Steve Jobs, una revolución a toda costa

En Steve Jobs, Danny Boyle y Aaron Sorkin presentan a un personaje para el cual la imagen es primordial. Los anuncios publicitarios, la apariencia de una computadora, la portada de una revista, la puntualidad; pero también lo es el control. El control sobre los anhelos tecnológicos de la sociedad, sobre el trabajo de sus compañeros y sobre la madre de su hija. Sin embargo, las decisiones de un consejo directivo, la economía del mercado de las computadoras y la tenacidad de una niña de apenas cinco años, se imponen a los cometidos de Steve Jobs.
La cinta se enfoca en lo anterior y así resalta una de sus virtudes: es concreta. No se trata de una película que abarca la vida del personaje, sino de cómo su ámbito laboral estuvo estrechamente relacionado con el familiar y personal, tomando momentos puntuales y personajes específicos que revelan sus facetas de padre y creativo. Así, la historia no se dispersa en otros aspectos, en lo cual sería fácil caer al hablar de alguien emblemático y lleno de matices como Jobs, el encargado de crear el puente entre la vida cotidiana y los sistemas computacionales.
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En la película el auditorio siempre está listo para presentar aquel producto que las personas “no saben que necesitan hasta que lo ven”. La primera Macintosh en 1984, el Cube de NeXT en 1988, y la iMac en 1998. Pero a Jobs (Michael Fassbender) no lo vemos en el escenario, sino detrás de éste, acompañado de Steve Wozniak (Seth Rogen), cofundador de Apple y John Sculley (Jeff Daniels), el director ejecutivo. También observamos a Chrisann Brennan (Katherine Waterston), madre de Lisa Brennan-Jobs. El mayor lazo se desarrolla con esta última y con Joanna Hoffman (Kate Winslet), la ejecutiva de marketing y quien permaneció con Steve incluso cuando éste salió de Apple.
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Con cada uno de los personajes Steve Jobs desarrolla un conflicto, y el más punzante es con Lisa, a quien inicialmente niega como su hija. Sin embargo, la misión de ésta es muy clara sin importar su edad: quiere estar cerca del hombre que tal vez nombró a una computadora con su mismo nombre, o no. Lisa se aferra sin importar las palabras que el magnate ha lanzado y las cuales la marcarán.
A excepción de un par de golpes de efecto que se tornan forzados en el primer acto, el trabajo del director (Trainspotting) y el guionista (The social network) es impecable. Asimismo, el desarrollo es lineal, pero el hecho de estar filmada en tres formatos diferentes la dotan de dinamismo. Es un viaje a tres distintas épocas tanto en la historia como en la pantalla, en el que la transformación va de 16 mm a 35 mm y finalmente a HD Digital.
El guión se basó en una biografía publicada por Walter Isaacson en 2011, año en que falleció Jobs. En pantalla, el relato resulta una carga de adrenalina gracias a las actuaciones, a diálogos veloces y a una dirección frenética.
Steve Jobs, que fue presentada en el Festival de Cine Telluride y también cerró el Festival de Cine de Londres, es una cinta que muestra las consecuencias de allanar el camino para que todo resulte como uno lo desea.
Leticia Arredondo
Cofundadora y editora de ZOOM F7. Escribo sobre cine y fotografía.
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