¿Qué les pasó a las abejas?: la historia de un genocidio silencioso

Por: César Cárdenas
De acuerdo con Bill Nichols en su libro La representación de la realidad: cuestiones y conceptos sobre el documental, la oferta cinematográfica no ficcional “… expone una representación o una defensa, o una argumentación, acerca del mundo explícita o implícitamente”. Con base en esta definición, ¿Qué les pasó a las abejas? (Robin Canul Suárez, Adriana Otero Puerto, México, 2019) funciona como barricada para los derechos de las comunidades mayas apicultoras.
Gustavo y Leydy, de la comunidad campechana de Hopelchén, aperturan el diálogo sobre la extinción de las abejas meliponas con la explicación detallada de los procesos artesanales que utilizan para extraer la miel con técnicas y métodos milenarios, los cuales representan el patrimonio inmaterial de todo un pueblo. El documental es valioso por la presencia nula de los realizadores; no se escucha una sola voz preguntando sobre la miel, la lucha en contra de los plantíos de soya transgénica o los debates desiguales con la comunidad menonita. Contrariamente, se abre espacio a los personajes, a los afectados.
La visión del documental como “herramienta para dar voz” se invalida en ¿Qué les pasó a las abejas?, cuyos creadores saben que los entrevistados ya poseen voz, y lo que realmente requieren son espacios de difusión masivos para llevar el mensaje, las pruebas y los testimonios a la mayor cantidad de personas posible.
Regresando a la miel, las mujeres de Hopelchén y Gustavo recapitulan 40 años de trabajo y pelea para explicarle al público el vínculo natural, basado en el respeto, entre apicultor y abejas, que persiste fuera de los procesos comerciales y las empresas que sobreexplotan los recursos naturales para satisfacer a una sociedad que cada vez consume más y restaura menos. En ese sentido, me parece interesante la comparación que una de las mujeres del pueblo hace sobre ella misma con las abejas. Por su organización y su sentido del trabajo, por la comunión que hay entre su trabajo y su sociedad y por la tarea incansable de pasar los conocimientos relacionados a la apicultura, cosa que también se propone el documental al intentar conservar y revalorizar este modo de vida.
Necesario es el visionado de este filme que de las costumbres pasa a las consecuencias, a la disminución en la producción de la miel causada por el glifosato, un herbicida setentero del ahora extinto (tras haber sido adquirido por Bayer en 2016) gigante estadounidense Monsanto que, según la Organización Mundial de la Salud, es “probablemente cancerígeno para los seres humanos”. De aquí parte la queja del pueblo apicultor: si bien México ha rechazado cargamentos con el herbicida, no será prohibido en su totalidad hasta 2024.
El químico deja postales atestadas por cadáveres de abejas, documentadas en la película. Esto exhibe a un gobierno incompetente en la materia (que apoyó, hasta su prohibición en 2017, las plantaciones de soya transgénica); sobrepasado e inactivo frente a la violación de los derechos de una comunidad que se enfrenta a nuevos estilos de vida, desconectados de la naturaleza y nocivos para las especies endémicas y para la supervivencia de la economía local.
La impotencia al no saber acudir orilla a hermanarse, hecho que se ve reflejado en aquella charla que vincula a México y Argentina en problemas medioambientales y que deja atrás las cifras inentendibles para mostrar consecuencias testimoniales. Eso sí, la población apicultora se encuentra informada profundamente sobre el asunto y las consecuencias que conlleva permitir el paso de estos cultivos y herbicidas, cosa que hace más interesante el asunto, pues son un sector que sabe qué pedir a su gobierno.
El genocidio silencioso, no sólo de las abejas, sino de la cultura y la ideología maya, “es un camino de ida” que causa la desintegración de los pueblos que necesitan apostar por estos documentales ágiles y claros, producciones que generan debate en una sociedad necesitada de despertadores cinematográficos.
De pronto, la defensa de Nicholls se convierte en un asunto multifactorial de implicaciones políticas, sanitarias, ideológicas y económicas que necesita de sus protagonistas alzando la voz, sin deseos de riqueza gratuita, pero sí de trabajo para salir de las condiciones adversas, para crear sentido entre los espectadores.
En esta ocasión está por demás la recomendación de un documental de semejante importancia social como lo es ¿Qué les pasó a las abejas?
¿Qué les pasó a las abejas? está disponible en FilminLatino
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