Las 15 mejores películas del 2022, seleccionadas por ZoomF7

Terminó el año, y con ello llega nuestra lista de las mejores películas del 2022.
Se ha terminado un año más de mucho cine, particularmente, un año que nos permitió disfrutar de más películas en la pantalla grande, aun con que el COVID-19 continúa. No por ello las plataformas de streaming dejaron de ofrecer películas que conquistaron las pupilas y el corazón del público.
Inevitablemente, los listados siempre son blanco de críticas, ¿por qué no está tal o cual película? Más que alimentar tal cuestionamiento, te invitamos a dejar en la sección de comentarios tu selección personal con las películas que más te emocionaron, las más arriesgadas, de las cuales aprendiste algo valioso o las que consideras de gran valor temático y formal, etc.
La selección se realizó de la siguiente forma: cada integrante de ZoomF7 y Cine Para Todos compartió su lista de las que considera las mejores películas del 2022, y posteriormente se eligieron las 15 más mencionadas. Cada película viene acompañada del comentario de una persona del equipo.
Las mejores películas del 2022
15. La casa
Esta película toma el hogar (paradigma arquitectónico de lo íntimo y lo privado) para convertirlo en un espacio que engulle a sus personajes en más de un sentido; ya sea a través de la asimilación, la comodidad impostada o la quietud conservadora. A la par, establece algunas ideas interesantes acerca de la relación entre dueños e inquilinos, enmarcándola como una jerárquica cambiante y fluida. Extrañeza, dosis de terror y cuestiones existenciales en un empaque vigoroso.
14. Triangle of Sadness (Ruben Östlund)
Más allá del escatológico show con que Östlund sacude a sus personajes, la película nos recalca la dependencia de nuestras relaciones al dinero y al poder. Cuando la tripulación naufraga se hace más evidente (incluso corporal) el valor de mercancía entre los protagonistas, permutando roles por su sobrevivencia, aunque se trate después de una feliz confusión para los privilegiados económicamente. La tragedia de Abigail no está en la ‘isla desierta’: es el mundo y sus jerarquías.
13. Red (Domee Shi)
Encontrarnos en la nostalgia, el caos y el vaivén emocional que supone el paso por la adolescencia es el resultado de la valiosa visión cinematográfica que Domee Shi plasmó en Red, su primer largometraje animado. Una de las mejores producciones de Pixar, no solo por lo audiovisual, sino por su cualidad para abordar temas sobre crecimiento personal —un sello ya distintivo del estudio— a partir de nuevas perspectivas.
12. Nudo Mixteco (Ángeles Cruz)
Es interesante cómo la directora sacrifica una convención del guion para contar su historia: se abstiene de concluir el conflicto de cada uno de los personajes porque la solución a cada dilema recae en una solución, quedarse o irse del pueblo. Los protagonistas son extranjeros, el lugar al que volvieron ya no es el mismo, y al salir lo abandonaran siendo alguien completamente distinto a quien entró. El cruce de tramas es sutil y como en todo pueblito, el infierno es grande.
11. The banshess of Inisherin (Martin McDonagh)
Disecciona los mecanismos de la amistad y su fragilidad, así como contrapone la amabilidad y la existencia cotidianas con las ansias de grandeza y posteridad. Con actuaciones ricas en matices, una fotografía que luce perfectamente los paisajes irlandeses y una anécdota que lleva hasta sus últimas consecuencias su premisa, esta obra resulta un estudio sigiloso pero vivaz, de la soledad, la ruptura y hasta la necedad, sin renunciar a la búsqueda de un relato conmovedor.
10. Aftersun (Charlotte Wells)
El debut de Charlotte Wells mira al pasado para reconstruir la memoria de su protagonista, en momentos reconfortante por la calidez con la que muestra al personaje de Paul Mescal, y en otros instantes no teme enfrentar la dura realidad del fracaso personal. La relación padre e hija se crea con naturalidad a partir de la doble remembranza, a partir de las grabaciones de una cámara de video casero, así como los constantes reflejos en superficies que recuerdan la distorsionada situación la memoria.
9. El menú (Mark Mylod)
El valor de El Menú está por encima del suspenso constante, un plot twist bien justificado o su inmejorable ensamble actoral. La trama juega con el espectador, al hacerlo preguntarse: ¿Qué tipo de cliente soy? ¿Seré parte del problema cuando compro costosos cafés en Starbucks o al consumir en restaurantes con ética laboral cuestionable?
