Doctor Sueño: Flanagan y sus asuntos de familia

Por: Irving Javier Martínez (@IrvingJavierMtz)
Treinta años después de los sucesos de El resplandor (1980), Danny Torrance (Ewan McGregor) es un ex alcohólico errante, quien ha logrado neutralizar a los espectros del Hotel Overlook. Él contacta “telepáticamente” a Abra (Kyliegh Curran), una niña que también posee “el resplandor” y testigo de los ritos de El Nudo, secta que asesina a niños para alimentarse de sus poderes. Danny y Abra se unirán para destruir a la tribu liderada por Rose (una maravillosa Rebecca Ferguson).
El año pasado, La maldición de Hill House llegó como obra definitiva de Mike Flanagan, autor que ha encontrado la sensibilidad emotiva en el género más estandarizado: el terror. La principal característica de la serie es el desarrollo a detalle de las personalidades fracturadas de cinco hermanos (afectados por la trágica muerte de su madre). La mansión es una siniestra y gótica manifestación de las dañadas mentes y corazones de sus protagonistas, como el
La adaptación de Doctor Sueño no pudo tener mejor director, ya que el material de origen (tanto libro como la película de Kubrick) le dio a Flanagan las piezas suficientes para armar un drama potente sobre el reencuentro y confrontación con un pasado doloroso. La crisis de Danny es un interminable luto ocasionado por la muerte de sus padres, el cual intenta reprimir con alcohol y el autoimpuesto aislamiento (como Luke en Hill House).
Más allá de la azulada fotografía de Michael Fimognari, el “toque Flanagan” se destaca por la falta de prisa para llegar al jump scare. El montaje del realizador es modesto, pero efectivo; sin complicaciones narrativas, para beneficiar el desarrollo del drama. Los momentos “mágicos” se sienten verosímiles (sin temas del “Macrocosmos”) y El Nudo es más terrorífico por las similitudes a la familia Manson y métodos de tortura que por succionar “resplandores”. Incluso, Rose tiene momentos de sufrimientos descarnado que le dan complejidad emocional (inesperada en una “villana” convencional).
En la primera mitad de la película se colocan a discreción todas las piezas del juego: desarrolla la comunicación entre Dan y Abra, muestra la maldad de la secta o nos proporciona pequeños detalles como la amistad de Billy (Cliff Curtis), para después ir dando golpes emotivos con muertes y duelos de “trucos”. Las dos líneas narrativas –el journey–AA de Torrance (con todas las referencias a Kubrick) y la batalla de Abra contra la tribu– se enlazan muy bien y van en un constante in crescendo (a pesar de que la crítica diga lo contrario).
La recreación de momentos clave de El resplandor era obligatoria, no había más opción. Ahora, ¿fue válido convertir a los espectros en “monstruos” que devoran gente? Quizás no fue la mejor decisión. En la película de Kubrick, los habitantes del Overlook eran visiones “decorativas” que acompañan a la destructiva pérdida de la identidad de Jack (momentos desconcertantes que convertían aún más sofocante la persecución en el hotel). Darles un rol asesino a las gemelas del pasillo y compañía solo embrutece la atmósfera “surreal” que Stanley logró.
[INICIA SPOILER]
El desenlace es otro de los aspectos que funciona “bien”, pero a marchas forzadas (debido al esfuerzo por no enfurecer al señor King con tantos cambios y, al mismo tiempo, hacer homenajes a Kubrick). Una vez que se deshacen de Rose (brutal ese momento), la posesión de Danny resulta de pena ajena (echando por la borda el magnífico trabajo de McGregor).
Aunque el momento madre e hijo en las calderas es conmovedor, los movimientos de padre Karras (con el “demonio” entrando y saliendo de Danny), el Jack Torrance bartender y la “oportuna” salvación de Abra hacen perder la coherencia y oscuridad construida durante las dos horas previas. Sin embargo, podemos decir que no es tan catastrófico como el cierre de IT: Capítulo 2.
[FINALIZA SPOILER]
En conjunto, Doctor Sueño funciona milagrosamente bien (muchos no esperábamos demasiado), tomando en cuenta que las novelas de Stephen King no están generando tantos clásicos fílmicos como en el pasado. Mike Flanagan realiza un trabajo autoral notable que incrementa el hype por su siguiente proyecto en Netflix. Una película que puede sobrevivir al paso del tiempo por mérito propio y el valiente intento de precuela a un clásico indiscutible.
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