10 imperdibles películas mexicanas en Amazon Prime Video
Por: César Cárdenas
El cine tiene la capacidad ambivalente de construir y visibilizar la identidad de una nación. No hay sociedad sin retratos o capturas literarias, musicales y cinematográficas. Son una forma de catarsis, de grito en megáfono.
Por ello, hoy queremos hacer hincapié en nuestros talentos nacionales con una selección de largometrajes almacenados en los anaqueles de la plataforma de streaming del gigante del comercio en línea: Amazon Prime Video, plataforma que ha introducido, desde su llegada al país en 2016 (dos años después del aterrizaje de la aplicación de Amazon en junio de 2015), diversos títulos del cine mexicano.
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Mano de obra
Ópera prima del escritor y productor mexicano David Zonana; esta cinta estrenó en 2019 en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF por sus siglas en inglés). Se convirtió en la película mexicana con la mayor cantidad de premios internacionales en su año de estreno.
Con Michel Franco (Las hijas de abril, Después de Lucía, Nuevo Orden) en la producción, la película acompaña a Francisco (Luis Alberti) y sus compañeros de trabajo en búsqueda de una vida más digna tras la muerte de su hermano en la construcción de una lujosa casa en una de las zonas más exclusivas de la Ciudad de México. Una historia sobre la falta de seguridad y condiciones favorables dentro del gremio de albañiles, el cual lucha contra la desigualdad, la explotación y la injusticia que sus patrones y el ineficiente sistema laboral perpetúan.
Es interesante por la cercanía de sus reflexiones, conceptos y diálogos con los privilegios y la situación económica/legal mexicana actual, que pone a los personajes en varios dilemas éticos que ayudan a definir su actitud frente a la imposibilidad para acceder a bienes y servicios teóricamente básicos convertidos en lujos infames.
Participó en algunos de los eventos más relevantes de la esfera cinematográfica como el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, el Festival Internacional de Cine de Palm Springs, el Festival de Cine de Zurich, el FICUNAM, el Festival Internacional de Cine de Morelia y el Festival de Cine de Göteborg.
Sueño en otro idioma
Estrenada en 2017, el largometraje dirigido por Ernesto Contreras recibió el Premio del público en el Festival de Cine de Sundance, el Mayahuel a Mejor Actor y el Premio del público del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), además de seis premios Ariel, incluido el de Mejor Película.
Martín (Fernando Álvarez Rebeil), un idealista y joven lingüista intenta, a toda costa, salvar de la extinción a una antigua lengua indígena con sólo dos hablantes vivos: el zikril. En su tarea por rescatar los vestigios de esta tradición descubre que Isauro (José Manuel Poncelis) y Evaristo (Eligio Meléndez) están peleados a muerte.
Es importante destacar la temática de la diversidad en una película que habla sobre un tópico que es abordado en más de una convención gubernamental al año, pero del que se sabe muy poco: la defensa de las lenguas autóctonas. La simbiosis entre la magia, los recuerdos, el perdón, la muerte y la reconciliación generan un metraje entrañable en pro de la manutención de las raíces de los pueblos.
Con flashbacks de la juventud de ambos personajes y la ayuda de Lluvia (Fátima Molina), Martín descubrirá la subtrama generada décadas atrás entre estos personajes, estandartes de un relato sobre el prejuicio, el amor y la realidad de las lenguas originarias entre la flora imponente de la selva de Veracruz.
Todo lo demás
En 2016, Natalia Almada (El velador, El general) estrenó Todo lo demás, largometraje de 98 minutos que relata las vivencias geriátricas de Doña Flor, una mujer presa de la asfixiante monotonía resultante de una rutina robótica. Burócrata con más de tres décadas de experiencia, la mujer encarna la crítica sigilosa a un sistema administrativo fatalista. Un retrato sobre la soledad, la melancolía y la reflexión amarga sobre las cosas que se hicieron de más y las que se dejaron de hacer, las cuales inundan de culpa el cuerpo de nuestra protagonista.
Adriana Barraza realiza un ejercicio histriónico de primer nivel con pocos diálogos e interacciones con la gente que pasa por su escritorio. Vive fuera de ella, es un esbozo del pavor, del sentido patético de la existencia humana, de la tristeza amarga y del aburrimiento.