8. Moonage Daydream (Brett Morgen)
Esta odisea explora el camino de David Robert Jones como artista y hombre. Su montaje es caótico cuando cita su miedo a padecer una enfermedad mental y sus años en Estados Unidos, y es pausado y enternecedor cuando muestra al viajero incansable. El Bowie pintor, del videoarte y del teatro son las facetas de quien se puso en situaciones extraordinarias para experimentar la vida a manos llenas. Un ser camaleónico que nos invita a salir de nuestras zonas de confort.
7. Sin novedad en el frente (Edward Berger)
Edward Berger logró una de las mejores películas anti-belicas de los últimos años. Se distingue por un manejo magistral de la cámara que sumerge en las vivencias de las tropas (no con el fin de ensalzar, sino de poner el dedo en la herida). Su fotografía acentúa los estragos emocionales provocados por la guerra, y el guion saca el máximo provecho de la novela en la que se basa. Digna y fuerte contendiente a los premios en los que sea considerada.
6. Barbarian (Zach Cregger)
Una de las gratas sorpresas del año en el género del terror. Georgina Campbell y Justin Long dan lo justo para invitarnos a seguir su aventura entre la angustia y el miedo. Y en medio de una industria de franquicias y sagas incipientes es agradable encontrar una película sin pretensiones innecesarias para el género y cautiva por las sorpresas que bien guarda guion.
6.Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades (Alejandro González Iñárritu)
Ambiciosa, provocadora, sorprendente, arrogante, narcisista o cautivadora. Mucho podemos decir sobre Bardo sin acércanos nunca a una conclusión que pueda dejar satisfechos a todos. No obstante, la audacia de su propuesta e impecable exhibición técnica hace imposible no ver en ella un caso de admiración y, bien o mal, reconocerla como un ejercicio sin precedentes dentro del cine mexicano moderno.
5. Crímenes del futuro (David Cronenberg)
Los escenarios a menudo inquietantes parecen ir muy bien de la mano con la subtrama policial que se cuela, pero el desarrollo de la película es más bien un pretexto para seguir ahondando en las reflexiones acerca del cuerpo, particularmente en la política del cuerpo: ¿la resistencia a los cambios es causada por el poder institucional?
4. The Batman (Matt Reeves)
The Batman se posiciona como una de las grandes obras del género superheroíco, la cual aprovecha los periodos que sus predecesoras trataron superficialmente (o simplemente ignoraron) para entrar de lleno en la laberíntica psicología del Detective Murciélago y del hombre que habita el traje. Más que mostrarlo como alguien perfecto, la película lo retrata como un ser humano.
3. The Northman (Robert Eggers)
Firme a sus intenciones por recrear el pasado, el director nos muestra una versión fiel a la narrativa original escandinava, y en sus diálogos poéticos está presente el germen épico del guion. Eggers aprovecha para deslumbrar visualmente a través de la estilización de los combates cuerpo a cuerpo entre hombres convertidos en bestia por el odio, y ofrece un viaje intrépido en el que presenciamos el cumplimiento de una profecía y el final de un héroe al que el destino ha fijado un papel en el curso de la historia.
3. Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo (Dan Kwan, Daniel Scheinert)
Los Daniels encontraron el tono justo para mostrar plugs anales y consoladores sin distraer al espectador de lo esencial: la confrontación entre madre e hija. Frente a la profundidad melodramática del reencuentro, las absurdas leyes que rigen la ciencia ficción pierden importancia, aunque la comedia continúa comportándose con el mismo descontrol que en Swiss Army Man. La diferencia entre ambas películas se debe a la fractura dramática a mitad de metraje (donde el metacine concluye y el público tiene un respiro); a partir de ese punto predomina el estilo indie más convencional y mesurado.
2. ¡Nope! (Jordan Peele)
Nope! propone una lectura tan fascinante como pertinente de nuestros tiempos al analizar la enfermiza adicción de la sociedad al espectáculo y a su obsesión por el tráfico de contenido, especialmente, el de las imágenes. Desde la perspectiva del director, esta permanente documentación de los fenómenos cotidianos, derivada de la hipermediatización, no tiene la finalidad bondadosa que muchos le infieren, sino que se inclina al oportunismo y al hedonismo puro.
1. Pinocho (Guillermo del Toro, Mark Gustafson)
Guillermo del Toro regresó a sus gustos primarios con Pinocho, una maderística animación en stop motion que reconfigura el texto de Collodi para explorar otro tema igual de universal y atemporal: la inseparable relación entre la vida y la muerte y los vínculos entre padres e hijos. Retomando a su monstruo predilecto, Frankenstein, el director , junto a Gustafson y el coguionista Patrick McHale, se permite hacer de la criatura de madera uno más de su colección de monstruosidades a los que humaniza con detalle y cariño.
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