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Confesiones: el digno regreso de Carlos Carrera a la dirección 

Confesiones: el digno regreso de Carlos Carrera a la dirección 

Confesiones es la nueva película de Carlos Carrera, quien nos invita a un camino en el que los personajes se encuentran en una situación determinante, sin escapatoria: enfrentar las consecuencias de sus confesiones.

Este texto contiene spoilers de Confesiones 

El secuestro de una hija planta la situación de tensión y ansiedad. El terror ha entrado a la casa de paredes pulcras, de una arquitectura de revista. El miedo une a la familia, pero pronto la situación de emergencia los obliga a repasar su propia vida, a recordar las decisiones que los han marcado. Mirar atrás, desenterrar el pasado, pero, sobre todo, confesarlo, es lo que promete salvarlos del presente del que desean escapar. Padre, madre y hermano de la aparente víctima son quienes viven el verdadero secuestro, dentro de su propia casa; a la Funny Games (Michael Haneke, 1997), el reloj y el sadismo se vuelven fundamentales.  

Así vuelve Carlos Carrera a la dirección cinematográfica, a cinco años de Ana y Bruno. A través del thriller invita a reflexionar sobre la naturaleza de nuestros secretos, sobre la apariencia de la familia perfecta de clase alta, sobre la culpa y la justicia. En entrevista, me comparte que la película también es sobre la incomunicación y los límites de la violencia; ¿hasta dónde es capaz de ejercerla el ser humano, ya sea por un deseo de venganza o de justicia, o por simple maldad?”, se pregunta. Para Emilio Treviño (Juan Pablo), su debut en cine propone varias reflexiones; “¿por qué hacemos lo que hacemos?, ¿realmente conocemos a la gente?, ¿qué tanto sabemos de nuestra familia?”.

[INICIA SPOILER]

En la primera colaboración del escritor Alberto Chimal y Carlos Carrera se pueden encontrar figuras como el verdugo, el culpable y las víctimas. Pero del desfile de sus personajes, Juan Pablo destaca como el más interesante; de entrada, en él recae la culpa de la desaparición de su hermana, pero una vez dentro del juego al que es sometido junto a su familia, es quien termina salvándose de las consecuencias del castigo. A diferencia de la ambición de su madre y del hecho que su padre es un depredador sexual, el mayor pecado que confiesa viene de la autorepresión de su homosexualidad, de estar enamorado de su mejor amigo.  

[TERMINA SPOILER]

Treviño considera que cayó en las manos correctas al tener la oportunidad de interpretar a este joven, quien es uno dentro y otro fuera de casa. “No me gusta interpretar lo obvio. Si Juan Pablo es un personaje visceral, agresivo, violento, ¿en qué lugares es vulnerable, ¿en qué lugares es tierno?, ¿a quiénes ama realmente en su vida?, ¿qué le importa en su vida?, encontrar eso fue clave para el personaje”. 

Confesiones: el digno regreso de Carlos Carrera a la dirección 
Confesiones, 2023

Por supuesto que Carlos Carrera no es el mismo que el público conoció con El héroe (1994) o El crimen del Padre Amaro (2002); “tengo más experiencia trabajando con actores, tengo más experiencia técnica”, comparte. Pero sí sigue siendo el que se arriesga en cada película, que bebe de variados géneros y obras, tanto cinematográficas como literarias. Para Confesiones, además del guion original del español José Ramos —que Chimal trabajó desde cero— cuenta que se basó en Teatro de Cámara, del considerado renovador del teatro sueco, August Strindberg

Para el director, quien es consciente no sólo de que en México se hace poco cine de género, sino que son pocas las producciones nacionales las que llegan a cines comerciales, el público nacional no quiere ver sólo un tipo de películas o “la misma película repetida”… la comedia romántica, que “se supone que es lo único que funciona”, reflexiona. “Yo creo que sí hay cabida para distintas propuestas y distintos géneros, mientras la historia sea atractiva”. 

Y aunque cada largometraje es un nuevo reto e incluso, considera el también director de La mujer de Benjamín (1991), que la experiencia de antes no precisamente le sirve en futuros proyectos, mantiene la misma responsabilidad que tiene con el oficio de hacer cine:“básicamente abordo las películas con las mismas ganas y con el mismo rigor”. Por ejemplo, una de las particularidades de Confesiones es la forma en que se grabó: en orden cronológico, lo cual significó para Carrera una nueva experiencia en la dirección de actores. Eso permitió que el trabajo con los actores fluyera diferente…iban viviendo en presente la historia, de la cual me hubiera gustado que ni siquiera hubieran leído el guion”, expresa.

Al indagar sobre esta forma de trabajo en la parte actoral, Treviño afirma que el proceso fue gratificante; “podría hacer thriller toda mi vida. Me gusta mucho el género, para empezar, y me gustan los retos, me gusta que sean personajes diferentes a mí. Guiones que sean complicados, que cuando los leas digas ¿cómo vamos a hacer esto?, ¿cómo vamos a llegar a esto? o ¿cómo se va a ver en pantalla?”.

Aunque muy atada al elemento del shock y a las revelaciones de su final, Confesiones resulta fascinante por lo que aborda a partir del concepto de familia, cómo desvela sus fracturas, cómo desenmascara a un “jefe” envidiable y cómo contrapone a dos familias que están dispuestas a todo (ser violentados o violentar) por rescatar/hacer justicia a una de sus integrantes. “Espero poder seguir haciendo películas”, finaliza el director, sin duda uno que nos ha entregado una de las filmografías más completas en el cine mexicano. 

Confesiones se encuentra en cines de México 

Lety Arredondo Ver todo

Cofundadora de Zoom F7.

Twitter: @LeetyAV

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