Ve ‘A constant forge’, el documental sobre la vida de John Cassavetes

Por: Iván Guzmán
Por muchos considerado como uno de los pioneros del cine independiente, John Cassavetes fue un director y actor de teatro, cine nacido en Nueva York en 1929. Sus inicios como actor dieron pie a lo que posteriormente sería su carrera como cineasta, siempre desde la periferia de los grandes estudios Hollywood y sin el financiamiento de estos.
En 1959 estrenó Shadows, película realizada con el dinero de su familia y amigos. La falta de interés por el filme en tierras estadounidenses lo llevó a probar suerte en Europa, donde consiguió que se le diera una modesta distribución y que ganara el premio de la crítica en Venecia. Tras esto, Hollywood voltearía a ver su obra en la década de los años 60; su trabajo como actor en El bebé de Rosemary (Roman Polański, 1968) y The Dirty Dozen (Robert Aldrich, 1967) —que le valió una nominación al Oscar por Mejor Actor de Reparto— hicieron posible el financiamiento de sus posteriores películas.
Sin embargo, la época dorada de John Cassavetes llegó hasta los años 70, cuando afianzaría su estilo con valores de producción que buscaban ser estilizados y cuya examinación de los personajes era lo primordial. Todo esto en películas icónicas como A Woman Under the Influence (1974) y Opening Night (1977).
A constant forge: un documental para conocer a John Cassavetes
Existen dos alternativas para acercarse a la vida de el cineasta independiente, uno de ellos el libro Cassavetes on Cassavetes escrito por Ray Carney —quien es la autoridad en cuanto a la obra y vida del cineasta neoyorkino se refiere—, y el otro es el documental A constant forge (2000) escrito y dirigido por Charles Kiselyak, un documentalista que se ha especializado en abordar el cine de los años 70 a los 80, con trabajos documentales en los cuales aborda las producciones de Easy Rider(1969) One Flew Over the Cuckoo’s Nest (1975) o Tootsie (1982) entre otros.
En A constant forge se presenta un montaje no lineal o cronológico de tres horas de entrevistas al propio director, a colaboradores ya allegados del mismo, así como fragmentos de películas. El documental inicia con una de las máximas del director: la necesidad de que el personaje se antepusiera al actor, lo cual sólo se podía lograr si el entorno era seguro; una especie de familia que debía existir en el set, según Cassavetes.

Los miembros de su equipo, que casi siempre eran los mismos, aparecen en el documental narrando toda clase de anécdotas que no sólo construyen a Cassavetes como artista, si no como un ser humano (hasta cierto punto idealizado), contrario al construido por Carney con más matices humanos reflejados en sus virtudes tanto como en sus defectos.
Entre los participantes se encuentran los actores Peter Falk, Ben Gazzara, Val Avery y Seymour Cassel. Y por supuesto Gena Rowlands, su actriz de cabecera y esposa. De igual manera observamos testimonios de Al Ruban, su fotógrafo; Bo Harwood, quien le compuso muchos de los temas musicales en sus filmes; Annette Insdorf y el mismo Ray Carney, ambos académicos y críticos de cine, expertos en la obra del director.
Si bien Cassavetes comenzó como un actor de método, en algún punto de su carrera terminó por alejarse de esta técnica, pues según él, “la actuación debería ser una expresión de alegría creativa y exuberancia, con énfasis en la creación de ‘máscaras’ por parte del personaje en el proceso de interacción con otros personajes”.
A constant forge forma parte de la aclamada colección de Criterion, y es sin duda una oportunidad para reflexionar alrededor de la obra de John Cassavetes, pero también sirve de invitación para el espectador primerizo pues da pequeñas pruebas de su filmografía.
Ve aquí el documental A constant forge de John Cassavetes
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