¿Poca producción o mala exhibición?

Por: Citlalli Vargas Contreras (@rimbaudienne_)
No es una novedad que las grandes producciones hollywoodenses como The Avengers: Age of Ultron (Dir. Joss Whedon, 2015) o Mad Max: Fury Road (Dir. George Miller, 2015) opaquen casi totalmente a grandes cintas realizadas y producidas en México, las cuales, si bien no cuentan con una suntuosa cantidad de efectos especiales o con un casting de gran renombre, son historias que valen la pena y sin embargo, pocos las conocen debido a la deficiente distribución de éstas en los cines nacionales.
¿Cuántos de nosotros hemos tenido que ir a la Cineteca Nacional o a determinadas salas de cine porque la película mexicana que queremos ver sólo se exhibe en dichos lugares? Actualmente, la industria mexicana produce más de 100 cintas anuales, e incluso, reconocidos cineastas nacionales como Alejandro González Iñárritu, quien recientemente fue galardonado con el Óscar por su cinta Birdman (2014), o Gaz Alazraki, director de Nosotros Los Nobles (2013), opinan que México se encuentra en un auge cuantitativo en cuanto a la producción de películas nacionales.
Sin embargo, la falta de espacios es el gran problema que continúa persistiendo en la industria cinematográfica mexicana. A pesar de que se han recibido más apoyos y que el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) está apostando por la exhibición en plataformas digitales (Filminlatino) y otros medios para dar a conocer las cintas, el cine comercial continúa teniendo las de ganar, tanto en número de exhibiciones como en el gusto del público.
Las empresas cinematográficas trasnacionales son el gran monstruo que controla los espacios de exhibición en las salas de cine mexicanas y, por tanto, el mercado fílmico del país. Es bien sabido que las compañías dominantes de cine son Cinépolis y Cinemex, las cuales tienen presencia en la mayor parte de la república, no obstante, entre menos establecimientos haya en una ciudad, es menor la presencia de cine mexicano en estos y casi ninguna sala cumple con la garantía del diez por ciento de tiempo en pantalla para las cintas nacionales de estreno.
Por otra parte, la inequidad de distribución afecta también a los productores, quienes se ven obligados a aceptar condiciones que, a la larga, causan más perdidas que ganancias: tan sólo reciben algunos centavos de taquilla por cada peso invertido, además de que se atienen a que sus películas sean programadas cuando la cadena de exhibición quiera y no cuando estaba planeado; a que se suspendan las funciones de sus cintas, entre otras desfavorables situaciones, mientras que, aquellos beneficios que se logran, en su mayoría son dispuestos por Hacienda para ser utilizados en otros ámbitos y no en el cine mexicano.
En 2013, el cineasta Felipe Cazals publicó a través del diario El Economista, un documento en el que señala las inequidades que existen en el mercado de la exhibición cinematográfica. En éste explica que a las producciones de bajo presupuesto no se les da la oportunidad de promocionarse como debiera ser ya que se les avisa pocos días antes del estreno en qué cines se exhibirá su cinta, por lo que su publicidad no llega a tantas personas a tiempo.
Indica también que las dos grandes cadenas comerciales de exhibición, ya antes mencionadas, utilizan un sistema denominado “hit eliminatorio”, el cual determina la permanencia de un filme en un establecimiento: “Si la película se encuentra a la mitad superior de la tabla [de número proyecciones en el fin de semana de estreno], por conjunto, es probable que se quede con algunas funciones. Si se ubicó debajo de la mitad, lo más seguro es que salga del mercado y se mueva a provincia, o salga definitivamente. Sólo si la película está en los primeros tres lugares permanecerá en las pantallas y horarios originales de estreno. Ésa es una regla impuesta por el exhibidor, de años atrás”.
Por último, recalca que las películas entran y salen conforme a la ley de oferta y demanda: “[A las salas] recurren películas mexicanas, estadunidenses, francesas o de cualquier nacionalidad, género, subgénero, con calidad o sin calidad, presupuestos altos, bajos, medianos. Sólo los grandes éxitos o “blockbusters” se mantienen en muchos muchos cines y son vistos por muchos muchos miles, millones de espectadores, ganando millones y millones. Ésta es la pista en la que aterrizamos todos: directores, guionistas, actores, productores, distribuidores, técnicos, toda una industria que ha sobrevivido a los vaivenes sexenales. La falta de reglas o normas en la competencia es de tal magnitud que existe una confusión histórica. El hecho es que el tiempo en pantalla y la repartición del peso en taquilla siguen siendo asignaturas pendientes, de hace más de cuatro sexenios”.
¿Cuáles son las consecuencias? Escuchamos constantemente que el cine nacional no recibe el apoyo necesario por parte de los espectadores, ya que estos no asisten a ver las películas, sin embargo, para que este apoyo sea posible, es imprescindible que se comience a regular de mejor manera la distribución y exhibición de las películas mexicanas puesto que, si sólo se presentan en dos o tres cines de las grandes ciudades, jamás se tendrá ese impulso que la industria nacional necesita dentro de su propio país.
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