Defensores de la fe en Marvel

Por: Isaac Ávila
“We’ll rise inside ya till the power splits your head
We’re gonna rock ya till your metal hunger’s fed…”
-Defenders of Faith. Judas Priest. 1984.
Si bien la entrega anterior del universo de series en Netflix estuvo un poco floja, empezó con todo. Me sentí frustrado al darme cuenta que ya había terminado y eso me parece una buena señal, dejarte con ganas de más. Desde mi punto de vista habla de un trabajo con mucha calidad.
Caso contrario al MCU, Defenders no parece un comercial que te prepara para las siguientes producciones, como Age of Ultron, que sólo anticipa para las siguientes películas, enfilándose a Infinity War. Para disfruta Defenders no es necesario ver las entregas individuales de los protagonistas, ya que sus motivaciones, ideales e idiosincracias se presentan en los primeros capítulos y se van reafirmando hasta que revelan su verdadero yo.
Aunque he escuchado varias opiniones sobre lo reiterativa que parece la serie y que pudieron ahorrarse algunos capítulos, creo que la intención fue llegar a todos los espectadores posibles, estrategia que tienen en muchos de sus productos. Por eso, los personajes debían ser mostrados de cierta manera y se debía hacer visible el porqué actúan así.
Es interesante ver la evolución de los Defenders tanto la de ambos protagonistas, como la de los otros dos que cumplen la función de secundarios. A pesar de que dan la impresión de volver al mismo punto durante el epílogo, todo ha cambiado en ellos y comienza su carrera como grupo de héroes.
Visualmente la califico de muy atractiva. Al inicio, mientras se presenta los personajes, tenemos brincos entre el estilo de cada uno, yendo de los sepias, azules, rojos y verdes a una mezcla entre un alto contraste y poca luz, cosa que llama la atención con la paleta de colores que han decidido usar para la reunión de los Defensores. Misma que se ayuda de la fotografía muy bien cuidada y ajustada a las escenas de acción, que son bastantes.
El montaje es fluido y se ayuda de las coreografías estilo Daredevil, en espacios reducidos, contra muchos enemigos genéricos y jefes que se repiten hasta el cansancio. Si bien esto se vuelve tedioso, es un elemento recurrente en los cómics y videojuegos. Así que no siempre resulta extraño y se supera pronto.
El tema principal de la serie es hasta ahora mi favorito de este universo, tiene gran potencia y como el prólogo siempre te presenta algo interesante, te llena de emoción para el capítulo que estás por ver. El diseño del sonido, en general es adecuado, a pesar de que notas en algunos momentos que la coreografía falló un poco, se siente natural y la música ayuda con los momentos cumbres de los capítulos.
Debo mencionar que el fan service está a tope y el humor para bajar la tensión es un poco sombrío y deprimente, son chistes que generalmente rompen la tensión pero demuestran las debilidades del equipo.
En conclusión, es una buena serie, cumplidora. Sólo peca del mismo error que la segunda temporada de Daredevil, darle demasiada importancia a Elektra quien suele ser de esa forma porque sí, porque así lo requiere el guion o no saben cómo resolverlo. Estos personajes cliché funcionan “bien” en las películas porque no tienen el tiempo para definir a sus personajes como en las series, pero no lo defino como un buen elemento cuando puedes hacer un Wilson Fisk o un Cottonmouth y pones a un malo porque sí.
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