Saltar al contenido

Agente Fortune: la única pretensión es entretener | Crítica

Agente fortune pelicula guy ritchie

Aunque la producción solo pretendió lograr un filme entretenido, Agente Fortune tiene momentos sobresalientes cada vez que se aproxima al cine de espionaje y atracos.

Enviado por el departamento de seguridad británico, Nathan (Cary Elwes) recluta al agente retirado Orson Fortune (Jason Statham) para evitar que “El Asa”, un misterioso maletín robado, sea vendido a enemigos extranjeros. Para ello, infiltran al actor Danny Francesco (Josh Hartnett) y a la  hacker Sarah Fidel (Aubrey Plaza) en el círculo exclusivo de Greg Simmonds (Hugh Grant), el magnate intermediario en la venta del motín. 

Es reconocible una película menor de Guy Ritchie cuando logras entender todo el argumento, sin perderte entre subtramas y diálogos farragosos. No significa que Agente Fortune: El Gran Engaño (Operation Fortune: Ruse de Guerre) sea pésimo largometraje; es tremendamente entretenida, pero la ligera narrativa sugiere que no debemos tomarla tan en serio. Similar a la solemne Justicia Implacable (2021), adaptación aceptable de Le Convoyeur (2004), Fortune es otro experimento donde mezcla varias ideas para testear su efectividad entre la audiencia, considerando que sus próximos proyectos lucen bastante robustos. 

La producción emplea recursos efectivos, pero poco sutiles e innecesarios, como mostrar insistentemente mamparas con el nombre Danny Francesco, con el único objetivo de facilitar su presentación como estrella internacional. También, abundan datos muy acentuados en la introducción, sin posterior continuidad en el argumento, u otros que adquieren repentina importancia.

Por ejemplo: un tal “John” (el hacker antecesor de Sarah, quien ahora trabaja para la competencia) es importante al inicio de la misión, pero después no es mencionado, pese a la importancia de su trabajo para el arranque del filme; en contraste, el villano central termina siendo el personaje con la menor importancia, resultando una revelación anticlimática. Más que agujeros de guion, dichas omisiones parecen ser elementos cortados del montaje final, pero con demasiado peso argumental para ser obviados. 

Otro aspecto sin pulir es la diversidad de clanes, rasgo autoral de Ritchie. El mapa criminal está a años luz de Los Caballeros (2020), su última obra destacada, donde cada capo o pandilla tenía detrás un refinado diseño sobre su aspecto y comportamiento. En contrapunto, Agente Fortune posee un deslucido conjunto de agentes y criminales, donde predomina la caricaturización de nacionalidades, mostrando un vergonzoso festín de estereotipos y lugares comunes; incluso, se llegó a rumorar que la representación de los traficantes ucranianos, en pleno conflicto bélico, había dificultado la distribución en Estados Unidos. Si bien no representa un problema xenofóbico, pues toda la filmografía del realizador “humoriza” las diferencias sociales, la película no tiene ese fino trazo etnográfico de trabajos previos.

Agente Fortune pelicula guy ritchie 1

Por otro lado, prevalece su statement sobre los pactos y lealtades en el mundo gangsteril, presente desde Lock, Stock and Two Smoking Barrels (1998); porque las películas de Ritchie jamás son gratuitas apologías del crimen, siempre concluyen con la misma moraleja: incluso los malos deben tener principios y moral; de lo contrario, todo está perdido. La verdadera fantasía es ver a personajes como los traficantes Greg Simmonds (Grant) o Michael Pearson (Matthew McConaughey en Los Caballeros) comportándose con “nobleza”, conductas benévolas imposibles en la salvaje realidad. 

Lamentablemente, Agente Fortune carece de los inteligentes diálogos punzantes asociados al autor, ni siquiera un ápice de humor negro tarantinesco que realce el carácter edificante mencionado; al final, los personajes son encantadores por el mero carisma de sus interpretes, principalmente Grant, Hartnett y Aubrey Plaza. De hecho, el agente Fortune (Statham) es un mero formalismo para cumplir con la tradición Bond del “hombre duro” liderando, cuando en realidad es un personaje con la misma importancia que el resto del reparto.

Aunque la producción solo pretendió lograr un filme entretenido, Agente Fortune tiene momentos sobresalientes cada vez que se aproxima al cine de espionaje y atracos. En dichas escenas, realizador y editor (James Herbert) se dan el lujo de reciclar las características más excesivas, flamboyantes, y odiadas del “estilo Ritchie”, como el arbitrario ritmo acelerado en El Rey Arturo: La leyenda de la espada (2017) o el esteticismo desbordado de Revólver (2005), presente (por ejemplo) en la secuencia del asalto a la casa de los traficantes, con Aubrey Plaza haciendo ASMR (iluminada por roja luz neón), mientras Statham realiza el robo.

Esas dádivas cinéfilas justifican el visionado en pantalla grande de una película casi enviada al streaming, debido a problemas con la venta de STX Entertainment. En resumen, Agente Fortune: El Gran Engaño es un espectáculo con limitadas pretensiones fuera del entretenimiento, pero que no defrauda a los seguidores de Guy Ritchie y a quienes solo quieren pasar un rato ameno. 

Tráiler Agente Fortune: El Gran Engaño

Categorías

Crítica

Irving Javier Martínez Ver todo

Licenciado en Comunicación. Redactor especializado en cine.

Deja un comentario