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Giorgio Moroder o cuando los sintetizadores conquistaron a la Academia

giorgio moroder

sebastian

En 2013 Daft Punk dio a conocer el disco Random Access Memories, que fue presentado previamente con una serie de entrevistas en las que músicos como Nile Rodgers, Pharrel Williams y Panda Bear dieron sus impresiones de trabajar en este proyecto. Además de éstos, otro participante en dicha producción fue Giorgio Moroder, una de las más grandes influencias de la música disco.

Giorgio-Moroder

¿Quién es Giorgio Moroder? Quizás muchos desconocían su existencia hasta su colaboración en tal disco, pero al italiano se le debe gran parte de la música disco que reinó en la década de los setenta, con intérpretes como Donna Summer, Debbie Harry, Olivia Newton-John y demás. Su estilo, definido por la experimentación de sintetizadores con el objetivo de hacer música bailable, marcó tal década.

El talento de este músico se extendió hasta el cine, siendo responsable de varios scores para películas icónicas como The Never Ending Story (Wolfgang Petersen, 1984), Scarface (Brian De Palma, 1983) y Cat People (Paul Schrader, 1982), cuyo tema principal fue interpretado por David Bowie, y se usó nuevamente en Inglourious Basterds (Quentin Tarantino, 2009).

En Scarface, la música apoya perfectamente lo que se ve en pantalla, y con los tracks instrumentales nos da una idea de lo decadente que era la vida de Tony Montana. Para el propio Brian De Palma, no había nadie más adecuando para realizar la banda sonora de la película. “Enseguida pensé en Moroder. (…). La música disco, tan ruidosa, con su ritmo repetitivo, su vulgaridad, me parecía completamente adecuada para el personaje de Tony Montana”.

En su momento, en Francia fue criticada la labor de Giorgio Moroder, sin embargo, para autores como Michel Chion, su aporte se halla en cómo trabajó con el montaje, en el cual “integra escenas recuperadas, pero corta ciertos planos, elimina los rótulos que puntúan el filme para reemplazarlos por subtítulos incrustados en la imagen y, además, sonoriza el filme mediante temas de rock de sonido crudo, cantados por Bonnie Tyler o Pat Benatar”.

Para el autor, reconocido como uno de los escritores más importantes del sonido y la imagen, el hecho de que la prensa descalificara dicha tentativa (al tiempo que permanecía indulgente ante estéticas supuestamente vanguardiastas) dejaba ver cierto rechazo hacia el rock.

Aun con ello, Moroder conquistó a la Academia en 1978 con un filme escrito por Oliver Stone y dirigido por Alan Parker: Midnight Express (1978), quitándole el premio Oscar por Mejor banda sonora a John Williams por Superman (Richard Donner, 1978) y a Ennio Morricone por Days of heaven (Terrence Malick, 1978).11161176_ori

Sin duda, es uno de los mejores trabajos de este músico. Con una cruda historia protagonizada por Brad Davis, Moroder presenta un score fiel al relato, el cual crea una atmósfera que nos traslada a la traumática estancia del personaje en la prisión. Lleva de la mano con éxito todo lo que se vive en los 121 minutos que dura la cinta.

Sus aportaciones derivaron en que la música generada con sintetizadores tuviera una presencia importante dentro del cine. Otro aspecto que cabe resaltar es que el italiano no se encasilló en un sólo género cinematográfico. Con la misma dedicación musicalizó la imaginación de un niño al leer un libro, y el alzamiento de un narcotraficante cubano.

Gracias a Giorgio Moroder podemos decir que no es exclusivamente necesaria toda una orquesta rimbombante o una banda de rock, también con un simple sintetizador se puede generar toda una serie de gamas y de elementos interesantes para un soundtrack memorable.

Sebastián Ortiz 

Comunicólogo que habala mucho y escribe (mal) sobre cine, música y ciencia ficción.

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