Oscars: escándalo, glamour y no siempre el mejor cine

En una época en la que seguía el auge del cine sonoro, los Oscars distaban mucho de lo que es hoy en día. Para Louis B. Mayer, jefe de los estudios de la MGM y anfitrión de aquella reunión previa a la definitiva en la que se funda la Academy of Motion Picture Arts and Sciences, los galardones eran una efectiva forma de control. En sus propias palabras “la mejor manera de manejar a los cineastas es colgándoles medallas por todos lados. Si yo les diera copas y premios, ellos se matarían para producir lo que yo quisiera”. No podíamos esperar algo muy diferente de quien se distinguiera por su amor al espectáculo, más que al cine.
La primera entrega, en la que ni siquiera figuraban directores extranjeros y que tuvo fecha el 16 de mayo de 1929, no estuvo exenta de polémica. El mítico director King Vidor acusa que la decisión de otorgar el premio a mejor director a Frank Borzage por El séptimo cielo, fue tomada por los fundadores de la Academia y no por la junta central de jueces. No está de más recordar que Y el mundo marcha, dirigida por King Vidor, compitió en la misma categoría. ¿Fue esta la causa del desacuerdo de Vidor? ¿Quién merecía más el premio? Esta segunda pregunta no ha estado ausente cada año y en todas las categorías que han evolucionado desde la primera entrega. Incluso, se han sumado polémicas y reclamos de otro tipo, como el hecho de premiar a una agenda de corrección política como lo sucedido hace algunos años con el hashtag #OscarsSoWhite que acusaba una tendencia a reconocer únicamente a los “filmes blancos”.
Deslizándonos más hacia los detalles, es de resaltar que actualmente la ceremonia dura más de dos horas sin contar la red carpet, las entrevistas previas, y las fiestas post evento que hacen en distintos lugares de Los Ángeles. Pero la noche del 16 de mayo de 1929 fue contrastante. Una cena privada con 270 asistentes quienes por supuesto llegaron con sus mejores ropas y en automóviles elegantes y lujosos al Hollywood Roosevelt Hotel, donde disfrutaron de una cena y de la conducción de Douglas Fairbanks en un evento que apenas rebasó los quince minutos. No sólo se trata de un dato curioso, sino que revela la evolución que la ceremonia ha tenido en cuanto a espectáculo; ahora es indispensable para los medios la alfombra roja, y la expectativa es el ingrediente principal de la noche, a diferencia de aquella primera velada, cuando los galardonados ya habían sido notificados de sus respectivas ternas ganadoras en febrero de aquel año.
Con tan solo 14 categorías, en esta primera ceremonia los grandes triunfadores fueron las productoras Fox Films Corporations y Paramout Pictures, al recibir los galardones más importantes del certamen: el de Mejor película por Alas y Mejor, y Producción única y artística por Amanecer. Por su parte, Warner Brothers recibió el Premio Honorífico por el gran avance tecnológico que representó The Jazz Singer (Alan Crosland, 1927) al ser la primera película con banda sonora.
Es también de destacar cómo la tecnología ha marcado la pauta para diversos reconocimientos. En ese entonces se le daba preponderancia a los efectos de ingeniera, es decir, a la ayuda de artefactos hechos específicamente para la realización cinematográfica, sin embargo, aquella noche la categoría de Mejor efecto de ingeniería tuvo su debut y despedida. En el caso de los efectos especiales, eran considerados como “trampa”, algo no bien visto por los realizadores contemporáneos. Ahora, este quehacer es una parte indispensable y desde diez años después se incluyó la distinción a Mejores efectos visuales, siendo Vinieron las lluvias (Clarence Brown, 1939) el primer filme en recibirlo.
A partir de entonces, los Oscar se han transformado en una premiación llena de contrastes, escándalos y un sin fin de tópicos que serían todo un tema de conversación para la cultura pop. Y después de 89 años surgen preguntas como, ¿colgar premios ha funcionado algo más que para la industria? ¿Qué diferencia hay entre lo que mencionó Louis B. Mayer con lo que acontece hoy en día en los Oscars?
Es preciso recordar el contexto en el que hoy se desarrolla este certamen: la baja audiencia, el grave escándalo en el cual está sumida la industria hollywoodense, la acusación de acoso sexual en contra de Harvey Weinstein y el movimiento Time’s Up, que busca, entre otras cosas, el respeto hacía las actrices que han sido acosadas o violadas, así como la igualdad entre sueldos que segrega a los histriones.
Finalmente el Oscar amerita para directores y actores las posibilidades de tener presupuestos ilimitados y de poder elegir cualquier proyecto a realizar, siempre y cuando se ubique dentro de los parámetros de la industria. En el caso de los histriones, estos pueden acceder a pagas increíbles e igualmente a la elección de mejores proyectos, y sobre todo, poder ser protagonistas de filmes que estarán en gran cantidad de salas y con una fortuna gastada en publicidad.
Sebastián Ortiz
Comunicólogo que habala mucho y escribe (mal) sobre cine, música y ciencia ficción.
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