La obra de Junji Ito: el horror desde lo sublime

Hace ya casi 100 años H.P. Lovecraft afirmó que el miedo es de las emociones más viejas, y que el temor a lo desconocido es el tipo de miedo más antiguo y poderoso de la humanidad. El mangaka Junji Ito, fiel a esta tradición, ha creado numerosas historias cuya intención es mostrar el horror ante lo incierto; en sus relatos más reconocidos, como Uzumaki, Tomie y Gyo, así como en sus obras breves, emergen las imágenes más insólitas del cuerpo deforme o de espantosas alimañas humanas, del pavor a lo infinito o a la locura, de las obsesiones llevadas al límite o la curiosidad que deriva en trauma.
La carrera de Ito comenzó de la manera más inesperada y alejada del medio artístico. Aunque desde niño empezó a dibujar por hobby, influenciado principalmente por el mangaka Kazuo Umezu, la vida lo llevó a desempeñarse por seis años como protésico dental e incluso otros tres sobrellevando este empleo junto a su labor creativa. En 1987 debutó al publicar una de sus historias en la revista Nemuki’s Halloween Monthly, luego siguió colaborando también para Bizarre Tales of Sleepless Nights y en 1997 publicó The Tragic Story of the Giant Black Pillar en la revista Shougakukan’s Big Comic Spirits Weekly.
Posteriormente, ya 1998, inició la misteriosa aventura de Uzumaki, y en 2001 vio la luz Gyo. Estas obras le darían aun más reconocimiento.
El horror ante lo sublime en la obra de Junji Ito
Volviendo a Lovecraft, cabe recordar que dejó asentada buena parte de sus ideas acerca de su género literario predilecto en El horror sobrenatural en la literatura (1927), donde señala lo siguiente:
“Los niños siempre tendrán miedo a la oscuridad, y los hombres de mente sensible al impulso hereditario siempre temblarán ante la idea de mundos ocultos e insondables de vida foránea que pueden latir en los abismos que se abren más allá de las estrellas, o acosar horriblemente a nuestro propio globo desde dimensiones infernales que sólo los muertos y los lunáticos pueden vislumbrar. ”
Es fácil reconocer las implicaciones de estos miedos cuando pasamos las páginas de Uzumaki o “El enigma de la falla de Amigara” y encontramos imágenes terribles de lo que Lovecraft intentó develar a través de adjetivos. La causa del pavor en Junji Ito reside en los límites de nuestro entendimiento. Al extremo de la profundidad de la Tierra o de la vastedad del Universo, su imaginación siempre desafía y sorprende a nuestra comprensión.
Para reflexionar más acerca del éxito de Junji Ito como autor de horror vale la pena regresar a las consideraciones del filósofo Edmund Burke acerca de lo sublime, concepto malinterpretado recurrentemente. Es común pensar que lo sublime se refiere a la belleza o a la perfección, sin embargo, va más allá de la sensación de placer o felicidad; al contrario, se trata de todo aquello que provoca tal grado de asombro que resulta en horror. Lo sublime desborda de tal forma todos los sentidos y nuestra percepción que nos lleva al delirio. Ante lo sublime no queda más que la parálisis, la piel erizada, la boca entreabierta y la mirada fija.
Según Burke, la magnitud es una de las causas más claras de lo sublime: un edificio que se alarga sin fin hacia las nubes, una montaña cuya cima no alcanzamos a ver, el espacio infinito fuera del planeta. A su vez, las dimensiones pequeñas pueden causar este mismo sentimiento: mirar el rostro increíble de una hormiga a través de un microscopio o ver una colonia de bacterias en una superficie. Causa asombro imaginar esa infinidad hacia lo diminuto o hacia lo inmenso. No es casualidad que el propio Junji Ito comente lo siguiente sobre la razón detrás del símbolo de la espiral que da pie a la historia de Uzumaki: “el centro de una espiral sólo lleva cada vez más y más profundo, y hay algo aterrador en considerar las implicaciones del infinito”.
