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Flee: en busca de la libertad territorial e íntima 

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Por: Ulises Ovalle de Arte 7éptimo

El danés Jonas Poher Rasmussen es el director de Flee (2021), documental animado que este año compitió por tres premios Oscar; Mejor Película Animada, Mejor Documental y Mejor Película Internacional. Cuenta la trágica historia de Amin Nawabi, ciudadano afgano que desde niño ha buscado la libertad física y emocional. Amin es el nombre que el director utiliza para ocultar la personalidad de su protagonista, así como la animación utilizada, que de igual manera funciona para encubrir su identidad.

La película nos sitúa en Copenhague, Dinamarca, donde Poher Rasmussen entrevista a su amigo Amin, un académico de origen afgano que desde niño —acompañado de su familia— tuvo que salir de su país por el incremento de la violencia desatada por los muyahidines, quienes durante finales de los años 70 y principios de los 80, financiados por EE.UU., enfrentaban la ocupación soviética en Afganistán, toma que defendía el gobierno socialista instaurado en el país en un contexto de la Guerra Fría. En ese contexto, la historia de Amin retrata la realidad de los miles de hombres y mujeres víctimas de la guerra y desplazados de su lugar de origen.

A través de las memorias relatadas en la entrevista, 1984 es el año del recuerdo más antiguo que conserva el protagonista, siendo un niño en la ciudad de Kabul, donde en la edad de descubrimiento daba cuenta de su atracción por los hombres; a través de su narración se recrea un momento de su niñez cuando mira con amor inocente el poster de Jean Claude Van Damme pegado en su habitación. Una homosexualidad que rompe con la representada en occidente, en un país donde —refiere el protagonista— ni siquiera sabía lo que significaba su sentir, en una cultura donde “no existen” porque no reconocen esta identidad. Es así como Flee muestra que Afganistán, aún como zona de conflicto, representa otra lucha: el enfrentamiento acrecentado contra el machismo y la discriminación, dirigidos hacia las mujeres y homosexuales.

Amin y su familia, después de la salida de su país de origen por la guerra civil y la desaparición de su padre, son ubicados en Moscú, Rusia, por su hermano mayor, quien huyó de la guerra en los años 80 para encontrar refugio en Suecia, a donde los pretende trasladar conforme junten el dinero suficiente para pagar a los traficantes de personas. La narración de esta etapa de Samin simboliza la exasperación, el miedo y el esfuerzo de los inmigrantes en la historia de la humanidad. La llegada a Rusia en el contexto de una Unión Soviética recién desintegrada, con la caída de un proyecto económico, político y social, arrastraba una crisis generalizada en todos estos territorios. Samin, su hermano Saif, sus dos hermanas y su extenuada madre encuentran una Rusia ilícita y violenta, donde la policía les roba su dinero por no mostrar los papeles en regla. Dentro del departamento donde sobreviven,  familia, entre el hastío y el miedo, encuentra su único refugio viendo las telenovelas mexicanas que conquistaron la televisión rusa en aquellos años. 

Afganistán, aún como zona de conflicto, representa otra lucha: el enfrentamiento acrecentado contra el machismo y la discriminación, dirigidos hacia las mujeres y homosexuales.

Flee: en busca de la libertad territorial e íntima 

Amin narra que la salida de Rusia hacia Suecia sólo puede darse a través de los ya mencionados traficantes de personas, y que esto representa formas infrahumanas de traslado. En este sentido, el documental (además de mostrar las memorias de un refugiado afgano) realiza una crítica a las condiciones políticas y sociales de Europa del Este en los primeros años de la década de los 90, un desconcierto después de la experiencia soviética; territorios y mares utilizados por los inmigrantes que vienen a hacer una realidad igual de violenta y discriminatoria, nada alejada que la del país que huyen. El camino de Amin es en busca de la libertad añorada, de encontrar refugio y no ser perseguido por su condición de inmigrante y homosexual, aunque esta última aún no dimensionada por el protagonista, que hasta ese momento de su vida no había podido vivirla con libertad.  

Desde el inicio de Flee percibimos que Amin logró sobrevivir a la odisea que significó la huida de Kabul. El documental narra una historia trágica pero que significó fortaleza y esperanza en el protagonista, a pesar de los sufrido y perdido. ¿Pero qué pasa con los casos de inmigrantes muertos o violentados en el intento? Esta problemática está presente hasta el día de hoy con historias igual de calamitosas en un mundo que colapsa por la violencia, el racismo y la xenofobia. Flee, de Jonas Poher Rasmussen, está cargada de elementos trágicos que inducen a la empatía desde el primer minuto de la entrevista.   

Puedes ver Flee en Cinefilia Malversa y en Hulu.

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