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Alien: pandemia y cosmicismo

Alien: pandemia y cosmicismo

Los créditos iniciales de Alien: el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979) dan pistas de qué estamos por ver. La música de Jerry Goldsmith evoca la soledad del espacio, entidades rastreras que amenazan, al igual que la calma inquietante de la nave Nostromo con sus espacios asépticos. Una vez que la tripulación despierta, nos acercamos a los personajes de forma natural, sin que su entorno espacial y la tecnología futurista nos representen un problema.

Esto se debe, según Robert McKee en su libro El guion…, a que el mando de control de la nave está decorado con cosas cotidianas, además de que las conversaciones no refieren a objetivos ni a palabras ajenas a nosotros, más bien a un pago común por labores. Volver a la Tierra se dificulta para nuestros protagonistas, pues reciben lo que parece un llamado de auxilio desde un planeta próximo.

¿Qué somos ante lo extraño?, ¿qué nos empuja a explorar lo que algo nos dice que no debemos? Seguro cada quien tendrá su respuesta, pero la certeza es que la curiosidad a veces deviene en catástrofe. Este es el caso de la tripulación Nostromo, cuyos integrantes profanan un carguero extraterrestre, encontrándose con el miedo más grande: el miedo a lo desconocido. El facehugger (o primera etapa del alien) se adhiere a la cara de Kane, lo que provoca un gran dilema entre los tripulantes.

Ellen Ripley duda si dejarlo entrar o dejarlo en cuarentena, mientras que para sus compañeros es más importante introducirlo en la nave y así tratar a su amigo. Finalmente, Kane es llevado al ala médica bajo el cuidado del científico Ash, de quien más tarde descubrimos sus intenciones. Este escenario remonta a la incertidumbre pandémica, durante el tiempo en que se desconocían las vías correctas de contagio de la COVID-19, así como su peligro.

Alien: pandemia y cosmicismo

Y es que el alien es un parásito que necesita de otro ser vivo para evolucionar. En este contexto, solamente un xenomorfo alcanza la madurez mientras que los demás huevos (cientos o miles) permanecen cerrados en la película. De vuelta a la nave, el parásito invade agresivamente el cuerpo del tripulante, efecto que produce de manera semejante en los recovecos de la Nostromo, adaptándose rápidamente al nuevo entorno.

Por instantes, parece incluso que la nave palpita, como si se tratara de un enorme sistema que más allá de sus componentes tecnológicos tuviera vida propia. ¿Cuáles son las motivaciones del xenomorfo?, ¿cómo luchar contra una criatura con la que no puede negociarse? Esto admira Ash, científico y androide, de la bestia: su amoralidad y falta de consciencia, gracias a lo que ataca como un virus con criterios ajenos al interés humano.

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El cosmicismo, introducido en la literatura por H.P. Lovecraft, propone que los seres humanos somos insignificantes frente al universo y su misterio; en este sentido, el también llamado horror cósmico sitúa a la humanidad al nivel de los insectos ante entidades más antiguas y poderosas a las que nuestras subjetividades poco o nada importan. El alien, por ende, no sólo es equiparable a la COVID-19, sino al sentimiento de desamparo que producen las creaciones lovecraftianas.

Así, el xenomorfo tiene la potencialidad de infectar a cualquier ser vivo, además de que su modus operandi en el filme es un misterio. Para ejemplificar ¿por qué no ataca a Jones, el gato de la tripulación? Quizá la bestia no produzca un terror existencial y metafísico inmediato, no obstante, advierte que la muerte y la desesperación esperan la curiosidad humana eternamente en lo recóndito del espacio exterior.

Alien está disponible en Star+

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Miguel Sandoval Ver todo

Me gustan las películas de Éric Rohmer y de Robert Bresson. Escribo en un intento por expresar lo inexpresable.

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