Siete polémicas sobre las películas nominadas al Oscar 2023

Más allá de las estatuillas y ceremonias, la temporada de premios permite al espectador promedio desempolvar al crítico cinéfilo (que todos llevamos dentro) para “analizar” una selección de largometrajes que quizá jamás habría visto, a no ser por el impulso mediático de una nominación al Oscar 2023. Es lúdico el intercambio de comentarios durante estas semanas, pero, casi siempre, tales opiniones vienen acompañadas de juicios extraestéticos ajenos a la condición artística del filme.
Para Nick Pinkerton, la exposición mediática prolongada de una película modifica el juicio generalizado sobre el filme, llevando a discusiones repentinas sobre “problemáticas” que ni siquiera están vinculadas directamente con el contenido de la obra. El periodista ejemplifica estos “oleajes” ideológicos con el caso Boyhood (2014).
Artículos como Not Everyone’s Boyhood (por Imran Siddiquee) iniciaron una discusión sobre cómo el filme de Richard Linklater fomentaba prejuicios racistas, al exponer la infancia de un chico blanco como representación hegemónica del estadounidense promedio. Tal debate fue modificando las críticas sobre la película, que pasaron de notables (durante las primeras proyecciones en Sundance y la Berlinale) a mixtas, mientras más cercano estaba el veredicto de los académicos.
Si bien las polémicas pueden ayudar a la estrategia de marketing y distribución, también representan un riesgo para la reputación de una producción y mala popularidad durante el periodo de campañas. Un factor definitivo para el triunfo de CODA (2021) fue la latente discusión sobre qué tan negativa y pesimista resultaba la homofobia interiorizada del vaquero protagonista en El poder del perro (2021). En contraste, las críticas al carácter white savior de Green Book (2018) poco afectaron su carrera por el Oscar, pues el votante promedio veía una historia compatible con el mito del cine como experiencia edificante.
Próximas a recibir un premio o nominación, las películas reciben una masiva evaluación moral, como si se tratara de la vida misma, donde poco importan las cualidades narrativas del producto. Así, filmes como Parásitos (2019) tuvieron forzadas lecturas progresistas sobre justicia social y lucha de clases, cuando el argumento se aproxima más a una comedia negra que roza la picaresca.
La edición 95 no está exenta de “oleajes ideológicos”, los cuales han tomado Film Twitter como principal arena de combate. A continuación, algunas discusiones sobre los largometrajes nominados este año.
Discusiones que han surgido ante los Oscar 2023
Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo está “sobrevalorada”
Considerar “sobrevalorada” a la principal contendiente es un lugar común de todos los años. Tras el éxito de Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo (EEAAO, por sus siglas en inglés) en los SAG (Screen Actors Guild Awards), periodistas y cinéfilos descargaron en redes sociales sus valoraciones negativas sobre el largometraje, llegando a considerarla inferior a CODA (2021), pasando por alto la buena recepción de audiencia y crítica lograda a mediados del 2022. Los detractores fundamentan el odio contra EEAAO en su argumento superficial y chapucero, misma crítica dirigida hacia El triángulo de la tristeza (2022), la otra comedia en competencia.
Franchement, je crois que la victoire prochaine de ce film aux Oscars face à (notamment) Spielberg est l’une des plus grosses supercheries de ces dernières années.
Même Coda l’année dernière c’était moins absurde. https://t.co/ZMzYssN0am— Simon (@Simon___Robert) February 27, 2023
Lo cierto es que la racha de EEAAO significa un logro para el cine de género, ya sea como comedia, fantasía o ciencia ficción, pues la obra de Los Daniels es todo menos “la típica ganadora del Oscar”. Este año fue otra oportunidad para remarcar la omisión del terror en categorías principales. ¡Nop! (2022), El Menú (2022) o Pearl (2022), que contaba con Mia Goth como carta fuerte en la categoría de Mejor Actriz, se quedaron sin oportunidades en el palmarés, aunque su trascendencia en la cultura popular vaya en ascenso.
Riseborough, Yeoh y la desigualdad de oportunidades
La aparición de Andrea Riseborough (To Leslie) en la carrera por el Oscar 2023 fue sorpresiva y algo atípica, pues ni siquiera se consideraba un dark horse. Promocionada mediante posteos en redes sociales durante el periodo de votaciones, la actriz obtuvo un lugar entre las nominadas, logro presuntamente investigado por incumplir las reglas de la Academia. El tema no hubiera escalado, a no ser porque dejó fuera a Viola Davis (La mujer rey) y Danielle Deadwyler (Till), dos interpretes que (se suponía) tenían lugares asegurados en la categoría.
El tema tiene un fuerte trasfondo racial, a lo que se suma la controversia de Michelle Yeoh y su publicación en Instagram (horas previas al cierre de votaciones), donde compartió un artículo de Vogue señalando el racismo sistémico en la industria cinematográfica. Posterior a los SAG, el posible triunfo de Yeoh ha sido cuestionado como acto de “corrección política”, cuando su trabajo por EEAAO fue uno de los primeros en liderar las quinielas.
El “antifeminismo” de Lydia Tár
Desde su estreno en Venecia, Todd Fiel recibió cuestionamientos sobre caracterizar a Lydia Tár (Cate Blanchett) como agresora sexual. A inicios de año, Marin Alsop (directora de orquesta mencionada en el filme) calificó a Tár (2022) de “antifeminista”, por retratar a una líder como “abusadora”, asumiendo “que las mujeres se comportarán de manera idéntica a los hombres”. Blanchett (quien participó activamente en la construcción del personaje) argumentó que el objetivo era abordar el poder desde su “naturaleza corruptiva”; mostrar el acoso desde otra perspectiva permitió matizar sobre cómo la cultura de la cancelación tampoco es equitativa en el reparto de condenas.
