El escándalo: entre la justicia y el poder

Por: Karla León (@klls_luu)
En plena campaña del partido republicano para nombrar al próximo candidato por la presidencia de los Estados Unidos, la periodista Megyn Kelly, de la cadena Fox News, planteó en la agenda mediática las acusaciones de violación y acoso en las que se vio involucrado, años atrás, el magnate y contendiente Donald Trump. Pronto, la que se veía como una película en contra del ahora presidente, se transformó en una vívida y superficial trama sobre lo que atormentó, por años, a las mujeres del medio dirigido por Roger Alies.
Dirigida por Jay Roach, El escándalo retrata uno de los más grandes escándalos mediáticos de los últimos años, cuando la exconductora Gretchen Carlson (Nicole Kidman), denunció al ahora exdirector de Fox News, Roger Alies (John Lithgow), por acoso sexual, hecho que animó a más de una veintena de mujeres a seguir sus pasos para levantar la voz en contra de las conductas que, tanto directivos como colegas, realizaban de manera cotidiana.
Así, con un guion de Charles Randolph que perfila la fuerza del movimiento #MeToo, pero que resulta un tanto tradicional y, a ratos, confuso por la gran cantidad de subtramas y personajes involucrados, El escándalo sobresale por los hechos reales, el diseño de producción y las grandes actuaciones de la no tan reconocible Charlize Theron en el papel de Megyn Kelly, Nicole Kidman y Margot Robbie, quien encarna a un personaje que no corresponde a una persona real, pero que, al final, desarrolla y experimenta el sentir de las mujeres que ofrecieron sus testimonios.
Bajo la cinematografía de Barry Ackroyd, quien también colaboró en The Big Short (2015) y Detroit (2017), la producción presume una buena calidad técnica, aunque algunos espacios no son de lo más atractivos y en momentos de tensión -principalmente del equipo de redacción- se abusa de los movimientos de cámara bruscos y zooms injustificados.
Al dejar atrás la polémica ante la dirección masculina de una película que requería perspectiva de género para no caer en estigmatismos sociales o en personajes poco profundos que no plasmaran la esencia de las consecuencias por la violencia y acoso, El escándalo deja claro, desde el primer segundo y con el recorrido de Theron por las instalaciones de Fox (donde rompe la cuarta pared para explicar a detalle el conglomerado de Rupert Murdoch) que la crítica va más allá de estos casos.
De esta forma, el también director de Trumbo (2015), se toma el tiempo para exponer y esbozar las ambiciones laborales, la presión, el silencio, la incomodidad, la impunidad, así como la poca solidaridad femenina que se vive -hasta cierto punto, de manera muy generalizada- en uno de los medios estadounidenses más importantes en el mundo.
Con un final agridulce, en el que la justicia es un tanto desconcertante y de términos medios, la película logra que el espectador (con múltiples vaivenes), comprenda el mítico emporio apegado al discurso de Donald Trump y la historia de cientos de mujeres que viven día con día algún tipo de violencia o acoso en sus lugares de trabajo. Si hay algo que debemos aplaudir, es que El escándalo se atrevió a tocar uno de los temas más difíciles dentro de la industria cinematográfica y los medios de comunicación, así como la falta de empatía y descaro que resalta, incluso, desde las trincheras del actual gobierno norteamericano.
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