
Caniba: una brecha perturbadora para (re)pensar lo humano
Issei Sagawa padece una parálisis corporal que lo inmoviliza casi por completo. Lo único que mueve, con cierta dificultad, son las manos y la cabeza; es ahí (y sólo ahí) donde dirigen la cámara los realizadores. Al tiempo que Sagawa confiesa sus más profundos, oscuros y dolorosos deseos, observamos su rostro con detenimiento, en principio, uno como el de cualquier anciano oriental.