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Lo and behold: ensueños de un mundo conectado

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Un instante de lucidez, sólo uno; y las redes de lo real vulgar se habrán roto para que podamos ver lo que somos: ilusiones de nuestro propio pensamiento.

-Emil Cioran

Durante su juventud Werner Herzog sobresalió por manifestar que no filmaría aquello que no fuera físicamente realizable, bajo dicho postulado rodó la gran cinta Fitzcarraldo (1982). Joya cinematográfica durísima para el equipo técnico y artístico. El resultado fascinó al público y dejó registro de las capacidades del alemán.

Con el paso de los años, el director devino documentalista (que para fines prácticos es lo mismo), su manifiesto de cuasi no ficción se trasladó al género de lo real (en apariencia) destacándose tanto como en sus inicios. Entre sus documentales se encuentran Grizzly man (2005),  The cave of forgotten dreams (2010), y recientemente Lo and Behold:Reveries of the connected world.

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La narrativa de Herzog es impecable, al cineasta la curiosidad lo ha conducido por temas que van de la psique de un hombre que co-habita con osos, al nacimiento y progreso del internet. El genio desarrolló un estilo similar al de Michael Moore; en el cual no se limita a presenciar el acto documentado, sino que forma parte directa del relato fílmico.

En Lo and behold…el director parte del origen de internet por medio de uno de sus creadores. El gran acierto de la película yace en la multiplicidad de voces que configuran la narrativa. Desde científicos de la NASA hasta familias que evitan la red, Werner amalgama una historia que bien podría resumir la evolución del ser humano por medio de la tecnología que se ha dado desde 1969.

Las intervenciones del realizador durante las entrevistas fungen como catalizador de la risa, continuamente pone en aprietos a sus ponentes, además, con cada interrupción complementa el tema. De tal forma que el documental jamás pierde en información. No limita ni sobrecarga, es el contenido estrictamente necesario.

La estructura está subdividida en nueve capítulos cuya duración es desigual pero no por ello disonante. A cada personaje le otorga el tiempo necesario. Esta división, le permite encadenar el conflicto. ¿Hacia dónde se dirige el ser humano con tanta tecnología? De juegos de fútbol entre humanos y androides pasamos a un mundo post apocalíptico en donde el sol hace de las suyas y fríe nuestros satélites. Es imposible según Herzog y los especialistas predecir el destino de la raza humana.

Tal vez se trate de la primera ciencia ficción documental, en el aquí y el ahora. Las entrevistas se muestran sin tanto truco de cámara. Mañosamente Herzog coloca a sus interrogados frente a la cámara, sin jugar con ángulos o escalas. En algunas ocasiones, éstos son tan interesantes que la puesta en cámara  resulta eficaz, el espectador no podrá distraerse con absolutamente nada que no sean las palabras de los especialistas. El director seleccionó a personas de innato carisma quienes llenan la cámara con sus declaraciones sobre el inminente futuro.

La innovación del documental no está en materia cinematográfica. Lo interesante de Lo and Behold proviene de un tópico que a todos concierne, sin satanizar ni aplaudir, el internet se ha apoderado ya de nuestra existencia vigil. Y vale la pena cuestionarnos al igual que Herzog ¿qué pasará cuando el internet se haga consciente de sí mismo?  

Gerardo Herrera

Guionista, cofundador y editor de Zoom F7

 

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