Cada año existe alguna discusión sobre el trasfondo moral de algún personaje o desarrollo argumental. A propósito de las críticas al oscarizado policía racista de Sam Rockwell en Tres anuncios por un crimen (2017) y otros personajes en sus obras teatrales, Martin McDonagh expresó: “confía en que tu audiencia tenga la inteligencia para saber el sentido de las palabras. Los personajes necesitan ser lo que necesitan ser. […] Si son homofóbicos, debes saber que es el personaje. Si hay palabras racistas, es para mostrarle a la audiencia que esta parte de Irlanda es racista. O vamos en la dirección de una nada blanda e inofensiva”.
Aftersun es “manipuladora” e “incestuosa”
Tal vez la controversia más gratuita del año. Ya sea la representación nostálgica de los daddy issues o el amor in crescendo hacia Paul Mescal, la ópera prima de Charlotte Wells tuvo una excelente respuesta emocional por parte de la audiencia. Como era de esperar, los smart guys de la crítica (poco tolerantes a fandoms nacientes) no tardaron en calificar Aftersun (2022) de “manipuladora”. A este desdén contra el encanto del filme también se unió el feminismo radical, con comentarios sobre la presunta insinuación de incesto entre los protagonistas y una hipersexualización de Frankie Corio.
Entre más gusta Aftersun, más desconfianza le tengo. No creo que haya logrado tanto por sus facultades cinematográficas —que las tiene— sino por su capacidad de manipular a partir de la identificación y la nostalgia
— Alonso Díaz de la Vega (@diazdelavega1) January 18, 2023
La gordofobia en La ballena
Quizás el argumento más acertado lo tuvo Roxane Gay (The New York Times), quien describió al filme como “representación humillante” de la obesidad, con un cuestionable uso del prostético. Aunque Darren Aronofsky intentó recalcar la “empatía” de su visión, hay momentos que hiperbolizan la “gordofobia” dentro del relato, como la última videollamada de Charlie (Brendan Fraser) con sus alumnos o la interacción con el repartidor de pizzas. Lo anterior exorbita el melodrama hasta niveles devastadores.
Un punto a favor para Aronofsky (asesorado por la Obesity Action Coalition) fue remarcar la complejidad dramática del protagonista: “Charlie es egoísta, pero también está lleno de amor y busca el perdón”. El personaje de Hong Chau también sirve a la ficción para ejemplificar la necesidad de trato comprensivo en el sector salud, donde muchos pacientes son juzgados antes de recibir ayuda oportuna para mejorar su estilo de vida. Sí, el sobrepeso es una condición de riesgo, pero el protagonista tiene otros problemas emocionales más importantes a tratar.
El triángulo de la tristeza y Glass Onion son la misma película
Tras el triunfo de Parásitos (2019) y éxito comercial de Entre navajas y secretos (2019), el humor negro sobre desigualdades sociales (eat-the-rich films) no goza de amplia aceptación. Si bien lo placentero del género es ver a un grupo de ricos pasándola mal, sin discursos morales profundos sobre la lucha de clases, usuarios en Twitter calificaron como “mojigatos” los argumentos de Glass Onion: Un misterio de Knives Out (2022), El triángulo de la tristeza (2022) y El Menú (2022), debido a que sus creadores (Rian Johnson, Ruben Östlund y Mark Mylod) bien podrían ser otro personaje clasista de sus propias películas. En otras palabras, se analizó a este trío con la misma lupa de los hermanos Dardenne.
The reactions to THE MENU, TRIANGLE OF SADNESS, and GLASS ONION are a great explanation of where my personal 'good satire or sanctimonious?' line in the sand is.
(The only one that achieves any sort of satire in my mind is the one with Benoit Blanc)
— Ryan Silberwhatever (@Silberwhatever) March 8, 2023
En realidad, las tres películas tiran para terrenos diferentes: El triángulo de la tristeza es una farsa con alta carga de misantropía (como en Tár, el poder corrompe a todos por igual), el whodunit Glass Onion obviamente iba a estar ambientada en una burbuja de privilegios (el glamur es primordial) y El Menú es una parodia directa al fancy food de Chef’s Table; esta última, también recibió críticas por el uso de un video de stock en su secuencia inicial.
I was reading up on The Menu recently and found an interview with cinematographer Peter Deming where he revealed the very first shot of the film is stock footage. Didn't notice when I saw the film but it's pretty clear once you know. Stock footage is indoors among other things. pic.twitter.com/LAL7lHVT2Z
— David F. Sandberg (@ponysmasher) February 6, 2023
Blonde es sexista y provida
A diferencia de La Ballena (2022), esta apología de la miseria sí hace referencia a un personaje histórico y su trágica vida, llegando a la revictimización. Bastante se ha escrito sobre el desafortunado tratamiento de guion al adaptar la novela homónima de Joyce Carol Oates, el cual ha concluido con una nominación para Ana de Armas. Aunado a la heterosexualización de Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody (2018) y el inverosímil apoyo de Elvis Presley al movimiento por los derechos civiles en Elvis (2022), los biopics cada vez son más cuestionados sobre sus “licencias poéticas”, las cuales proyectan (involuntaria o deliberadamente) persuasivos mensajes políticos e ideológicos.
¿Qué otra controversia recuerdas ante los Oscar 2023?
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