Apatía generalizada, sensibilidad perdida, infelicidad y silencios increíblemente descriptivos son sólo algunos de los detalles de esta cinta que formó parte de la selección oficial del Festival de Cine de Roma, el Festival de Cine de Nueva York y el Festival Internacional de Cine de Morelia.
Asalto al cine
De Iria Gómez Concheiro (Antes del olvido), este largo de 2011 estuvo nominado al Gran Premio del Jurado del Festival de Cine de Sundance. Además, obtuvo un premio a Mejor Actor en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias y una nominación, en el mismo evento, a Mejor Película.
Negus (Gabino Rodríguez), Chale (Juan Pablo de Santiago), Sapo (Ángel Sosa) y Chata (Paulina Avalos) se embarcan en la planeación de un golpe criminal al cine que visitan con regularidad, llevados por la anarquía, la adrenalina y los instintos de supervivencia.
La colonia Guerrero de la Ciudad de México acompaña el andar de los protagonistas, quienes buscan probar su valía y llevar un poco de paz (materialista) a sus hogares. Con crisis laborales y sindicales de fondo, Asalto al cine cumple como alerta de acción preventiva para la salvaguarda de las nuevas generaciones. Una cinta que destaca por su enfoque hacia las dificultades y peligros que la juventud mexicana sortea en ambientes hostiles que conllevan situaciones familiares problemáticas y falta de una correcta guía por parte de los tutores, que dejan a merced de la violencia a estos cuatro adolescentes, enfrentados a las consecuencias del mundo “real”.
El peluquero romántico
La nostálgica postal cinematográfica de Iván Ávila Dueñas devela los tintes clásicos inmiscuidos en la cotidianidad de Víctor (Antonio Salinas), peluquero (bohemio hasta los huesos) en la Ciudad de México. Tras la muerte de su madre, la soledad se apodera de cada uno de sus movimientos. Desde su peluquería entiende al mundo que pasa, irascible, ante sus ojos pacíficos; termina de domar este entendimiento de lo ajeno a través de las películas y canciones de la época de oro del cine mexicano.
Ama a través de Los Panchos, sufre con Tin Tan y se emborracha solo, parado en medio de la sala de su anticuada casa. Aficionado al Atlas, controla su existencia en encuentros con su pasado amoroso y engorrosas amistades que le ocultan detalles reveladores de sus días de infancia.
Un drama de sueños a blanco y negro, amargura y viajes suramericanos que abogan por la exploración del caótico interior de un protagonista que abraza, progresivamente, las insuficiencias del caracter en contra de los retos de la solitaria existencia.
Párpados azules
Marina Farfán (Cecilia Suárez) y Victor Mina (Enrique Arreola) ofrecen clase magistral sobre soledad e infelicidad inmutable en la ópera prima del 2007 de Ernesto Contreras. Acá comenzaban a definirse esos “especímenes” de amor que Contreras afronta en sus proyectos fílmicos. En esta ocasión, Marina, una de nuestras protagonistas, gana un viaje todo pagado a la paradisiaca playa Salamandra, el único inconveniente: es para dos personas. Esta eventualidad le permite ver su exclusión de la sociedad: no puede llevar a alguien porque en su vida hay una cantidad ínfima de gente a la cuál recurrí para estos casos.
Tras un intento de manipulación de su hermana, Marina se reencuentra con Víctor, antiguo compañero de la secundaria que llega en el mejor momento, para “llenar” la plaza de viajero acompañante.
La chispa de esta cinta reside en su tratamiento del amor “por compañía”. En 98 minutos se cuestiona el papel del amante como un “remedio” para la soledad y de esta última como una imposición, ante la posibilidad de que, en realidad, sea una decisión incorrectamente aceptada, pero querida en el fondo.
Timidez, incomodidad e introversión se entrometen en una cinta que desafía los estereotipos del cine rosa/romántico de la comedia mexicana contemporánea. Contreras ganó el Ariel de Plata a Mejor Ópera Prima en 2008, también recibió el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Sundance.
Fue nominada al Gran Premio de la Semana de la Crítica y la Cámara de Oro por el Festival Internacional de Cine de Cannes de 2007.
Nicotina
Ganadora de cinco Arieles y cuatro Diosas de Plata, entre ellas la de Mejor Película, el filme de 2003 dirigido por Hugo Rodríguez merece la atención de los usuarios de Amazon Prime Video. Esta historia nocturna de incidentes, azar, cigarros, tabaquismo, malentendidos, mafia y disparos contó con la participación de Diego Luna (en el papel del hacker antisocial Lolo), Daniel Giménez Cacho (Beto), Jesús Ochoa (Tomson), Carmen Madrid (Clara) y Rafael Inclán (Goyo).
