Grandes películas de terror contemporáneas

El terror ha sido el motor de cineastas cuya obra se guía por el afán de hacer patente las características sombrías que habitan en lo más recóndito de la psique humana, esas que se traducen en acciones inadmisibles para los diversos entornos en los que se rige la sociedad.
Tal exteriorización, que nos ha expuesto a las más escalofriantes experiencias frente a la pantalla, es una tradición presente desde los inicios del cine hasta la actualidad, y es justo ahí donde nos concentramos en esta ocasión. Los siguientes títulos, recomendaciones de siete de nuestros críticos, nos permiten ver cómo han evolucionado las temáticas y las formas de uno de los géneros más seductores.
La invitación (The Invitation, Karyn Kusama, 2015)
El reencuentro de un grupo de amigos promete ser una velada cálida entre agradables conversaciones acompañas de una copa de vino. Aun con la diversión y las sonrisas que invaden la habitación, en el ambiente se percibe que algo no anda bien; algo se mantiene en el silencio y se vuelve incómodo para el espectador. Conforme avanza la reunión las heridas de un pasado doloroso saldrán a la luz y se descubrirá el verdadero propósito de esa cena entre colegas.
La película se aleja de los grandes presupuestos hollywoodenses para concentrarse en una producción modesta que sucede en los distintos espacios de una casa y con un elenco poco conocido en ese entonces. La cineasta brilla por su excelente manejo del suspenso en cada escena de este thriller psicológico, por lo que logra entregar una de las mejores películas de terror de los últimos años. Una historia sobre el sufrimiento, inevitable en la existencia del ser humano, y lo inútil que resulta no querer afrontarlo.
Diana Mendoza (@DimeDianaLau)
La bruja (The Witch, Robert Eggers, 2015)
El primer largometraje de Robert Eggers es una referencia casi obligada en las listas de películas de terror recientes por cómo presenta los ancestrales miedos de heredada vigencia. Es la interminable lucha de los seres humanos en contra de su latente oscuridad, representada por una familia puritana aislada de su pueblo (Nueva Inglaterra), que enfrenta la paranoia por el incierto destino del miembro más vulnerable, el hijo recién nacido.
Con una amplia variedad de símbolos relacionados con la brujería, los temas recurrentes como la rebeldía, la crueldad y el erotismo, giran en torno a las características juveniles del resto de los hijos. La inocencia se revela hipócrita incluso en los personajes infantiles y la caracterización de mártir en Thomasin (Anya Taylor-Joy) contrasta fuertemente con su retorcida liberación catártica que, necesariamente, cada espectador tendrá que desmenuzar y sufrir… ¿o quizá gozar?
Miguel Portal (@Portalmike)
Eliminar amigo (Unfriended, Levan Gabriadze, 2015)
Si hablamos del terror de la nueva década -a punto de terminar, ojo ahí- tenemos que remitirnos a una película que exhiba la posmodernidad no sólo en su argumento, sino en su técnica.
En Eliminar amigo vemos a unos adolescentes que, tras el suicidio de una compañera a partir de la viralización de un video vergonzoso para ella, son atormentados por un extraño usuario en una conversación de Skype y en otras plataformas digitales. La virtud de este título es su forma de emplear la gramática audiovisual en una historia actual y matizarla para que, dentro de esta realidad, sea terrorífica. En una época en la que es más difícil conseguir sustos, es astuto poner en común las pantallas digitales para crear un ambiente angustiante derivado de las predominantes interacciones virtuales.
Mauricio Hernández (@MauHeRa)
La Morgue (The autopsy of Jane Doe, André Øvredal, 2016).
Si te gustan los thrillers policiacos, el terror y los eventos paranormales, esta película es para ti. La película está muy cuidada en montaje y ritmo, teniendo similitudes con la ambientación que me recuerdan Zimmer 1408, sobre todo por el nivel de desesperación al que llega nuestro protagonista.
Nos encontramos en la sala de operaciones de una morgue, donde el cuerpo de una mujer desconocida presenta señales muy extrañas para la escena del crimen en donde fue encontrada. De a poco, conforme sigue la metodología de la necropsia, se va revelando el origen y poder del antagonista. Tiene un par de giros de tuerca muy, muy interesantes y cambios entre realidades que te llevan al borde de la angustia. Dense duro y denso.
Isaac Avila (@elpinshidiablo)
El Extraño (The Wailing, Na Hong-jin, 2016)
Llegó para marcar un antes y después en el “cine de terror sesudo” (ese que saca más reflexiones que sustos). El director surcoreano tuvo la osadía de combinar a fantasmas, brujería, muertos vivientes y exorcismos en una misma trama. El protagonista es Jong-hu (Kwak Do-won), un inepto policía que intenta liberar a su hija de una posesión demoníaca.
Lo más oscuro de la película es su pesimismo y plot twists bien jugados. La superstición en las zonas rurales sirve de base para este magnífico largometraje que cuestiona la religión desde su lado más terrorífico y primitivo (donde no existe lógica ni ciencia). La atmósfera perturbadora va en ascenso hasta lograr que la ligereza cómica del inicio se convierta en una sofocante lucha por salir bien librado de la batalla entre “demonios”.
Irving Javier Martínez (@IrvingJavierMtz)
El juego de Gerald (Gerald’s Game, Mike Flanagan, 2017)
El montaje, el uso del espacio (sólo una habitación) y flashbacks que como pocas veces, resultan necesarios, potencian esta trama que tensa sus hilos con un argumento basado en los problemas psicológicos de Jessie (Carla Gugino), quien toda su vida ha reprimido hechos sombríos que marcaron su infancia.
La adaptación de la obra de Stephen King se presenta como una simple escapada de un matrimonio hacia un lugar tranquilo, la típica cabaña alejada. Con el fin de reavivar la pasión, la pareja está dispuesta a experimentar al grado que la protagonista acepta ser atada a la cama. El ambiente erótico inmediatamente se vuelca a la preocupación y a un juego de supervivencia en el que Jessie tendrá que enfrentarse a sus propios temores y traumas. La película sería impecable sino fuera por el epílogo, el cual peca de explicar acciones ante las que hubiéramos preferido quedarnos con la duda, y con lo cual la historia mantendría un destacable ambiente fantástico.
Leticia Arredondo (@LeetyAV)
El legado del diablo (Hereditary, Ari Aster, 2018)
Varios realizadores indie están experimentando con diversos acercamientos al cine de terror; uno de ellos es Ari Aster, director también de Midsommar (la cual deja mucho que desear) quien debutó con El legado del diablo, una de las películas de terror que ha causado polémica por lo explícito de ciertos momentos. En ella hace uso de una mezcla entre el terror paranormal, la tragedia familiar y los problemas mentales como la depresión. Sin embargo, lo que la ha colocado entre las mejores del terror actual, es la simplicidad de la narrativa y los pocos recursos utilizados en comparación con otras producciones hollywoodenses, además de crear una atmósfera de confusión y alejarse de los clichés en el cine del género.
Los personajes sobresalen por sus fuerzas opuestas entre el letargo y la desesperación dentro de una familia maldita por una herencia desconocida que actúa como un mal paranormal, afectando a los mismos personajes y volviéndolos sus propios antagonistas. Pero el mayor acierto de la película es la extraordinaria Tony Collet, tan endemoniada como loca; ella es sin dudas el pilar de la cinta.
Fan Valdés (@fan_nekobasu)
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