Los secretos de Dumbledore: la magia perdida | Crítica

Por: Tonatiuh Aguilar
Hace 21 años se estrenó Harry Potter y la piedra filosofal, película que lanzó a la fama a la escritora del libro, J.K Rowling, convirtiéndola con el paso de los años en una de las más prolíficas de todos los tiempos. A la par que se vendían sus ejemplares, las películas generaron también una gran cantidad de dinero a lo largo de 10 años, lo cual hizo a la franquicia una de las más rentables de la historia del cine.
A pesar de que las películas de la saga Harry Potter no son perfectas en absoluto, hay algo en esas siete entregas que no tienen los filmes actuales de la franquicia de Animales Fantásticos: un hilo conductor bien definido. La historia de Harry Potter es, en cierto modo, simple: el protagonista que debe derrotar al mago que asesinó a sus padres; y su vida se narra a través de la adolescencia mientras se enfrenta a múltiples desafíos para cumplir su destino.
Animales Fantásticos: los secretos de Dumbledore (David Yates, 2022) trata de un muggle que se ve envuelto en un conflicto entre magos para recuperar a su novia. También de un magizoólogo que ayuda a un director de una escuela a arruinar los planes de un mago fascista que intenta tomar el poder. También de un mago que tiene que enfrentarse a su ex (¿pareja?) sin hacerlo de frente. También de un joven que tiene rencores en contra de la familia que lo abandonó. También…
Bueno, trata de muchos asuntos que pasan a la vez. No tiene un sólo protagonista, sino varios. Lo mismo pasó con Los crímenes de Grindelwald (Yates, 2018), la cual tiene tal cantidad de subtramas que es difícil seguirle el hilo a todas. Este mismo problema se repite e la reciente cinta; no se sabe en realidad de qué se trata, incluso teniendo a Rowling como coescritora de un guion que se siente enteramente marcado por decisiones del estudio para vender mejor la película.
Hay un par de personajes que sobran desde la película pasada: Kowalski y Credence. El primero está ahí porque es un buen alivio cómico, pero su inclusión como miembro del equipo mágico no tiene sentido; y Credence, quien al final de la segunda entrega parecía que cobraría relevancia como parte central del conflicto, sólo está para justificar el título del filme. Además, Tina —el interés romántico de Newt y personaje central de las dos cintas anteriores— hace una muy corta aparición al final, y su ausencia se justifica únicamente con un breve diálogo durante los primeros minutos, pero se siente obvio que es o por conflictos de agenda de la actriz que la interpreta (Katherine Waterston) o por decisiones dentro de la producción.
Otro gran problema de Animales Fantásticos: los secretos de Dumbledore es que casi la mitad no tiene sentido de existir. Al inicio, los personajes principales explican que deben completar varias misiones casi al azar para confundir al mago Grindelwald, pero llegando al tercer acto no se siente como si realmente hubiese sido importante todo lo que pasaron. De hecho, en un momento el propio Albus Dumbledore menciona que a pesar de todo lo que hicieron están peor que cuando empezaron. Bien pudimos haber saltado todo el segundo acto y no hubiera cambiado mucho. Hay un montón de escenas y elementos que sólo funcionan como fanservice, pero están metidos con calzador y únicamente alargan el filme innecesariamente.
El tercer acto tiene una escritura muy floja, con un clímax poco emocionante que nos deja esperando una mejor conclusión, y resuelve uno de los conflictos con pura suerte, algo que incluso el mismo Dumbledore afirma. Su final se siente incompleto, como si apenas estuviéramos viendo el preámbulo de lo que está por llegar en una posible (aunque no segura) cuarta y hasta quinta entrega.
Animales Fantásticos: los secretos de Dumbledore es entretenida y por momentos divertida, pero está llena de agujeros argumentales, diálogos explicativos y secuencias irrelevantes. Su falta de un hilo conductor bien definido nos deja buscando la magia que Harry Potter tuvo alguna vez.
Texto realizado en el Taller de periodismo cinematográfico de Zoom F7
Animales Fantásticos: los secretos de Dumbledore está disponible en HBO Max
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