Cinco momentos para recordar la carrera de Jack Nicholson

Por: Miguel Sandoval
Hoy el prolífico actor estadounidense Jack Nicholson cumple 84 años. A continuación, un repaso breve por su trayectoria, la cual abarca desde 1956 hasta el 2010.
Empezó su carrera cinematográfica con gran admiración por Marlon Brando, aunque antes de actuar fungió como auxiliar administrativo de la Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), puesto en el que ordenaba cartas de admiradores de Tom y Jerry; su primer papel destacado frente a las cámaras llegó con Easy Rider (Dennis Hopper, 1969), cinta que le valió una nominación al Oscar en la categoría de Mejor actor secundario.
En 1975 recibe su primer Oscar al Mejor actor gracias a Atrapado sin salida, película de Miloš Forman que retrata la amistad entre pacientes de un hospital psiquiátrico, donde Nicholson decide ayudarlos a normalizar sus vidas cotidianas; obtuvo otra ocasión el galardón por Mejor… imposible (1997), además de un premio al Mejor actor secundario por La fuerza del cariño (1983), ambos filmes de James L. Brooks. Con las tres distinciones, el intérprete es uno de los más laureados en la historia del certamen.
Ha trabajado para otros directores renombrados, a destacar: Roman Polanski (Chinatown), Stanley Kubrick (El resplandor) y Martin Scorsese (Los infiltrados); estudiante de la institución Actors Studio y discípulo del famoso académico de teatro Lee Strasberg, Nichols fue capaz de encarar diversos géneros cinematográficos a lo largo de su carrera, como también retos de improvisación.
Acerca de su profesión dijo una vez: “Si tienes un impulso sobre una escena, no importa cuán equivocado parezca, sigue el impulso. Podría ser algo y si no lo es – ¡toma dos!”. Asimismo: “La estrella en un set de grabación es como una bomba de tiempo. Esa bomba tiene que desactivarse para que la gente pueda acercarse a ella sin temor”.
Un aspecto menos conocido en la trayectoria del actor es su faceta como realizador y guionista; en 1990 dirigió, por ejemplo, una segunda parte de Chinatown, mientras que participó en la escritura de siete producciones entre 1963 y 1971. Por otro lado, grabó temas para el soundtrack de películas como Batman (Tim Burton, 1989), Los infiltrados y Locos de ira (Peter Segal, 2003).
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