Prince y la lluvia púrpura

En 1984 se presentó al público la película Purple Rain (Albert Magnoli, 1984), semiautobiográfica en la que el protagonista es The Kid, un músico prominente de Minneapolis, cuyo núcleo familiar se caracteriza por una serie de problemas, a tal grado que prefiere estar ensayando y tocando con su banda The Revolution, que permanecer en su casa. A la vez, esta agrupación compite con una banda local llamada The Time.
Es el ascenso de The Kid y su banda, un retrato de las primeras andanzas de Prince en la música y cómo una relación dentro de un grupo musical puede llevar a desenlaces nada gratos e inevitables tropiezos a la hora de ejecutar. Recordemos que la presencia de Apollonia hace que los logros de la banda mermen y se dirijan a un repentino colapso.
La historia comienza con The Revolution ejecutando Let’s Go Crazy, una pieza con la que presenciamos a Prince dando una demostración de lo que se tiene que hacer en la pista: enloquecer y bailar hasta que acabe la noche. Tal vez se trata de una de las canciones más representativas de este artista.
El soundtrack sin duda marcó una época, y aun con que el interprete no tuvo una fama a la par de Michael Jackson en México, contó con un séquito de fans que a raíz del estreno del filme reconocieron la chispa en la obra de Prince. Magnoli nos presenta una producción deficiente a nivel técnico, pero que se convirtió en una película de culto tanto para los fans de la estrella fallecida el 21 de abril, como para la música en general.
En Purple rain destacan piezas magistrales con distintos matices que se reflejan dentro de la historia; el enamoramiento de The Kid se muestra al ritmo de Take Me With U, otra de las canciones más recordadas de esta cinta.
Continúan tracks como Darling Nikki, una melodía erótica que la revista Rolling Stone colocó entre las más sexuales de la historia del rock. Cabe recordar que el solo hecho de que una niña de 11 años la escuchará, fue causa para que Tipper Gore cofundara la Parents Music Resource Center, una asociación encargada de regular y prohibir lo que los niños y adolescentes escuchan. Y precisamente la carga sexual de la canción engrana con la relación entre The Kid y Apollonia.
Posteriormente se hace presente una de las ejecuciones más portentosas en la discografía de Prince: When The Doves Cry, quizá su canción más famosa, la cual en un punto climático de la trama remarca los errores de The Kid y lo que el resto de los integrantes hicieron para alcanzar el éxito.
Todo lo que hace que The Kid junto con The Revolution lleguen a donde tienen que llegar, se resume en una pieza suave, melancólica y sobre todo reveladora. El coro canta: “I just want to see you laughing in the purple rain.” Es el remate idóneo para todo el melodrama. Es el Prince más honesto, a quien vemos en pantalla con el grupo, la chica y todo lo que da sentido a esta historia.
Sebastián Ortiz
Comunicólogo que habala mucho y escribe (mal) sobre cine, música y ciencia ficción.
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