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Uzi: la historia de un sicario retirado

uzi josecc81 luis valle

pleca mauricio

La vejez es entendida como esa etapa impasible, cuando el ser por fin descansa tras una vida de -demasiado- trabajo y emociones, aunque actualmente trate de extenderse la “vida útil” tanto como se pueda, pero ese es otro tema. En un pasar por el mundo tan extenso, ¿qué tantas historias encierran esas arrugas y esos pasos ralentizados por el tiempo? ¿Quién es, en realidad, ese amable viejecito de la colonia?

El quinto proyecto largo del salvadoreño Pepe Valle gira en torno al anciano Uzi, quien comparte apodo con un arma rápida, pero también es diminutivo de Uziel. Este tranquilo señor que administra unos baños públicos en estado decadente, era un sicario mayor durante su juventud. Ahora, contemplando la quietud de su edad, le llega una oferta que podría incrementar su nivel de vida, lo que inicia un debate moral interno.

¿Un antiguo matón que siente remordimiento por el daño causado, enmarcado en la época más violenta en la historia del país? Eso da para contar. La película aprovecha su contexto al insertarlo en elementos como el ruido alrededor del protagonista (el sonido de la televisión o el radio, por ejemplo) y lo contrasta con su evidente desinterés. Oye, pero no escucha. Esto es notorio en la configuración de la escena, donde las figuras enfocan su atención en otra cosa; planeación que denota astucia del director.

En el primer medio del filme, el relato se concentra en el flemático deambular del anciano por la vida. Simplemente existe, pero no hay mayor motivo para que permanezca. A partir de que esta oferta de “último trabajo” le llega, la historia vira hacia un tono más reflexivo que permite insertar consideraciones alrededor del tiempo y su extraña duración.

Desde un suceso en el que participa, el cual involucra directamente a la vida (hilo inserto con calzador), comienza a lamentarse con más fuerza y a meditar sobre la valía de estar presente, de vivir. Esta segunda parte del largometraje es la más completa en cuanto a crecimiento argumental y subtextual, a pesar de sus detonantes apresurados y un tanto -muy- convenientes.

Otros elementos a valorar son el guion y las actuaciones. La ubicación espacial de los sucesos, una colonia popular en los suburbios mexicanos y todas las interacciones -en papel- son verosímiles en su vocabulario, expresiones y locaciones, sin embargo, el manejo del elenco no consigue empatar las virtudes de su libreto. Hay momentos de falta de rango dramático y otros de sobreactuación, en especial aquellos instantes cuando interviene la pareja joven del inicio, quienes son importantes para el meollo de todo el asunto. Un caso de histrionismo bipolar.

Con formas poco usuales en la narrativa nacional, las cuales optan por la semicontemplación de las situaciones con cámara fija en momentos que se sienten largos, el desarrollo de esta película puede percibirse lento, pero no considero que sea inadecuado para el discurso pretendido. Es decir, una historia sobre la vejez, las apariencias, el tiempo y la existencia en general no podía ser tan acelerada si quería ser congruente con su trama. Si bien, el ritmo decae considerablemente por momentos, los matices que logra concretar (sin una profundidad enorme), sí dan posibilidades para entablar diálogos reales con el espectador.

Uzi es una película interesante por su pertinencia y las conversaciones socioculturales extrafílmicas que puede sostener. Muestra soltura en las capacidades de un director de breve carrera y eso siempre es valioso. Rompe ritmos y ciertas generalidades en este retrato de un personaje que, lamentablemente, irá siendo cada vez más común en la población mexicana: los viejos sicarios. Arrepentidos o no, existirán y a montones.

Puedes verla gratis aquí 

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Crítica

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