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Rascándole al catálogo de Netflix México

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Por: Rodrigo Garay Ysita

Después de ignorar las treinta notificaciones que me sugerían treinta producciones originales marca Netflix, seleccioné entre sus alternativas algunos títulos lo suficientemente distantes entre sí como para compartirlos sin problemas con usted, lector ocioso en fin de semana, ocioso en noche cansada después del trabajo o, simplemente, lector curioso y devorador de contenidos audiovisuales como todos los que tenemos una cuenta de Netflix somos, e invitarlo a que, a contracorriente de los caprichosos algoritmos de nuestro servicio de streaming favorito, busque y vea alguna de estas cinco películas que a mí me han provocado placeres (y pánicos) muy diversos. Andando, pues.

Güeros

Recuerdo exactamente la indecisión que me descomponía al salir del cine luego de ver Güeros. No estaba seguro de si me encantaba por su energía, su buen humor, su vibra de Nueva Ola Francesa perfectamente adecuada a la Ciudad de México (jamás se volverá a retratar el espíritu de echarse una caguama en la calle como en esta película), o si la detestaba por sus excentricidades medio fanfarronas (como la infame secuencia con el cineasta adentro del coche). Ahora, un par de años después, acepto este segundo aspecto como una señal de vida en el nuevo cine que se hace en nuestro país. Más cosas como Güeros, por favor. 

 

Under the Skin

Justo en el punto donde el horror y la ciencia ficción funcionan balanceados. Una película que, aunque tiene a una estrella de Hollywood como protagonista, se aventura en el terror abstracto, la creación plástica de atmósferas de pesadilla y la experimentación con el cine directo para capturar a las pobres víctimas de una Scarlett Johansson alienígena. Además, tiene una de las mejores bandas sonoras del cine de género reciente: una composición etérea de la cantante y productora británica Mica Levi.

Tony Manero

Continuando de alguna manera con el horror, pero en una entrega más cercana al suspenso psicológico y a los psicópatas inolvidables de la historia del cine (como Hannibal Lecter, Travis Bickle, Norman Bates o el reverendo Harry Powell), Tony Manero no sólo construye a un personaje intrigante, repulsivo y preocupante a través de la fantástica actuación de Alfredo Castro, sino que lo sitúa en un contexto político de una manera bastante inteligente. La dictadura de Pinochet, además de ser un conflicto determinante de la trama, dibuja la mente retorcida del protagonista.

 

Super

Ésta va un poco dedicada a los que se impresionaron fácilmente con Deadpool el año pasado. Una sátira del género de superhéroes antes de las payasadas de Ryan Reynolds, tres veces más violenta y agresiva (y con mucha razón). Previo a su compromiso con Disney y Marvel Studios, James Gunn (el director de Guardians of the Galaxy y la ya muy próxima Guardians of the Galaxy Vol. 2) hacía cosas desvergonzadas y pasadas de lanza. Aunque él todavía conserva una visión muy ágil de cómo entretener, Super es una buena evidencia de cómo el cine independiente puede ser más satisfactorio que su contraparte industrial.

El listón blanco

Para los valientes, el diamante escondido entre el carbón. Una película incómoda, desesperanzadora e inquietante, que genera tensión con cada minuto y que bien podría sofocarnos con la cantidad de maldad que sugiere en sus personajes, en su ambiente y, sobre todo, en el momento histórico en que está situada. Habla, entre otras cosas, de las ideologías represivas y de sus consecuencias. El misterio que rodea a los habitantes de este pequeño pueblo alemán se adivina de inmediato, pero eso no lo hace menos difícil de aceptar. El blanco, como saben, es el color de la inocencia.

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