Succession: las claves del éxito de la mejor serie del momento

Por: Carlos Zenil
Succession presenta una familia disfuncional que tiene mucho en común con cualquier círculo familiar conflictivo, pero que se distingue por motivos más grandes que la hacen una familia única: son dueños de un imperio gigantesco de medios de comunicación, así como de empresas de entretenimiento. Con ello ostentan un gran poder en la vida económica, política y social de Estados Unidos.
La serie de HBO MAX, cuyos “cerebros” son Jesse Armstrong (creador británico conocido por sus comedias de culto) y Adam Mckay (director de La gran apuesta), te atrapará desde el inicio por las siguientes razones.
Cinco claves del éxito de Succession
Los Roy
La familia ficticia de Succession tiene claros paralelismos con los Murdoch, dueños de Fox News: la poderosa cadena de noticias conservadora con sede en Nueva York, conocida por ser la principal impulsora de la campaña del entonces candidato presidencial republicano Donald Trump. Los Roy son mediáticos, poderosos y únicos. Se manejan con una habilidad escalofriante entre el cínico mundo empresarial, ya que saben que tener piedad con sus enemigos es sinónimo de debilidad, inclusive si estos pertenecen a la misma familia.
Brian Cox tiene en sus manos el papel de su vida
Se trata del primer actor escocés, miembro de la vieja escuela británica y un interprete que ha sido infravalorado a lo largo de su carrera, en la que destacan títulos como Troya, Braveheart, Jason Bourne y Red. Cox también es conocido por haber interpretado a Hannibal Lecter antes que Anthony Hopkins en Manhunter (Michael Mann, 1986).
El actor logra una de las mejores actuaciones del último lustro, sin lugar a dudas. Su presencia vale cada minuto que interpreta a Logan Roy, magnate emperador y cabeza de la familia; un auténtico Tywin Lannister de nuestra era. El personaje es un viejo lobo de “la antigua guardia”, característica que es de las principales diferencias con sus herederos. Sin embargo, es genuino y sumamente despiadado, lo cual lo convierte en un auténtico rey de la jungla que reacciona antes que todos; como dice el viejo refrán: “mientras sus hijos van, él ya fue y regresó tres veces”, transformando cualquier crisis en su ventaja.
Jeremy Strong
Es la revelación más grande de esta historia. El actor interpreta a Kendall Roy, el hijo más próximo al magnate Logan Roy y heredero natural como cabeza del imperio de su padre. El oriundo de Boston da vida a uno de los personajes más empáticos, despreciables y profundamente humanos de la serie, algo que ya lo ha hecho ganador en los Globo de Oro y Emmy. Jeremy Strong es una gran revelación para la industria del cine, y su Kendall Roy es el equilibrio y desperfecto más grande de todo este drama.
El juego de poder
“Matar al padre” es una figura metafórica que utilizaba Freud para expresar el momento en que las personas maduramos y dejamos a los padres apartados. Los guionistas de Succession la han absorbido para llevarnos por una trama donde los herederos de Logan Roy creen tener los suficientes argumentos para poder pasar a ser la cabeza del imperio familiar, algo que los llevará a cometer las más hábiles estratagemas (pero también las metidas de pata más descomunales), y así situarse al borde del abismo ético y social de sus arcos de redención. El poder no se crea ni se destruye. Es poder, y manipularlo es todo, menos sencillo.
El realismo del mundo empresarial
Gracias al exquisito trabajo de producción, Succession no escatima de realismo y conducción. Su coherencia narrativa —en sintonía con la atmósfera— son de primer nivel, así como sus escenarios; desde grandes rascacielos en Manhattan a castillos medievales en Escocia. La opulencia del poder no repara en nada, así como la frialdad y poca empatía con el mundo básico es escalofriante.
Con todo esto, Succession convierte su drama en un juego de semidioses en la antesala del olimpo, el cual tiene como fin una sola cosa: concentrar de cualquier forma posible el poder adquisitivo de todos los mortales. Porque como Logan Roy le dice a su hijo Kendall; “¿Quieres hacer el bien? Bien, entonces mejor dedícate a ser enfermera”.
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