Una atrapante película de enredos que, entre sus subtramas, saca a relucir temas como la obsesión, el abuso, el control y los amores mal concebidos con la Ciudad de México como testigo vivo de todas estas deformaciones sentimentales. Un metraje atípico dentro del catálogo mexicano de esta plataforma de streaming.
El gallo de oro
La clásica y exitosa dupla Gavaldón/Figueroa engendró El gallo de oro en 1964 como una adaptación del manuscrito de Juan Rulfo. Con la ayuda de Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes en el guion, Gavaldón entregó una pieza un tanto alejada de lo que Rulfo había dejado plasmado entre las páginas de la novela corta que escribió a finales de la década de los cincuenta.
Con Ignacio López-Tarso en el papel del suertudo gallero Dionisio Pinzón, Lucha Villa como Bernarda Cutiño “La Caponera” y Narciso Busquets como Lorenzo Benavides, el largometraje de 105 minutos sigue los pasos de Dionisio, un pregonero de un pequeño y empobrecido pueblo mexicano, tras la muerte de su madre.
El protagonista encuentra refugio en la rehabilitación de un gallo que le arrastra hacia el mundo de las apuestas y las peleas dentro de las ferias regionales. Su paso por estos rumbos se ve aderezado con la presencia de fuertes rivales y acérrimas tentaciones que exacerban su ambición.
El hombre de papel
Continuamos con Ignacio López-Tarso, ahora en un desafiante papel como el pepenador mudo Adán, que pretende entender las directrices de la vida adulta “civilizada” a través de su pobreza y la fortuna que le “sonríe” materializada en un billete de 10 mil pesos.
El largometraje dirigido por Ismael Rodríguez de 1963 aproxima estas valoraciones éticas y existenciales a través de las peripecias de un personaje simpático a más no poder traído a la vida por un histrión en letras mayúsculas.
Durante 110 minutos, Adán pone en jaque el papel del dinero, la soledad y el amor efímero en una sociedad increíblemente cercana a nuestra actualidad mexicana. Hay que ver esta obra, inspirada en el texto de Luis Spota titulado El Billete, por su valor como testimonio histórico visual (con la fotografía de Gabriel Figueroa) de una ciudad que ha cambiado su apariencia pero no su centro almático de movilidad.
Una clase de humanidad, preceptos básicos de convivencia, honradez, sinceridad y locura que poseen a los personajes que intentan engañar y desviar al inocente Adán, un ejemplo de la corrupción gracias al apego material y la ambición destructiva de un sistema capitalista centrado en adorar billetes y monedas.
Sin señas particulares
Nueve premios Ariel, entre ellos Mejor Película y Mejor Dirección, dos reconocimientos en el Festival de Cine de Sundance (Premio de la Audiencia y Premio del Jurado), el Ojo de Oro en el Festival de Cine de Zúrich y el Alejandro de Oro del Festival Internacional de Cine de Salónica son sólo algunos de los galardones que recibió esta película en 2020.
El viaje desgarrador de Magdalena (Mercedes Hernández), madre buscadora de un hijo desaparecido en su propio periplo hacia los Estados Unidos, es capturado en este metraje de 105 minutos que revitaliza el discurso sobre las desapariciones forzadas en el contexto violento que México sigue viviendo hoy día. Magdalena junta su pena y búsqueda con la de Miguel (David Illescas), un joven deportado que le recuerda amargamente a su hijo desaparecido entre las garras del narcotráfico.
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Con referencias a una fuerza maligna (la violencia misma encarnada en “el diablo”) y un sistema judicial incapaz de ayudar a las madres y padres de víctimas de desaparición, la película es más que adecuada para utilizarla como un espejo, una radiografía de nuestros males burocráticos y sociales.
Hasta aquí esta selección de indicios y muestras de lo que el cine mexicano es capaz de expresar. Con esto, refuerzo la idea de que el streaming, a final del día, no es tan malo como parece, cuando brinda espacios para aquellas películas que la cartelera ha tratado con rudeza.
Exijamos, como consumidores de servicios en línea, cine diverso, de calidad y con buenas historias entre las manos.
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