El clásico francés ‘La Gran Ilusión’ te espera gratis en la Cineteca Nacional

La Gran Ilusión se sitúa durante la Primera Guerra Mundial, cuando dos aviadores franceses son derribados y capturados por uno alemán mientras cumplían con una misión de reconocimiento. Tratan de escapar repetidas veces hasta que son enviados a una fortaleza aparentemente impenetrable de la que parece imposible escapar.

Para dar vida a este filme, el director francés partió de su propia experiencia como piloto de guerra. En ese momento conoció a un aviador que fue atrapado por los alemanes y consiguió fugarse, pero después de un tiempo lo halló en una base aérea, convertido en general. En la película se retoman los relatos de las sucesivas fugas.

Lo anterior sirvió para crear el guion, en el cual también participó Charles Spaak. Juntos crearon una de las cintas más destacados de la historia del cine francés. Como dato curioso, en un principio La grande illusion se titularía Les Evasión du Capitane Maréchal, pero decidieron cambiarle el nombre por uno que corresponde a un libro pacifista publicado en 1910 por el escritor Norman Angell.

En el libro Las películas de mi vida de François Truffaut, el cineasta comentó que La Gran Ilusión es «una película de caballería, una película sobre la guerra considerada, si en no como un arte, al menos como un deporte, como una aventura en la que se trata tanto de medirse como de destruirse. (…) ‘La gran ilusión’ es entonces la de creer que esa guerra sería la última; Renoir parece considerar a la guerra como un flagelo natural que tiene su costado bello, como la lluvia y el fuego; se trata, como dice Pierre Fresnay, ‘de hacer la guerra amablemente’”

La Gran Ilusión tocó las fibras emocionales del público y llamó la atención de la clase política. Su mensaje pacifista hizo que fuese prohibida en países donde se habían instaurado regímenes fascistas. Por ejemplo, se censuró en Italia por Benito Mussolini, y en Bélgica ni siquiera se llegó a estrenar. Incluso, el político alemán Joseph Goebbels calificó a Jean Renoir como enemigo cinematográfico número uno. Sin embargo, Roosevelt lo defendió y dijo que todo demócrata debería de ver La Gran Ilusión.

Conoce aquí más detalles del Foro al Aire Libre de la Cineteca Nacional.