Las ideas obsesivas, señala Burke, también tienden a lo sublime por la repetición constante, como una espiral. La reiteración enfermiza de algún pensamiento, una queja, una simple imagen, lleva a la locura. Esto nos obliga a retomar un concepto propuesto por Sigmund Freud que va de la mano de lo sublime; lo ominoso o unheimlich es el sentimiento provocado igualmente por la incertidumbre intelectual. Citando a Schelling, Freud comenta que lo ominoso “es todo lo que estando destinado a permanecer en secreto, en lo oculto, ha salido a la luz”. Por ejemplo, el misterio de la espiral en el pueblo de Kurouzu-cho en Uzumaki o el enigma detrás de un viejo sillón en una tienda de antigüedades en “La silla humana”. Lo ominoso se descubre lentamente a través de los dibujos de Junji Ito y el paso de una página a otra nos desconcierta por la revelación de figuras que aterran y fascinan al mismo tiempo.
Junji Ito en el cine
El poder terrorífico de las historias de Junji Ito recae mayormente en sus imágenes. Esto cobra lógica si conocemos su proceso creativo. En entrevista para Anime News Network, el autor afirmó:
“La mayoría del tiempo no tengo una historia y no empiezo con una historia. El proceso, para mí, inicia con una ilustración o una imagen poderosa basada en mi intuición. Empiezo una lluvia de ideas en una libreta, y si tengo una imagen interesante en mi cabeza puedo crear un argumento alrededor. […] Sin embargo, es difícil para mí del modo contrario, cuando se me da una historia y necesito dibujar en torno a ella.”
Por supuesto, esta potencia de las imágenes es la que ha animado a distintos creadores a adaptar el trabajo del mangaka al cine. En estas ocasiones Junji Ito colaboró de cerca en la producción y dio su punto de vista acerca del guion y del diseño de personajes, ya sea en adaptaciones a anime o en live-action.
La primera adaptación de su obra fue la película Tomie (1998) a cargo del director Ataru Oikawa. Su éxito dio paso a ser el comienzo de una serie de cintas basadas en esta obra que concluyó hasta 2011. Uzumaki, otra de sus obras más populares, se llevó al cine en el 2000 por el director debutante Higuchinsky, sin embargo, esta versión no fue tan bien recibida por la crítica; Elvis Mitchell sintetiza su reseña al decir: “la película es todo portento sin contenido”. Ese mismo año el mismo manga se adaptó a un videojuego de 16bits llamado Uzumaki: Noroi Simulation, donde controlamos a la maldición de la espiral e intentamos atrapar a todos los habitantes del pueblo donde transcurre la historia.
En años recientes su trabajo se ha adaptado al anime, como la titulada Junji Ito Collection (2018), serie antológica de doce episodios y dos OVAs, dirigida por Shinobu Tagashira y producida por Studio Deen en conjunto con la plataforma Crunchyroll . Algunas de las historias más conocidas de estos episodios son “The Long Dream”, “Shiver”, “Scarecrow”, “Smashed” y “Tomie”, sin embargo, según Stephanie Donaldson y Jacki Jing la serie no logra alcanzar la maestría de Ito:
“Quizás la mayor frustración fue que la serie se dio por vencida. Parece que se tomaron atajos en cada oportunidad, destilando el arte atmosférico y detallado de Ito en escenas desabridas de una sola nota. Es muy posible que el anime simplemente no se adapte a la obra de Ito.”
Por esta razón, el estreno en Netflix de Junji Ito Maniac: Relatos japoneses de lo macabro (2023) cargaba con altas expectativas de parte de los seguidores del mangaka. La nueva serie reúne veinte historias del autor en doce episodios, los cuales ya puedes ver en la plataforma para disfrutar del horror que ha caracterizado al autor japonés, quien en 2022 anunció el anime en un video donde mostró su trabajo en el diseño de tres de sus personajes.
Además, aún podemos esperar el estreno de la serie de anime basada en Uzumaki que se anunció en 2019 por Adult Swim y I.G USA. Dicha obra será dirigida por Hiroshi Nagahama y la banda sonora estará a cargo de Colin Stetson, quien trabajó con Ari Aster en Hereditary. Sin embargo, la producción se ha retrasado en diversas ocasiones sin determinar una fecha de lanzamiento.
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Édgar Rodríguez López Ver todo
Édgar Rodríguez López (Chihuahua, 1997). Ha publicado cuento y ensayo en revistas digitales como Marabunta, La Colmena, Tintero Blanco y Tenso Diagonal. Admirador de lo fantástico y las historias de la infancia.
Instagram: @edgaryep