Michel Franco: El ganador de Cannes que no sabe hacer cine

Por: Leslie Valle
“Soy obsesivo pero no a lo güey […] mi ambición está en hacer cada vez mejor cine” Michel Franco
Desde que Michel Franco decidió dedicarse al cine supo que no iba a ser fácil; para aprender tendría que “echar mucho a perder y dialogar con el público”, porque para hacer cine no hace falta ir a una escuela sino sentir, filmar, escribir y, a veces, solamente creer en ti mismo.
Las escuelas de cine no fueron suficientes para Michel, ni tampoco estudiar algo de verdad como segunda opción porque él supo desde el principio que no se concebía a sí mismo haciendo otra cosa, ya que “si estás seguro de que tienes que hacer [cine], ¡debes hacerlo!” y así fue como él realizó lo que su vocación y deseos le ordenaron.
Es por ello que aunque ha sido galardonado en tres ocasiones en el Festival de Cannes —en 2012 recibió el premio del jurado Un certain regard por Después de Lucía; en 2015 Chronic: el último paciente ganó el premio a Mejor guion, y este año con Las hijas de Abril volvió a ganar en Un certain regard—, Michel, en la Masterclass impartida en la Cineteca Nacional, afirmó que no sabe escribir ni filmar, de hecho no sabe mucho de cine, por eso hace las películas como las hace, pero siempre pensando en una cosa: “si en el mundo se filman mil óperas primas al año, ¿cómo haces para sobresalir?”.
El cineasta mexicano también dio algunos consejos a todos aquellos que desean dedicarse al cine: filmar todo lo que sea posible, mostrarle tu trabajo a todas las personas que puedas y aprender de sus reacciones, y lo más importante: no hacer historias buscando solo vender sino pensando en que éstas “pasen por las emociones, por la cabeza y por las tripas”, porque “le tomas respeto al cine haciéndolo”.
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