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Sopladora de hojas: la épica en lo cotidiano

sopladora


gerardo 1

Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba.

Engánchalos a tu alma con ganchos de acero.

-William Shakespeare

La cinematografía nacional divide la cartelera en dos grupos; por un lado se encuentran las cintas que rompen la taquilla, esas que maman de la comedia hollywoodense de fácil manufactura y elaboración; y por otro lado están los filmes de festival, dispuestos a alimentar las ansias del crítico y el amante de lo contemplativo, que interpreta más a siniestra que a diestra el contenido manifiesto de una cinta. En el justo medio del extremo se encuentran aquellos que no se inclinan ni por lo uno ni por lo otro. Ahí está Sopladora de hojas

Tres amigos se unen bajo el pretexto de buscar unas llaves en una pila de hojas. Ese es el argumento del filme; que como reza bajo el título principal y entre paréntesis: es una épica en lo cotidiano. De la oración se desprenden conceptos disonantes e indisolubles, o se opta por esto o por aquello en tanto que una palabra refiere a la epopeya mientras que la otra contiene la idea de lo rutinario. En ocasiones la cinta parece conducir hacia lo extraordinario pero en un acto de revire vuelve a lo común.

sopladora de hojas poster

Dos tonos se desprenden del ejercicio en tanto que los personajes se desplazan en un mundo tragicómico en el sentido lato del género; en ocasiones coquetean con el minimalismo propio de la pieza. Es decir, que la jornada del héroe por momentos pasa de los clásicos mentores y objetos mágicos de los ensayos de Propp a involucrarnos en conflictos a la Pinter. Dicho contraste en ocasiones afecta el ritmo de la trama, los chistes vienen en mal timing o los momentos de introspección aletargan el dinamismo de la comedia.

La tercia paga derecho de piso sin embargo logran consolidar en pantalla la relación fraternal que les une; los protagonistas se lucen cuando entran a escena los personajes incidentales. Estos potencian las reacciones y devuelven a la senda a los muchachos. La lucidez del elenco se gesta en la irrupción de dichos interpretes. Incluso motivan a la puesta en cámara; baste mencionar el caso de Daniel Giménez Cacho cuya participación es acompañada por un movimiento de cámara que logra mitificar al personaje y de paso otorgar una de las secuencias más interesantes del filme.

Un adjetivo podría definir a la película: Sencilla, y no por serlo abandona una reflexión profunda y compleja que aborda temas como la madurez, la muerte, el amor fraterno y de paso roza lo social en una crítica que por primera vez en el cine moderno mexicano, evita entrar con calzador y se desarrolla con naturalidad.

El logro de Iglesias Mendizábal y Luis Montalvo radica en aquello que al parecer varios cineastas mexicanos evitan con tozudez; ser honestos. Independientemente de la estructura y sus fallos, de la arritmia y alguno que otro diálogo parco, Sopladora de hojas halla en la sinceridad su mejor atributo.

Puedes verla gratis aquí 

Gerardo Herrera

Guionista, cofundador y editor de Zoom F7

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