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Period. End of Sentence: mujeres que fabrican sus propias toallas sanitarias

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Por: Fernanda Ramos (@MFer_Diosdado)

“¿Me creerías si te dijera que aún existen personas que creen que la menstruación es una enfermedad?” Aunque suene disparatado, en pleno siglo XXI, los habitantes de las zonas rurales de India aún tienen estas creencias. Tanto hombres como mujeres no cuentan con la información básica sobre la menstruación; a todos les da vergüenza hablar del tema.

Bajo la producción de Netflix, la directora Rayka Zehtabchi documentó en 26 minutos la forma en que la menstruación es concebida por los habitantes del Distrito de Hapur en India. Esta ha sido satanizada a tal grado que nadie cuenta con la preparación para cuando sucede, pues al ser concebida como algo negativo, a las niñas les apena contar que han experimentado su primer periodo, guardando para sí mismas sus dudas y angustias.

El problema se agrava debido a que ellas no tienen acceso a toallas sanitarias. En su lugar usan telas, sin embargo, las toman de improviso de sus casas y muchas veces no cumplen con la higiene necesaria. Otro aspecto que muestra el documental es la deserción escolar, debido a que las escuelas tampoco cuentan con sanitarios: cambiar las telas es complicado y deben hacerlo al aire libre.

Una persona clave a quien conocemos es el inventor Arunachalam Muruganantham, galardonado con varios premios de los que destaca la distinción Padma Shri por su contribución en el área del servicio social, uno de los reconocimientos más altos otorgado por el Gobierno de India. Muruganantham inventó una máquina para fabricar toallas sanitarias a bajo costo, con el fin de solucionar la escasez de este producto, pues menos del 10% de la población puede comprar una.

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La idea principal fue combatir el riesgo sanitario que representaba no tener acceso a toallas sanitarias, pero Muruganantham rápidamente se dio cuenta de que las máquinas también podían ser un medio de trabajo para las mujeres y de esa forma ayudarlas a realizarse tanto económica como personalmente. Es por eso que Muruganantham ha declinado más de una vez las ofertas de varias corporaciones para comprar su empresa y se ha dedicado a entregar sus inventos a mujeres en zonas rurales.

Period. End of Sentence ha sido una revolución en la industria cinematográfica: fue galardonado con el Premio Oscar a Mejor cortometraje documental en su edición 92, la cual ha pasado a la historia porque fue la noche en la que 15 mujeres fueron premiadas con una estatuilla. Un logro en la Academia al reconocer el trabajo de las mujeres más allá de las mejores actrices.

Ver este documental no sólo es un fuerte golpe de realidad, sino también de esperanza e inspiración. En una sociedad sumida en el machismo, las jóvenes añoran ser reconocidas por sus logros y no por los de sus maridos o los de sus padres; es así como la independencia económica es el primer paso para crearse un camino en la sociedad. En unos cuantos minutos percibimos que cada vez que una niña, adolescente o mujer sueña, la revolución femenina está sucediendo.

Aun si eres del público a quien le aburren los documentales, Period. End of Sentence es para ti, pues en su corta duración el ritmo nunca decae. Una entrega para reforzar ideales feministas, y la cual logra sacar algunas lágrimas de felicidad al ver a otras mujeres triunfar.

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