‘Fast Food Nation’, de Richard Linklater: el sueño americano produce pesadillas
Por: Eduardo Carrasco
Don Henderson, ejecutivo de marketing de una cadena hamburguesera, debe investigar si son ciertos los hallazgos científicos que señalan la contaminación (con heces fecales) de la carne que utilizan en sus restaurantes. Así comienza Fast Food Nation (2006), una cinta que busca evidenciar con crudeza las terribles prácticas que existen en el mundo corporativo de la comida rápida.
Dirigida por Richard Linklater y basada en el bestseller escrito por el periodista Eric Schlosser, esta película nos lleva de la mano por las pesquisas de Don Henderson (Greg Kinnear), quien visita el pequeño pueblo de Cody, en Colorado; lugar donde se procesa la carne. Durante su viaje, Don se entrevista con trabajadores, gerentes y proveedores. Ellos le muestran el lado turbio de la situación e incluso aceptan de forma cínica que las hamburguesas tengan un poco de mierda en cada porción.

Película de denuncia, relato desesperanzador, Fast Food Nation pretende exponer de manera global—con simpleza audiovisual y sin audacias narrativas— cómo el problema de la comida chatarra opera y permea en los diferentes estratos que componen a la sociedad estadounidense. Pasa de mostrar un mundo idílico en sus primeras escenas a retratar toda la inmundicia que hay alrededor de las corporaciones. Y es que a la par que vemos la investigación del ejecutivo de marketing, también somos testigos de otro par de historias más. Una que habla sobre la explotación laboral de los migrantes mexicanos y otra que narra el despertar político de una joven pueblerina que busca tener un impacto en su comunidad.
Con un elenco múltiple que va desde Ethan Hawke, Patricia Arquette, Bruce Willis, Catalina Sandino, Ana Claudia Talancón y hasta la cantante de pop Avril Lavigne, este filme liga todas sus historias para señalar la complejidad que existe en la producción desmedida de carne, sin importar los riesgos sanitarios que esto conlleva.
¿Cuál es el problema de Fast Food Nation?
Sin embargo, el problema con Fast Food Nation es su pesimismo excesivo que raya en lo melodramático. Para Linklater y su cámara, el sueño americano de prosperidad que anhelan los extranjeros es un infierno mediado por las empresas y sus excesivas ansias de fortuna. Bajo esa lógica, vemos cómo los migrantes sufren y adoptan los vicios de la sociedad estadounidense, aunque se resistan, ya que el sistema siempre termina por vencerlos.
De hecho, ninguno de los involucrados en ese contexto tiene salvación. Ni siquiera las personas más jóvenes. El director retuerce el viejo argumento que expuso la Escuela de Frankfurt en los años 60, cuando se señalaba que los verdaderos agentes de cambio eran los estudiantes. Aquí, esos personajes se topan con una dura realidad que les demuestra que la acción política no tiene resultados ideales.
Se podría decir que este largometraje critica, pero no concluye nada, invita a reflexionar, pero no deja mucho margen de esperanza al ser una visión de un mundo capitalista voraz que busca el enriquecimiento a cualquier costo. De cualquier manera, la película de Linklater no debe desmerecer la atención de las audiencias que buscan cuestionar las problemáticas sociales y los hábitos de consumo que vive el ciudadano contemporáneo.
Asimismo, el valor agregado de esta obra es que nos deja ver los diferentes estilos que ha adoptado Richard Linklater como cineasta. Recordemos que su carrera como realizador le ha legado a la cinematografía algunas cintas memorables como lo son Waking Life (2001), A Scanner Darkly (2006), Before Midnight (2013) y Boyhood (2014).
Ve aquí el tráiler de Fast Food Nation:
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