Sixto Rodríguez: el fantasma que derramó el whisky en los corazones

Por: Isaac Ávila

La música está llena de historias de héroes caídos, de grandes que no saben que su arte es amada en muchos lugares. La historia de Sixto Rodríguez es una de ellas. Buscando a Sugar Man (Malik Bendjelloul, 2012) es la búsqueda de aquel mítico fantasma que tocaba en los barrios pobres de Detroit, de quien no se sabía nada en Estados Unidos, pero que la fuerza que tenía en Sudáfrica fue suficiente para impulsar la creación del documental que le dio reconocimiento en los últimos años y despertó una enorme sorpresa entre sus fanáticos, a quienes cautivó con sólo dos discos: Cold Fact (1970) y Coming from Reality (1971).

Como muy pocos, la música de Rodríguez tenía la sensibilidad para transmitir sentimientos y situaciones particulares que surgen de un grito desesperado. La miseria, desilusión, tristeza, depresión y pérdida de la fe se notan en sus letras y música. Junto a él transitas las calles llenas de basura, pobreza, hambre y desesperación de Detroit. Bebes en los bares y tugurios de la zona. Sixto Rodríguez nos recuerda que un corazón roto y una guitarra han cautivado el mundo desde que las razas rezagadas de los Estados Unidos salieron del callejón de la muerte para reclamar lo que por derecho era suyo: la vida, el amor y lo necesario para sustentar sus podridos cuerpos en la escena musical.

Se nota cuando un documental ha hecho su primera parte satisfactoriamente. En Buscando a Sugar Man hay una gran investigación detrás, realizada por periodistas y grandes admiradores de Rodríguez, quien en palabras de no pocos es más grande que Bob Dylan. Son palabras mayores, pero muy comunes en el showbiz. Y es cierto que no siempre los más talentosos llegan a ser las grandes figuras que representan su género.

Las entrevistas a diversas personas ayudan a la narrativa. Vemos el día a día de quienes nos cuentan el infortunado destino que el artista enfrentó. Conocemos la influencia que despertó para pelear contra el stablisment en Sudáfrica, y también percibimos el peso que tiene una buena canción en la vida de quienes menos imaginas. El clímax viene con un asombroso descubrimiento que rompe los mitos —no todos— sobre la vida, obra y muerte de Sixto Rodríguez en la escena local de la música.

Buscando a Sugar Man, cuyo director al parecer compartía mucho con Rodríguez, ya que en 2014 se suicidó por una fuerte depresión, nos recuerda que para viajar y rolarla no necesitamos demasiado. Sólo estar bien seguros de que el camino está empedrado, y aunque vayamos descalzos, basta tomar nuestra guitarra para recordar el rocanrrol que incendió nuestro corazón y nos animó a pelear hasta el cansancio. Hasta que el alcohol en nuestras venas mitigue el pensamiento, hasta que el tabaco colapse la respiración y no puedas más que jadear y romper las cuerdas cantando, soñando…

Buscando a Sugar Man (documental completo)