistir, evidentemente no como goce socialmente prohibido, sino como muestra de amor por los demás. La serie, consciente de esta alternativa, va más lejos con un giro en que la antropofagia es fetichista y macabra.
Shauna está enamorada de Jackie. Vive bajo la sombra de la líder popular y perfecta que todos aman, la que sería reina del baile. Así, cuando Jackie muere, Shauna come su oreja más que por necesidad: también por el deseo de hacerla suya, de ingerir al ser amado. En nuestra jerga frases como “te quiero comer a besos” remiten al acto (sano casi siempre) de deleitarse eróticamente con el otro, aunque sugiere una cercanía extrema sólo impedida por las leyes físicas de los cuerpos que Shauna rebasa.
Asimismo, en nuestro bagaje cultural esta clase de frases evocan la eucaristía católica, que, aunque con otro propósito, describe la ingesta de un cuerpo amado (el de Jesús) para convertirlo en parte de uno mismo. El escritor Manuel Moros Pena plantea mejor estas nociones en su libro Historia natural del canibalismo, en el que además expone que los sobrevivientes del Valle de las lágrimas se valieron del pasaje de La última cena para concretar su supervivencia. ¿Podemos negar entonces la influencia de esta práctica (nacida en los principios de la civilización) en nuestra edad contemporánea?
Shauna, por otro lado, es uno de los personajes más interesantes de la serie, debido a que después de su rescate se casa con el exnovio de Jackie, lo que prueba las múltiples capas de una mujer atípica de vecindario. Cabe mencionar que mientras el pasado de Yellowjackets aporta la mayoría de tensión y terror, el futuro balancea la fórmula con un toque de comedia sin banalizar los traumas de las sobrevivientes. Dicho sea de paso, esta comedia esconde personalidades profundamente desequilibradas para las que el espanto no termina.

Una de las particularidades de Yellowjackets es la construcción de sus personajes y actuaciones, que atrapan desde el primer instante. Juliette Lewis y Christina Ricci, por mencionar a un par de histriones, repercuten en las interpretaciones de sus versiones más pequeñas gracias a un excelente cast y a la coordinación entre las actrices. En un ámbito distinto, la serie aumenta la respuesta emocional con una selección musical de los noventas que enfatiza la locura adolescente: Blur, The Cranberries y Nirvana, entre otros, son los artistas convocados.
La intro de la producción nos da más pistas de su momento clímax, ese en que habrá ritos caníbales religiosos y en que probablemente se nos revelarán detalles del misterio sobrenatural. Editada como un VHS, combina la despreocupada vida de colegio con osamentas animales, pesadillas y una inevitable sensación macabro-nostálgica. Como dato adicional, Yellowjackets recuerda a Nuestra de parte de noche de Mariana Enríquez, novela latinoamericana en que un dios ávido de sangre rige la vida de un culto.
El reencuentro entre todas las adultas sobrevivientes sucede casi por el final de la segunda temporada, igual que conflictos sobre maternidad, empatía y suicidio. Hay un guiño al onirismo de Twin Peaks por parte de Misty (Christina Ricci) durante una alucinación que incluye telón rojo, imágenes superpuestas, un musical y al emperador Calígula. En el mismo sentido, Taissa huye constantemente de su doppelgänger maníaco (referencia a Dale Cooper invadido por Bob). ¿Cuál es la verdadera forma de la fuerza que amenaza a las yellowjackets?, quizá la tercera temporada nos dé respuesta.
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Miguel Sandoval Ver todo
Me gustan las películas de Éric Rohmer y de Robert Bresson. Escribo en un intento por expresar lo inexpresable.